Yo antes de ella

CAPÍTULO 13: Fragilidad.

          Han pasado alrededor de tres meses desde que Camino tomó su primera clase de pintura con Maite. Emilio y Cinta han decidido intentar probar con la convivencia, han señado una pequeña casa ubicada a unos quince minutos de casa de sus padres, una zona residencial muy bonita a la vera del mar.

          Las clases de pintura han carcomido el muro invisible que Maite sigue empeñada en mantener, pero que de nada le sirve cuando está a solas en el atelier con Camino, quien es incapaz de esconder sus estados de ánimo. Clase tras clase la morocha se ha amoldado a la alegría y compañía que irradia siempre su alumna, principalmente cuando la escucha tararear alguna canción mientras toma su clase. La joven andaluza, sin sospecharlo, ha logrado iluminar ese mundo gris de la pintora, quien se lo ha ido compensando con clases de moldeado con barro, por ejemplo; haciendo que la interacción física entre ellas sea aún más estrecha pero sin ningún tipo de incomodidad para ninguna de las dos.

          Renzo, quien fuera profesor de Camino, cuando supo la novedad de que sería Maite su nueva maestra no hizo más que felicitarla por haber conseguido que la pintora accediese a tomarla como alumna. El argentino sabía de la reputación de su colega y también conocía de buena fuente el carácter de la vasca así que saber que una alumna suya seguiría bajo la instrucción de tan renombrada artista no hizo otra cosa que llenarle el pecho de orgullo. Incluso llegó a bromear diciéndole a Camino que cuando estuviera inaugurando alguna galería en Paris no se fuera a olvidar de su viejo profesor. Comentario típico de Renzo que muchas veces era una caja de sorpresas.

          En diálisis se han presentado algunas situaciones que desencadenaron ciertos cambios; por los pasillos se corre la voz de que Jesús, el paciente más longevo y querido de todos está muy delicado de salud y lleva varias sesiones sin presentarse a diálisis después del último episodio que tuvo que lo mantuvo internado más de una semana debido a que el riñón que tiene está fallando y deteriorándose con rapidez. Sus médicos trabajan a contra reloj para que pueda pasar a estar en los primeros lugares de la lista de espera pero por sus edad y sus antecedentes de salud no es candidato para ser contemplado como urgente. Su hija, Elizabeth, lo acompaña a todo momento, incluso renunció a su trabajo para dedicarse ciento por ciento a cuidar de su padre manteniendo la fe y la esperanza.

          Cayetana descubrió en internet un grupo de estudio experimental de unos médicos que están experimentando unas nuevas drogas que por lo que exponen en los artículos médicos que han publicado sería la solución alternativa para pacientes dializados que podrían, en el mediano plazo, no depender de la diálisis y su exigente concurrencia.

          A pesar de que su médico le ha advertido sobre los riesgos de esos grupos de estudios experimentales, la mujer, fiel admiradora de Ángela, quiere al menos intentarlo, así que ya ha completado absolutamente todos los papeles y formularios que le exigen para participar como voluntaria del estudio que tiene sede en Sidney, Australia. Su hermana menor vive allí desde el 2000 así que tiene todo arreglado para irse a vivir con ella al continente oceánico.

          En una de sus últimas sesiones le comentaba a Carmen que lo que más impaciente le tenía era no manejar el idioma, porque el inglés nunca fue su fuerte, pero no dejaba de entusiasmarse por emprender un nuevo reto. Cayetana era de las personas que se emocionaba por lo que podría devenir en el futuro, sea bueno o malo, lo importante para ella era intentarlo, independientemente del temor que podía llegar a sentir, la vida debe estar llena de anécdotas e historias para contar no de cosas para mostrar, decía siempre ella.

          Con el paso de las semanas Maite también a cambiado, incluso Sophie lo ha notado en alguna que otra videollamada, la nota diferente, ya no está ese seño serio y ese aire soberbio, la parisina sospecha que algo diferente hay en la vida de su amiga y aunque se haga la desentendida sabe que algo ocurre y se alegra que al menos le haga bien.