"𝒀𝒐𝒖 𝒌𝒏𝒐𝒘...𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖 𝒊'𝒅 𝒃𝒍𝒆𝒆𝒅 𝒎𝒚𝒔𝒆𝒍𝒇 𝒅𝒓𝒚" - Coldplay - Yellow
Si había algo que odiaba de su poder eran las visiones, y mas esa que había tenido no hace mucho en la que corría el riesgo de perder lo mas preciado para e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Invierno, la estación favorita de Irina y la que pronto se convertiría en una de las que más malos recuerdos le traería...
Irina Labrot, una niña de apenas 10 años estaba sentada mirando por la ventana como la nieve caía sincronizada con sus lágrimas, un invierno más en el orfanato de Sokovia se convertía en una de las peores pesadillas para la niña.
"Te prometo que este invierno saldremos a hacer ángeles y muñecos de nieve"
Recordó la pequeña aquellas palabras que su madre le había dicho antes de morir.
Irina era una niña la cual la vida le había dado duros golpes, vivía en una humilde casa, su padre cada día se veía más consumido por el alcohol hasta que un día no volvieron a saber más de él, su hermana mayor se había casado con un viejo 30 años mayor que ella y se había ido lejos de su familia olvidándose de que tenía una madre o una pequeña hermana, su madre por el contrario siempre había estado con ella enseñándole lo poco que sabía y trabajando como una esclava para poder llevar de comer. Irina creció siendo una niña muy alegre a pesar de sus circunstancias y si había algo que más amaba aparte de a su madre era el invierno, se emocionaba cada vez que empezaba a nevar saliendo a correr y sentir la nieve caer en su cara. Apenas con 7 años la niña esperaba con ansias el siguiente invierno.
—Te prometo que este invierno saldremos a hacer ángeles y muñecos de nieve —Dijo la madre de Irina mientras arreglaba una pequeña maleta.
La madre de Irina había conseguido un trabajo mejor a las afueras de la ciudad, pero tenía que dejar a su pequeña hija sola un par de días para poder ir a su trabajo.
—La vecina te cuidará —Dijo ella mientras le daba un abrazo a su hija.
—Te amo mami, te deseo suerte —Dijo Irina dándole un enorme abrazo.
—Yo más mi pequeña —Respondió la madre mientras le dejaba un beso en la frente.
Su madre se fue e Irina simplemente volvió a la cama a dormir sin pensar en que esa sería la última vez que la vería. A la mañana siguiente la vecina llegó con los ojos rojos de tanto llorar tomando a la pequeña Irina en sus brazos.
