Maggie
Okay, okay, avancemos unos meses al presente, cierta escritora se tomó el atrevimiento de abandonarnos.
Perdón, pero ya estoy de regreso lo prometo.
Lo prometo mis ovarios, ya has dicho eso una vez.
Bueno ya, pareces Villamil, sigue contando.
Cómo les decía, yo me encuentro en Bogotá todavía, estaba terminando cosas del trabajo para poder unirme a los chicos en Los Ángeles junto con Nath y Dana. Las vacaciones en Cartagena fueron muy bonitas, hicimos de todo, fuimos a la playa con las debidas medidas, bueno, en ciertos momentos... si saben a que me refiero, hicimos muchas cosas, de verdad nos hacían falta las vacaciones, de ahí seguimos la cuarentena y los chicos terminaban el tercer disco y empezaban el cuarto, así como lo leen, cuatro discos...
Luego los llamaron para ir a Los Ángeles y llegamos aquí, dos días lejos de Juan en lo que termino este caso de una demanda de su antiguo empleo hacía mi cliente por supuesto robo sin pruebas, en fin, Colombia.
—Esta bien señor Ramos, le mandaré esta información a usted y a la corte, revisé su contrato, cámaras de seguridad, y carpetas policiales del caso, realmente no hay ninguna prueba en su contra, en cambio tengo a otro sospechoso en mente, le llamaré en cuanto sepa más ¿de acuerdo?- afirmé hojeando nuevamente las hojas, me encontraba en una videollamada con mi cliente, un señor de aproximadamente cincuenta años, humilde que apenas podía mantener a flote a su familia y el sueño de abrir su propio restaurante.
—Oh muchas gracias señorita Gómez, de verdad, no se como pagaría la cantidad de dinero que me pedían, n-ni siquiera se como le pagaré a usted- suspiró preocupado, me partía el corazón este tipo de casos, pero eran a los que más me gustaba ayudar, no necesitaba ningún tipo de pago y era gratificante ver sus ojos de emoción cuando me llaman antes de acabar el caso diciendo que un donador anónimo les había dado una exhorbitante cantidad de dinero, el dinero no me falta esta claro, hay gente a la que si, y siento que es mi deber ayudarles a cumplir sus sueños.
—No tiene porqué, Señor Ramos, con que siga sabiendo con esas empanadas que solo usted sabe hacer- sonreí -y claro que tenga privilegio como su clienta favorita en ese restaurante- dije guillando un ojo
—Esperemos que si, Maggie algún día- dijo después de soltar una carcajada.
—Bueno le mantendré informado sobre el caso, que tenga buena tarde señor- sonreí nuevamente
—Igualmente señorita Gómez, gracias por todo, y saludos a su novio- se despidió y después de despedirme también de su hija que lo ayudaba con la computadora, terminé la llamada, y como por arte de magia, apareció una nueva en la pantalla, la cual me hizo sonreír.
—¿Cómo está mi hermosa Robin Hood?- dijo Juan al otro lado de la pantalla esbozando esa sonrisa que tanto me gusta, me llamaba así porque decía que era dura con "los malos" como los llama él, y procuraba ayudar a las personas que los necesitaran, claro que también aceptaba casos de niños mimados que la cagaron, de algo tengo que comer.
—Extrañando a mi banjista favorito- murmuré haciendo un puchero
—¿Y qué tal a su baterista favorito?- saltó Martín a la pantalla, haciendo a Juan a un lado.
—¿Y su bajista favorito que tal?- dijo Simón imitando la acción de su hermano
—¿Y su multinstrumentista favorito?- se metió Isaza, a este punto ya aplastaban al pobre de Villamil
—¿Y su amiga más hermosa?- dijo Lau metiéndose también haciéndome reír, si,
los extrañaba demasiado.
—A todos los extraño demasiado- murmuré divertida
—Bueno ya, pero a mi me extraña más- sentenció Villamil quitando a todos haciendo que ría.
—¿Cómo les fue hoy? ¿Ya dejarán de atormentar a sus fans y sacar el tercer disco?- pregunté mientras acariciaba a Luna que descansaba a lado de mi computadora
—Aún no- rió -pero vamos avanzando con el cuarto, que es lo importante y bueno al menos les gustó No Hay Mas Que Hablar
—Claro que les gustó, sales tú ¿que más quieren?- bromeé
—Lastimosamente para ellas, solo tengo ojos para ti- dijo esbozando una sonrisa coqueta
—Basta, haces que te extrañe más- suspiré haciendo un puchero
—Lo sé- dijo de la misma manera -pero en pocos días ya estarás acá disfrutando de Los Ángeles y te tengo una sorpresa.
—¿Qué sorpresa?- pregunté divertida
—Si sacaremos De Cero- dijo fingiendo susurrarlo
—¿QUE? No juegues amor ¿de verdad?- grité emocionada espantando a Luna #TeamDeCero por siempre.
—Auch así no se puso cuando sacamos No Hay Mas Que Hablar- se indignó
—¡Traidora!- se escuchó el grito de Martín
—Las dos me encantan- murmuré
—Amor te dejo que nos vamos de vuelta al estudio, te mando un beso te amo- dijo rápidamente
—Te amo más, rómpanla- sonreí y colgamos.
Me puse a ordenar un poco la habitación, eran aproximadamente las cinco y media, así que me dispuse a preparar comida para llevar al lugar de Adri y Fer, Dana llevaría las bebidas, nos hemos estado juntando desde que los chicos se fueron y realmente me recuerdan los viejos tiempos y es agradable pasar tiempo con mis amigos de toda la vida.
—¡Pase!- escuché el gritó de Fernanda después de tocar la puerta, pasé como pude cargando los tuppers con comida, preparé arrachera asada además de hacer el guacamole y calentar las tortillas, en fin, tiempo libre.
—Ush ahora si te luciste Maggs- dijo Adrián ayudándome con todo lo que traía
—No tenía ganas de pintar y bueno Juan era mi otro pasatiempo- bromeé
—Okay suficiente información- sentenció Adri cambiando el tema de conversación
—¡Llegué!- gritó mi amiga Dana entrando efusivamente por la puerta, después de dejar las cosas corrí a abrazarla de la misma manera.
—Ya, Maggie yo se que me extrañabas, me siento como plato de segunda mesa, solo me usas cuando Villamil no está- dijo fingiendo indignación
—Sabes que eso no es cierto- reí
—Bueno ya vamos a comer, que ya está listo todo- afirmó Fernanda dejando el resto de la comida sobre la mesa. La velada se paso amena, entre risas y burlas de parte de unos y otros, hacía rato que no pasaba tanto tiempo con mis amigos y de verdad nos hacía falta, por la noche Luna y yo hicimos Facetime con Juan Pablo hasta quedarnos profundamente dormidos, y así todos los días.
