CAPÍTULO 9: Hola...

278 36 16
                                    

- Está bien, entiendo... gracias por avisarme; adiós dijo contrariada Carmen colgando el teléfono de la estación de enfermeras.

          Camino venía de terminar una sesión de diálisis a un paciente nuevo y notó el rostro preocupado de su superiora.

- ¿Ocurre algo? Le preguntó.

- Rosina, que ha caído enferma y no puede venir a trabajar esta semana con ciertos tonos alarmantes le comentó. Justo hoy tenía que ser dijo entre dientes la jefa de enfermeras tratando de ver cómo se las arreglaba para cumplir con todo el trabajo siendo que el staff de enfermeras, con la baja de Rosina, estaba a menos de la mitad de su capacidad.

- ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarle? Preguntó con su característica dulzura.

- Por el momento encárgate del paciente nuevo, que esté cómodo, ya veo como me arreglo con el resto. ¿Y Cinta?

- Está con Jesús que hoy no se ha sentido muy bien y está controlándole.

- Bien, con momentáneo alivio respondió Carmen.

          Mientras la jefa intentaba redistribuir el trabajo de Rosina entre las tres enfermeras que estaban en ese momento, Camino se puso a disposición de su superiora para colaborarle en lo que sea que hiciera falta.

- Hoy es jueves ¿verdad? Preguntó en voz alta Carmen mientras revisaba la grilla de turnos en el monitor de la computadora.

- No, es miércoles dijo Cinta llegando hasta la estación.

          La pelirroja se volteó a verla con rostro atónito, como si no diera crédito a la afirmación de Cinta.

- No puede ser...

- Si Carmen, hoy es miércoles reafirmó Camino.

- ¡Válgame Dios! Soltó abrumada la mujer. Hoy tengo reunión con el equipo médico y lo he olvidado por completo.

          La tercera enfermera que estaba de turno en ese momento, la misma que días atrás se había estado riendo con Rosina de Maite, fue llamada por Carmen.

- Necesito que hoy te encargues de hacerle la sesión tú a Maite le solicitó a la enfermera.

- No Carmen se negó en rotundo la mujer. Me encargo del resto de los pacientes, pero no me pidas que asista a esa mujer en tono tajante, que lo haga Rosina recomendó desconociendo el estado de salud de su cómplice.

- Rosina está de parte de enfermo; es sólo por hoy casi en súplica le pidió la pelirroja que no dejaba de ver la hora en su reloj.

          Faltaban menos de ocho minutos para que llegara Maite a su sesión y Carmen debía bajar hasta la sala de auditorías para reunirse con el equipo médico. Al ver que la jefa de enfermeras empezaba a estar entre la espada y la pared Camino intervino.

- Yo me encargo de la señora Zal... Zaldúa dijo un tanto nerviosa la castaña.

- No, mejor que no con leve titubeo dijo Carmen.

- No se preocupe Carmen, yo puedo encargarme de conectar a la paciente y estar al pendiente hasta que usted vuelva de su reunión, de verdad insistió.

- ¿Estás segura? Le susurró Cinta al oído sin que las otras dos enfermeras se percataran de ello, pero Camino hizo caso omiso a la pregunta de su amiga.

Yo antes de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora