Imaginas con Monsta X

Love U [🐝JOOHONEY]

"Mírenla, portándose más coqueta de lo normal; con esa blusa ligera y no lo suficientemente transparente como para que quiera ponerle un suéter encima, los movimientos que hace cada que suelta una carcajada, la manera en la que me mira mientras lleva su bebida a la boca. Esta chica no está bien en estos momentos", pensaba él pasando la lengua por sus labios.

Jooheon había dejado de escuchar a Hoseok desde hace rato por andar viéndote con una mirada extraña, pues no había ni lujuria ni ternura en ella. ¿Puede existir un punto medio? Como sea, su hyung seguía hablando sobre quién sabe qué cosa cuando él mismo se interrumpió al sentir vibrar su teléfono. Por fortuna de nuestro querido Honey, Hoseok tuvo que desaparecer por un momento para atender la llamada y él aprovechó para acercarse a su novia.

-¿No crees que has bebido lo suficiente? -dijo divertido mientras te retiraba el vaso de los labios y se sentaba a tu lado.

-¿No crees que me has estado comiendo mucho con la mirada?

"Me atrapó."

-¿No crees que estás siendo muy obvia con tus movimientos?

-¿No crees que nos estamos tardando para ir a un lugar más privado? -susurraste en sus labios con una sonrisa burlona mientras te acercabas poco a poco hacia él.

Jooheon rió (un poco más nervioso que nada) y desvío la mirada para ver si alguien había escuchado, claro que con el volumen de la música era obvio que nadie los iba a escuchar, pero nunca estaba de más comprobarlo.

-¿Cómo puedes decir eso ahora? -volvió a reír- No podemos hacer nada en este momento, claro que no.

-¿Te avergüenzas de ser romántico con tu novia? -pones delicada y juguetonamente una mano en su pierna.

-¡No! -tomó tu mano para ponerse a jugar con ella- Pero sí me avergüenza el pensar que nos pueden atrapar en el... acto.

Reíste por su comentario y él no pudo evitar achicar los ojos al sonreír por escuchar lo que él mismo había dicho.

-Nunca te había visto tan nervioso. Hasta parece que te estoy intimidado en estos momentos.

Te acercaste a su cuello y tu respiración lo estremecía al punto de ponerle la piel de gallina. Honey no paraba de ver hacia todas partes para asegurarse de que nadie les prestará atención.

La música, la poca iluminación, las personas ignorándolos y el ambiente tenso entre ustedes dos lo volvía loco, era como si fueran invisibles pero con un movimiento o algún ruido extraño de su parte serían delatados.

-Tus amigos podrían vernos. No seas así, jagiya, jugaremos en otro momento. Además no creo que estés completamente en tus cinco.

-¿Qué dices? Claro que lo estoy -dijiste con cara de indignación mientras te separabas de él de una manera algo brusca-. Honey, el que me porte de esta manera en este momento no significa que esté ebria, además de que no he tomado tanto. Eso me indigna un poco, ¿sabes?

Jooheon rió y te abrazo para atraerte hacia él y depositar muchos pequeños besos en tu rostro.

-Sólo te estoy molestando, hermosa; sé que eres así de coqueta. Me extrañaría mucho el día que no trates de seducirme de esta manera.

-Me haces ver como una traviesa, Lee Jooheon. Mis amigos podrían escucharte, grosero -pusiste tu dedo índice en sus labios y él lo besó delicadamente mientras te veía a los ojos.

-Eso no te importaba hace un momento.

La voz grave de Jooheon retumbó en tus oídos y en todo tu cuerpo, ignorando por completo la música y lo demás.

Te levantaste del pequeño sofá en donde estaban y comenzaste a caminar hacia algún lado. Cuando diste unos cuantos pasos, te volviste un poco para encontrarte con la extrañada mirada de tu novio y le dedicaste una sonrisa cómplice. No tardó en captar la idea y se levantó de un salto para seguirte a dónde sea que te dirigías.

Antes de llegar a cualquier lugar, Jooheon te tomó del brazo y te arrastró hacia el centro de la pista, regresando a ambos a la realidad. Se le hizo divertida la idea de devolverte la travesura y los pequeños juegos frente a sus amigos. Joohoney a veces podía ser nada dulce con sus venganzas.

Extrañada, lo seguiste y no pusiste ninguna resistencia. Una vez en medio de la pista, donde todos sus amigos y uno que otro extraño estaban ahí, comenzaron a bailar al ritmo de la música que ponían; cada movimiento era una excusa para acercarse más a la pareja, y era algo que Jooheon no dejaba escapar.
Ponía sus manos en tu cintura y te acercaba más a él, provocando que sus cuerpos chocaran y rozaran de vez en cuando.

-Te quiero, pequeña -dijo él, apretando un poco más tu cintura.

-También te quiero mucho -dijiste acercándote a su rostro y colocando tus manos en su nuca para acortar la distancia.

-No... Bueno, sí... Pero no me refería precisamente a eso -rió levemente.

Te separaste un poco para verlo con una ligera expresión confusa y, como si leyera tu mente, agregó:

-Te quiero en este momento... Es que, en este momento, no puedo decir abiertamente lo que quiero en realidad. Sabes a lo que me refiero.

Soltaste una carcajada al mismo tiempo que tu novio al percatarte de su, más que nada, necesidad.

-Honey...

-Sé que tú también lo quieres.

-Era sólo para molestarte, ¿cómo crees que iba a pedirte algo así justo ahora?

-En verdad; te aseguro que no es por el alcohol o algo así. Simplemente es que tu cuerpo, tus labios, tus expresiones, toda tú me pone así -Jooheon comenzaba a acercarte más y más, ya no había distancia que acortar, y sus movimientos se hacían cada vez más lentos y extraños. Ya no parecía tanto un baile.

Comenzabas a sentir un tipo de bochorno entre incómodo y excitante. Tus mejillas estaban ardiendo, así que tratabas de cubrir tu rostro entre la chaqueta de tu novio.
Esa situación estaba saliéndose de control hasta que bajó su cara a tu cuello y lo besó, vacilando con dejar una marca. Ahora eras tú quién se estremecía con su respiración, y él se había dado cuenta de eso.

-Vamos a algún lugar para acabar con esto, por favor -solicitó el chico mientras continuaba con su rostro oculto en ti.

Lo tomaste de la mano y lo sacaste de la multitud para llevarlo directamente al auto. El camino a casa se sentiría más largo teniendo ahora esos sentimientos e incluso el ambiente se sentiría más caliente, ni el aire acondicionado ni la brisa de esa fresca noche bastaría para cesar ese característico bochorno en sus cuerpos, y todo empeoró cuando dirigiste tu mano al muslo de tu novio.

Al día siguiente te disculparías mucho con la persona de la fiesta por desaparecer de repente sin despedirte y Wonho no dejaría de echarle en cara a Jooheon que lo dejó solo sin haber terminado la plática, pero nadie comprendería que cuando quieren amarse, deben dejar todo para poder hacer eso que nadie se atreve a mencionar abiertamente.