Me encontraba en el departamento que ahora llamábamos de Adri y de Fer, estábamos viendo un juego de béisbol en lo que estaba en videollamada con mi hermano Humberto, a Humberto y a mi nos encantaba aquel deporte desde pequeños, Adri era más fan del fútbol pero ya era una tradición que se nos uniera cuando veíamos los juegos.
—¡No mames! ¿Cómo que strike hijueputa? Bien pinche ciego que está el gordo ese- exclamé enojada
—Nunca voy acostumbrarme a tus nuevos insultos mexicolombianos- murmuró mi hermano desde el otro lado de la pantalla
—Eso le pasa por estar tanto tiempo con Villa- le apoyó Adri
—Ah si, el señor Villamil que mi hermana aún no me quiere presentar- dijo Beto con cierta molestia
—¿Cómo? ¿Mannie no le has presentado a Villa?- preguntó Adri confundido
—No es que no quiera, sino que no se ha dado la oportunidad- murmuré, la verdad es que no quería, Villa y yo estábamos por cumplir los tres meses, y mi hermano podría ser algo muy sobreprotector.
—Bueno y ¿por qué no ahora?, terminarán sus horas de estudio en cualquier momento- sugirió Adri, a quién fulminé con la mirada, Villa se encontraba en el estudio de nuestro departamento con los chicos, decidí venir para acá para no distraerlos ni nada por el estilo.
—Le preguntaré- murmuré entre dientes
Villa
Amor ¿ya van a terminar?
Ya casi ¿todo bien?
Si si, pero mi hermano
quiere conocerte
Okay, todo va a salir bien ¿si?
Tu no te preocupes
Si tu lo dices...
Claro que si mi amor,
te aviso cuando acabe, te amo
Te amo
—Me va a avisar cuando terminé- afirmé y vi como mi hermano asentía con la cabeza al otro lado de la pantalla del iPad, al poco tiempo me llegó un mensaje de Villa, diciendo que ya habían terminado. Esperamos a que se acabara el partido, (mi equipo ganó por si tenían la duda) me despedí de Adri y sin colgar la llamada con mi hermano, me pasé a mi departamento rápidamente y puse el iPad en la mesa del comedor.
—Amor, no sabía que habías vuelto ya- dijo Villa saliendo de la habitación, dejó un beso en mi cabeza y le hice una seña para que se sentara a lado mío
—Beto, él es mi Juan Pablo Villamil, Juan mi hermano Beto- murmuré algo nerviosa mientras presentaba a los dos hombres de mi vida, rezando porque se cayeran bien.
—Hola, es un placer conocernos al fin, puedes llamarme Villa, Maggie me ha hablado mucho de ti- saludó Villa sonriendo
—Hola, espero que mi hermana no me haya difamado mucho- rió mi hermano - el placer es mío Villa.
—Iré a bañarme en lo que ustedes se conocen- anuncié, dejé un beso en la mejilla de mi novio y me despedí de mi hermano, casi huyendo de la escena, la verdad es que siempre era lo mismo, Beto "amenazaba" a mis parejas y preferiría ya no escucharlo, así que me dirigí a dar un baño relajante para luego hacer tarea en la cama.
Villa
—Okay, Maggie se fue porque ya sabe lo que sigue en realidad- explicó Humberto, lo que me dejó algo sorprendido -mira, tu pareces un buen chico, Maggie no ha tenido buenas experiencias en el amor, realmente eres el único que la ha querido como merece y ha estado para ella en sus momentos difíciles por lo que me ha dicho Adrián, ella casi no habla de ti, no porque no quiera sino por miedo mi reacción, realmente quiere que me caigas bien. Bueno a lo que voy, no la lastimes por favor, cuídala mucho y quiérela como merece, ya ha pasado por mucho y ni su hermana ni yo estamos ahí para cuidarla, te la encargo mucho- finalizó, se notaba que eran bastante unidos y que le dolía que a su hermana la hubieran lastimado, Maggie me había contado que sus hermanos la cuidaban mucho debido a la misma ausencia de sus padres.
—Créeme que nunca haría nada para dañarla a propósito, ella es la persona que me hace feliz y que más amo y te prometo que está en buenas manos y que siempre la voy cuidar, si he notado que tiene pesadillas de vez en cuando y me ha hablado de su depresión y ansiedad, no le he querido preguntar de sus pesadillas porque no quiero ser invasivo pero quiero hacer lo posible por que esté bien y feliz, y creo que lo es, digo prácticamente vivimos juntos y hemos pasado momentos muy bonitos, solo quiero que ella viva más de esos, que se olvide de todo lo malo y sea feliz.
—Bueno creo que queremos lo mismo- sonrió - lo de sus pesadillas es algo que te tiene que contarte ella, pero me alegra que tenga a alguien como tú para cuidarla, si le haces algo te lastimo ¿si?- dijo bromeando a lo que ambos reímos -Ya en serio, me tengo que ir fue un placer conocerte, cualquier cosa que necesiten aquí estoy, nos vemos cuñado.
—No como crees, el placer es todo mío, igualmente chao- despedí a mi cuñado con la mano y colgó la llamada y me fui a ma habitación y me senté en la cama lado de mi novia, me recargué en su pecho obligándola a soltar su computadora y tener toda su atención.
—Oye, tengo que entregar eso para el martes- rió acariciando mi cabello y dejando un beso en mi frente.
—Pero yo no te he visto más que en la mañana y solo de ratitos, ¿o es que ya no me quieres ver?- murmuré haciendo un puchero y subiéndome encima de ella mientras le abrazaba.
—Claro que te quiero ver, no me canso de hacerlo- dijo abrazándome tiernamente -soy afortunada, hay gente que paga y llena estadios por hacerlo unas horas y yo te veo gratis todos los días.
—Es verdad, empezaré a cobrarte- sentencié bromeando y tocando levemente su nariz lo que hizo que Maggie riera
—Eres muy caro mi amor no puedo pagarte- murmuró poniendo sus manos en mis mejillas obligándome a verla a los ojos, nos quedamos allí unos minutos, examinando la cara del otro sus ojos hazel que me encantaban se toparon con mis ojos verdes, lo que hizo que las mariposas y una felicidad inexplicable apareciera como la primera vez que la vi, nos fuimos acercando poco a poco.
–Creo que ya sé como me puedes pagar- susurré a punto de juntar nuestros labios.
—¿Cómo?- murmuró ella mientras se mordía el labio, cosa que me volvía loco y lo sabía.
—Así- dije y choqué mis labios con los suyos, al principio fue un beso tierno y delicado, pero poco a poco se fue haciendo algo más fogoso y ambos sabíamos donde iba a terminar esto...
