Capítulo 18

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"Miedo"

Rayna:
No medimos las consecuencias de nuestros actos, a quienes involucramos y luego pagamos el doble del precio porque ellos sufren más que uno mismo. Lo mejor es evitar que se inmiscuyan más de lo que deben para que solo las consecuencias caigan sobre ti.

Entré a mi apartamento y subí al ático, eché un vistazo a todo lo que tenía ahí dándome cuenta del motivo de su existencia. Me acerco a la estación telefónica que hace desviar las procedencias de cualquier llamada que se realice ahí, repaso con la vista el panel de armas que espero no usar en un buen tiempo y la pila de cintas de video sobre las "pruebas" que nos realizaban cuando éramos niños.

Papá siempre terminaba burlándose de todos los doctores y hasta del propio gobierno, siempre pensaron que nacimos con nuestras habilidades cuando en realidad él no las enseñó luego de la muerte de mamá, dijo que el mundo estaba lleno de peligros y esa era nuestra única arma, lástima que la tía Gillian nos descubriera y tuviéramos que pasar tiempo en laboratorios.

Hasta que mi padre se cansó del circo.

Marco el número de ese hijo de puta para conseguir la información que quiero, se que es tarde pero me importa un comino.

—¿Si? ¿Quien es?— su voz es ronca, al parecer interrumpí su sueño.

—Dylan— sonreí del otro lado tan solo imaginando su rostro como la última vez que lo vi.

—Llamarme tío tampoco estaba mal— su tono cambió en ese instante y en mi mente podía visualizarlo en busca de rastrear el número.

—Vete a la mierda— gruñí recordando el pasado y como nos quiso tratar de ratas experimentales.

—Si quieres me voy, pero asumo que necesitas algo de mí cuando me llamas a estas horas— casi puedo verlo sonreír triunfante.

Es el hermano menor de mi padre, tiene los ojos como Máxime y yo heredados de su madre Diana. Después de perderla su vida cambió totalmente dejando de lado su exitosa carrera como patólogo para meterse en el negocio turbio del tráfico de órganos, ganó fama rápido y en cuanto supo de nuestras capacidades se obsesionó con el hecho de querer estudiar el funcionamiento de nuestro cerebro, el temor de papá siempre fue que quisiera extraérnoslo como si fuéramos entes vacíos.

—No te equivocas— sonreí también— Necesito saber algo sobre mi padre, tu hermano.

La desaparición de papá lo afectó tanto como a nosotros, así que eso no me lo va a negar.

—Si que sabes ser una hija de puta— masculló porque sabe que le di en el punto exacto.

Hubo silencio un momento y es que quise darle su espacio.

—Habla— soltó finalmente después de unos minutos.

—¿Que sabes de nuestras cualidades?— fui por el borde para llegar al centro.

—Lo mismo que ustedes— respondió rápido con simpleza— Liam no omitió ningún detalle incluso cuando me amenazó para que los dejara en paz.

No tiene pinta de saber lo que quiero así que terminaré pronto con esto.

—Te lo mereces por cabrón— masculle.

—Cuidado, Rayna, sigo siendo la única familia que te queda— me recordó.

—Y nosotros la tuya— repliqué firmemente.

Colgué al instante, dejé puesto el desviador de llamada un rato y me fui a la cama luego de dejar todo e su lugar. Miraba al techo en busca de mis pensamientos, hurgando en mi memoria algo que me indicara la respuesta de lo que le está pasando a Dominic, claro está que mi hermano podría haber sido quien controlase su mente pero las alucinaciones sobre mí jamás las había visto.

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