Capítulo 6

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"El secreto de Alex"

Dominic:

Miraba la punta del lápiz rodar por la pija mientras escribía en ella. Estaba apuntando porque si ya que mi mente seguía dándole vueltas a lo qué pasó hace unas noches en el club que frecuenta mi hermano.

Me rechazó.

¿Por qué?

Eso es lo que no logro entender, las cosas entre nosotros estaban fluyendo de maravillas. Ella estaba cediendo a mis encantos y yo estaba perdido en esa profunda que estaba dispuesto a ser domado por esa mujer tan deslumbrante.

—¿Señor Andrews?— me llamo la atención la señora Popping por mi falta de presencia en la clase.

—Dígame— respondí.

—Le pedía su opinión sobre el mercado asiático— vaya tema ese, para nadie es un secreto que yo no estoy de acuerdo con ese tipo de forma mercantil.

—Respeto la forma de cada quien— comencé diciendo mientras los ojos de los demás presentes se posaban en mí— Pero no estoy de acuerdo con su forma de mercado, tienen productos de primera calidad que pudieran elevar la economía china aún más e impulsarlos a ser la primera economía mundial, incluso por encima de los Estados Unidos, y prefieren vender por migajas para que otros se lucren con ello.

—Buena apreciación sobre ello señor Andrews— admitió la profesora.

—No estamos de acuerdo— la voz de Alex sobresaltó.

—¿Estamos?— pregunté extrañado.

—Si, me refiero a Rayna y a mí— me explicó con obviedad.

Lo que me faltaba, que ahora Alexa también la defendiera.

—Que sea Rayna quien me explique su desacuerdo con mi argumento— desafié y eso llamó la atención de ella haciéndola girar su cuello como la niña del exorcista.

Sus ojos grisáceos se posaron en los míos con ese claro fuego abierto que emanaban. De eso se trataba mi vida aquí, investigar sobre ella, saber hasta el más mínimo detalle de todo e incluso llevarla a sus límites. Alex le susurró algo en el oído a lo que ella le negó con la cabeza y se giró para quedar frente a mí.

—El mercado asiático es más antiguo de lo que imaginas— comenzó su debate— Ellos negociaban la pólvora con joyas pequeñas e incluso extensiones de tierra que a los europeos les fue muy fácil ceder, la sociedad en evolución pensaba que timaban a los chinos.

>>Entonces los productos de primera mano en Europa eran carísimos que muy pocas personas tenían acceso a él— la certeza en sus palabras era increíble— Mientras el español perdía porque su mercancía se podría en los almacenes, los chinos, en cambio, vendían por montones y construían sus imperios a base de "centavos"

Hizo un las comillas con los dedos y prosiguió:

—Dieron una lección de moral al mundo entero— enarcó una ceja y sonrió de lado— El mérito de una persona inteligente es hacerse pasar por idiota, delante de idiotas que creen ser inteligentes.

La profesora comenzó a aplaudirle y todo el salón le siguió la rima. Sus argumentos eran sólidos, tenían bases y no niego que por esta vez si supo cómo darme en el culo con razón; sólo que tengo el orgullo más grande que mis bolas y jamás admitiría su razón.

—Me alegra escuchar discrepancias y opciones frescas en clase— exclamó entusiasmada la profesora.

El timbre del final de la jornada nos indicaba que ya debíamos irnos, no sin antes buscar nuestros temas para el trabajo final sobre Economía Mundial II:

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