Ongshimi [🐶MINHYUK]

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Era una bella tarde con clima agradable, perfecto para salir a pasear, y qué mejor si lo haces en pareja, disfrutando de la compañía de quien más quieres. Por otra parte estaba Minhyuk, quien no podía dejar de caminar por la sala principal del dormitorio que compartía con sus amigos.

Sus pasos eran cada vez más apresurados y sus manos estaban inquietas, ansiosas por tocarte. Minhyuk se sentía un tanto desesperado por verte, hablar contigo, tocar tus manos mientras te expresaba lo mucho que te extrañaba, pero esto no es nada nuevo. Él había estado experimentado últimamente cierta obsesión por ti, tal vez estaban en ese punto en la relación en la que quiere saber dónde y con quién estás para luego contar los minutos que faltan para verse otra vez. Min reconocía que estaba mucho más interesado en ti y eso le preocupaba un poco en cierto modo.

-¡Ya llegué! -dijiste a la vez que abrías la puerta del dormitorio de los chicos.

El chico se giró rápidamente y fue corriendo hacia ti para abrazarte fuertemente. Correspondiste su abrazo y besaste su mejilla, demostrando lo mucho que lo habías extrañado también.

-¿Por qué tardaste tanto, jagi? -hizo un puchero y agarró tu bolso para colocarlo en algún lugar de la sala.

-Me desocuparon tarde del trabajo. Créeme que vine casi corriendo -viste alrededor y sentiste el lugar muy solo y silencioso, era demasiado tranquilo para ser el dormitorio de tu novio-. ¿Tenemos casa sola?

Minhyuk asintió, tratando de ocultar su felicidad por tener el dormitorio solo para ustedes dos. No quería verse demasiado obvio.

-Los chicos quisieron salir a divertirse aprovechando el día libre y creo que incluso irán a cenar afuera.

En realidad, los chicos sabían perfectamente de la situación de Minhyuk, así que optaron por hacer una larga salida para no estar en el momento en el que él te viera y se abalanzara sobre ti. Sería una escena realmente incómoda.

-Oh. Entonces, ¿puedo ponerme una de tus playeras, por favor? -dijiste con una gran sonrisa para que accediera.

-Sí, puedes.

Fuiste corriendo a su cuarto, dejándolo algo confundido. Cuando saliste con su playera y sin pantalón se quedó sorprendido, no sabía si por la confianza plena que le tenías o por tu descaro de andar así sabiendo cómo se sentía.

-Perdón, cariño. Por venir corriendo me dio mucho calor y no aguantaba mi propia ropa. Si te molesta puedo vestirme de nuevo-hiciste ademán de regresar a la habitación.

-¡No! -se dio cuenta de que había alzado la voz y carraspeó- Digo, no. Está bien si te quedas así, jagiya. Así podré disfrutar tu bello cuerpo.

Minhyuk se acercó coqueto a ti y te abrazó, acariciando tu espalda hasta bajar a tu trasero.

-Mira quién lo dice, el que va al gimnasio y ya lo han contratado varias veces de modelo -reíste cerca de sus labios.

-¡Lo digo en serio! ¿Has prestado atención a tu tez y a tu bella figura?

-¿Qué tienen? -te alejaste un poco para ver su cara.

-Es eso. ¡No tienen nada de malo! Son perfectos. Tú tal vez no lo ves, pero tu cuerpo es totalmente bello.

-¿Ah, sí? -preguntaste juguetona y pusiste tus manos en su nuca, jugando con su cabello y acercándote cada vez más a su cara.

Sus nervios comenzaron a ser notorios. La situación provocaba que sus pensamientos comenzaran a ser sustituidos por unos más acalorados y el discurso cursi que tenía en mente comenzaba a disiparse. Sentía su sangre concentrándose en un punto bajo de su cuerpo.

-Sí... Tan suave, bella, redondita... Como el ongshimi -su voz comenzaba a ser más gruesa y sus labios estaban a punto de tocar los tuyos cuando soltaste una carcajada.

-¿Ongshimi? ¡¿Me comparas con un plato de ongshimi?!

-¡No! Me refería a que se me antojaba el ongshimi. ¿No quieres tú? -avergonzado, trató de componer lo que había dicho.

Negaste rápidamente con la cabeza mientras reías sonoramente.

-Dijiste que soy como el ongshimi: suave y redonda.

Min no pudo evitar ponerse tan rojo que te dio vuelta para después ocultar su rostro en tu cuello.

-Es lindo que me veas de esa forma, cariño -levantaste tu mano para acariciar su cabeza en esa posición.

Comenzaste a sentir la humedad de sus labios al dejar besos pequeños en tu cuello.

-¿Quieres que te explique mejor porqué te comparo con el ongshimi? -pasó sus manos por debajo de la playera que tenías y acarició tus pechos por encima de la tela del sostén mientras frotaba su entrepierna en tu trasero- ¿Ahora entiendes a qué me refería?

Tus jadeos le daban a entender que estabas disfrutando lo que hacía y decía. Te dio vuelta para ver tu sonrojada cara.

- ¿Sabes qué es lo mejor? Que no sólo eres suave y bella -se acercó para susurrarte-, sino también deliciosa.

Y ese fue tu detonante. Eso bastó para enrollar tus piernas en su cintura y comenzar una sesión de besos apasionados. Te llevó al cuarto donde pasarían un muy largo rato, devorando lo que más le encantaba en el mundo.

Después de unas horas, los chicos llegarían al dormitorio, pero saldrían casi corriendo al escuchar hasta la sala los gemidos (casi gritos) que Minhyuk te provocaba. No se imaginaban cuánto tiempo llevaban ahí dentro, pero sí se imaginaban que sería un buen rato el que estarían afuera esperando a que terminaran.

Imaginas con Monsta XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora