"𝒀𝒐𝒖 𝒌𝒏𝒐𝒘...𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖 𝒊'𝒅 𝒃𝒍𝒆𝒆𝒅 𝒎𝒚𝒔𝒆𝒍𝒇 𝒅𝒓𝒚" - Coldplay - Yellow
Si había algo que odiaba de su poder eran las visiones, y mas esa que había tenido no hace mucho en la que corría el riesgo de perder lo mas preciado para e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
_____________________________
Un mes después...
Por tercera vez, Pietro tumbaba a Irina al suelo, esta dejó salir un pequeño quejido, pero se levantó rápidamente viendo como Pietro reía.
—Sabes que te estoy dejando ganar ¿No? —Dijo Irina mientras levantaba sus puños lista para seguir peleando.
—No me digas ¿Me estas dejando ganar? —Dijo Pietro mientras reía —Yo diría que soy demasiado rápido y no lo ves venir.
Irina rio y con sus poderes levitó un poco cayendo encima de Pietro, pero este rápidamente corrió de aquel lugar no sin antes ser atrapado por un haz blanca la cual lo paralizó y cayó al suelo rendido.
—¿Decías? —Dijo Irina mientras se acercaba a donde esta Pietro tumbado.
Pietro se levantó rápidamente y la tomó de ambas manos pasándolas por la espalda de ella provocando que perdiera el equilibrio y cayera.
—No te distraigas —Dijo Pietro cerca de su oído, lo cual provocó que esta sintiera algo de escalofríos por su espalda.
—La hora de entrenar terminó hace mucho —Habló Natasha entrando al lugar con una chaqueta negra en manos.
—Lo sabemos, es solo que nos gusta desestresarnos un poco —Dijo Pietro ayudando a Irina a levantarse.
—Los he estado observando, y es buena la combinación que hacen —Dijo Natasha cruzándose de brazos.
—Lo sé, somos una buena pareja —Dijo Pietro orgulloso abrazando con un brazo a Irina.
—Ella no... —Dijo Irina apenada, entendiendo lo que Nat había querido decir.
—Yo...No me refería a eso —Habló Nat aguantando una risa —El combate cuerpo a cuerpo no suele ser muy necesario para personas con sus habilidades, pero sin embargo ustedes lo practican, y veo que tienen un equilibrio perfecto entre golpes y uso de sus habilidades.
—Es un halago, gracias —Dijo Irina.
Juntos los tres caminaron nuevamente devuelta al complejo y la pelirroja se despidió de ellos mientras estos llegaban a sus habitaciones.
