Kihyun se mordía el labio para que su sonrisa no fuera tan evidente, pero era casi imposible para él no verte de esa manera cada que te veía llegar a algún lugar; tan sólo tu presencia lo ponía nervioso y le parecía totalmente injusto que, sabiendo los efectos que tienes en él, llegues de esa manera tan fresca y sonriendo juguetonamente mientras movías ligeramente tu cabello de un lado a otro.
Te vio entrar al restaurante e inmediatamente se puso de pie para recibirte y ayudarte a tomar asiento. Kihyun era un caballero nato, pero cada vez que quedaban de verse, refunfuñaba para sus adentros porque a pesar de pasar suficiente tiempo contigo, seguía sintiéndose nervioso y emocionado. Era como si él estuviera bajo algún hechizo que le lanzaste; incluso muchas veces bromeaste diciéndole que estabas feliz porque el amarre que le habías hecho había funcionado, y él no podía evitar reír con el ceño ligeramente fruncido, pues temía que en realidad lo hubieras hecho.
—Perdón, tardé demasiado en llegar. Se supone que no me tardaría tanto pero, adivina... Acabo de descubrir que nuestro fotógrafo es primo de un amigo —reíste todavía incrédula—. Me encontré con él al salir del estudio y me quedé platicando con ellos un rato más. No podía creerlo...
Otra vez hablando sobre otros chicos. Kihyun no podía evitar hacer una mueca cada que hablabas de ellos, que le dijeras algo sobre ellos, que los mencionaras en alguna frase de tu conversación, que te detuvieras a saludarlos cuando quedaron de verse y lo dejaras esperando unos minutos de más, pero por obvias razones nunca decía nada. No quería que lo vieras como un maldito tóxico posesivo que te prohibía tener amigos (y menos al estar tan próximos a la fecha), en vez de eso, simplemente disfrutaba escucharte sobre lo que tendrías que decir y se dejaba llevar por el movimiento de tus labios al pronunciar cada palabra que salía de tus labios.
—Dime que no tenías mucho tiempo esperando —hiciste un puchero, temiendo un poco de su respuesta.
—Para nada, acababa de llegar; de hecho, hoy en la empresa me distraje un momento con el staff para la prueba del vestuario. La chica que siempre me saluda, de la que ya te he platicado, notó que mis pectorales habían crecido más, ¿tú lo habías notado? Dijeron que tenían que arreglar mi camisa porque ya me quedaba muy ajustada —te miró entre desafiante y burlón, a lo que tú solamente reíste y te acercaste a él sobre la mesa.
—Justo lo noté anoche, amor. ¿Por qué crees que no dejaba de pasar las manos por ahí cuando por fin me dejaste estar arriba?
—¡Cállate! ¡No digas esas cosas así de repente en público! No falta quién alcance a escucharte decir algo así.
Estiraste tu mano para tomar la de él mientras soltabas una gran carcajada y veías como te veía de una manera dura. Lo volvía loco esa parte tan divertida y despreocupada de ti, no saber qué dirás o qué harás lo alteraba totalmente, nunca sabía cuándo estar preparado para lo que pudieras hacerle o decirle.
—Dices cosas tan aleatorias y sin ninguna preocupación —sonreíste y te escogiste de hombros al escuchar sus palabras—, y aún así estoy ansioso por escuchar y reír contigo de todo lo que vayas a soltar cuando estemos juntos por siempre oficialmente.
Tomando tu mano izquierda, se detuvo a admirar una vez más la sortija que te había colocado ya hace una semana exactamente. Observaba detenidamente la delicada joya que adornaba tu dedo, anunciando en todas parte que estabas por casarte con una persona maravillosa que logró cumplir su promesa de estar por siempre a tu lado para protegerte y, sobre todo, amarte.
—No sé por qué dices esas cosas de mí, me haces ver como la que siempre quiere hacerte quedar mal. ¿Ya olvidaste quién fue el intenso que no dejaba de insistir y que se la pasaba vociferando y anunciando a todo el mundo que era tu chica, que sería tuya y que casi me lloraste para quedarme contigo? —carcajeaste y volviste a apretar tu agarre a su mano.
—Me haces ver como un hombre desesperado...
—Y tú me haces ver como una mujer imprudente.
—Está bien. Sí te insistí, sí dije muchas veces que estarías conmigo y sí te pedí que me eligieras, pero jamás te lloré.
En realidad, muchas veces cayó en la desconfianza, es normal entre parejas, y muchas otras se preguntaba si sería verdad que estarías con él y que sólo lo verías a él, pero todo eso era el temor que crecía muy dentro de él al pensar que no llegarías a sentir lo mismo. Kihyun jamás te lo comentó y se guardó todos esos sentimientos.
Una parte de él aún tenía temor por, en cierto modo, depender de ti, pero no podía evitarlo. Sentía demasiada atracción y fascinación hacia a ti que no podía evitar querer estar para ti siempre.
—Y, ahora que lo mencionas... siento que debo confesarte que cuando quisiste iniciar con nuestra relación, creía que lo hacías por vanidad. No sé, algo muy dentro de mí quería que me detuviera y no avanzara contigo. Creí que eras peligroso para mí —Kihyun se sentó al borde de la silla y cruzó sus brazos, intrigado por tus palabras—, pero cuando hiciste pública nuestra relación al poco tiempo de iniciarla, cuando estuviste conmigo en los momentos importantes de mi vida y ahora que me propusiste...
—Matrimonio —se adelantó a decir. Amaba decirlo en voz alta y en cada oportunidad que tenía, lo hacía.
—Sí, matrimonio, confirmo que todo esto es real. Lo nuestro es real y tú no eres ningún loco, sólo estás enamorado.
Reíste y tu novio (perdón, prometido) solamente se tapó la cara con ambas manos para que evitaras ver su sonrojo. Estabas consciente de que solamente tú podías lograr ese nivel de timidez en Yoo Kihyun y él solamente podía hacer parecer que nada de tus efectos lo torturaban.
—Repito: no puedo esperar para ver qué otras cosas maravillosas puedes decir de tu maravilloso esposo.
—De mi futuro maravilloso esposo -corregiste con una sonrisa burlona—. Por lo menos ya sabes que he notado que te estuviste ejercitando para estar en forma para la boda. ¿O acaso será para la luna de miel? —acercaste tu mano hacia su pecho para acariciarlo y después subirla hasta su mejilla.
Feliz y emocionado, agradecía de haberlo atrapado con tantas maravillas que veía en ti. Su alegría de ser tu hombre aumentaba más cada día y no se cansaba de demostrarlo con detalles, palabras y caricias. Kihyun simplemente tenía ojos para ti y respiraba sólo por ti.
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Imaginas con Monsta X
Fanfiction•IMAGINAS: Pequeños imaginas (algunos) basados en canciones de Monsta X y algunas propias. •REACTION: Situaciones random donde se describen las reacciones de los chicos. •BE LIKE: "Los chicos como...", describiéndolos en otros roles. ✨¡E...