꧞ IV. ¿Es esto un uniforme? ꧞

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Kim Jisoo

<<No, no, no, no te lo lleves>>

<<No, matame a mí, pero no a él>>

<<Ayudaaaaa>>

Estaba pendiente a la puerta de la cafetería, anciosa por ver la silueta del hombre que me volvía loca. Teníamos una cita.

Miraba el reloj constantemente, él estaba retrasado por media hora. Me parecía muy raro, siempre era muy puntual.

La mesera que atendía la mesa donde estaba sentada me miraba con malos ojos, porque no pedía nada así que le pedí un café.

En ese instante lo ví. Parecía que había llegado corriendo, estaba muy agitado, sudando y con la boca entreabierta.

Cuando me vió, fue hasta donde estaba y me cogió del brazo fuertemente —Debemos irnos —anunció.

—¿Por qué? ¿Qué ha pasado? —pregunté.

—Él me viene persiguiendo —me estaba asustando —Debemos huir, vamos, vamonos muy lejos de aquí —insistió.

—¿Quién es, Dimitri?

Estaba desconcertada.

—Es el Depredador y Seductor, va a venir a deborarnos.

—¿Quién es él?

—No debes saber nada de él o terminaras perjudicada.

—¿Como sabes tanto?

—Nunca te lo dije, pero soy cazador de vampiros.

Después de salir del café fuimos  a su departamento y él comenzó a empacar sus cosas hasta que un hombre de piel blanca y ojos rojos nos hizo sobresaltar del susto. Él no me vió a mí, pero yo si a él.

—Despierte.

Sentí un fuerte golpe en mi espalda y abrí los ojos. Me había dormido en el autobús.

—Se ha quedado dormida. Esta es la última parada —anunció el robusto chófer.

Rápidamente salí de ahí y tomé un taxi hasta el edificio abandonado, donde me reunía con los otros cazadores.

Al llegar como era costumbre todo era muy solitario. Me adentré por la puerta trasera y encendí la linterna que llevaba en mi mochila.

Llegué hasta el ascensor y coloqué el código: 06412. Entonces se abrieron las puertas a nuestra guarida.

Allí me esperaba expectante nuestra directora Soojin, con una carpeta llena de documentos.

—Al fin llegas —me dijó— Acompañame a mi despacho.

Me condujo hacia él, era extraño, solamente hablaba ahí cuando era un caso de mucha cautela.

—¿Qué ha pasado? —dije mientras miraba el gran desorden que tenía.

—No te fijes en lo regado que esta mi despacho.

Era imposible no hacerlo. Todos los cojines del sofá estaban en el suelo, habían pelusas arriba de su escritorio y las paredes estaban húmedas. Ya entiendo porque nunca trae a nadie aquí.

—Esta bien. ¿Qué ha pasado?

—A desaparecido otro cazador.

—¿Cómo? ¿Fue él?

Tenía que serlo.

—Sí y ya sabemos donde esta. Yoo Jimin, la desaparecida, estaba encubierta en su casa como su sirvienta.

La ví en una ocasión por aquí, pero no habíamos hablado mucho.

—¿Cómo entro yo en todo esto?

Por el rabillo del ojo pude ver una rata salir por la puerta. ¡Qué asco!

—Serás la nueva sirvienta.

—Sabes que si lo veo lo mataré —pronuncié desafiante.

—Lo se, pero eres la única preparada para esta misión. En caso de ser necesario puedes matarlo. ¿Lo tomas?

—Si —suspiré con la mente clara en mi objetivo.

—Tu nueva identidad es Lee Jin Si. Eres una huérfana quien necesita un trabajo para poder sobrevivir. Nunca fuiste buena en la escuela —se sentó sobre su mesa— ¿Qué te parece?

—Perfecto. ¿Cuándo empiezo?

—Hoy mismo. Te esperá en su casa. ¡Ah! No será fácil, te lo advierto.

—Soojin, ese hombre mató a Dimitri, tengo que acabar con él.

—De acuerdo, por cierto —se cruzó de brazos— ten cuidado y no te seduzca.

Trague saliva y me marché.

Me despedí de mi mamá y mi hermana diciendo que me iría de viaje por trabajo. Ellas piensan que sigo siendo periodista, pero lo dejé por cazar seres sobrenaturales.

Tenía mi maleta en una de mis manos y en la otra un papel con todas las características del D&S(Depredador y Seductor)

Ya estaba frente a su hogar. Tenía una arquitectura antigua y se podía apreciar que tenía dos pisos. La puerta era enorme y de madera.

En la entrada había una enorme fuente. Mientras metía mis manos en ella las puertas de la mansión fueron abiertas.

—Bienvenida

Me saludó el que me imagino sería el mayordomo. Llevaba puesto una licra negra y una corbata, lo extraño era todo su abdomen afuera.

Me enseñó todas las partes de la casa y mi nueva habitación. Fue un largo viaje.

Todo iba bien hasta que vi mi uniforme tendido en la cama.

—¿Debo ponerme esto? —sujete las mangas del extraño vestido.

Tenía un corsel en la cintura y era extremadamente corto, por encima de los muslos. Al lado de este estaban unas medías de encajes color negro y unas botas por arriba de las rodillas. ¿Es eso un uniforme para una sirvienta?

—¿Qué pasa? Es bonito. A la anterior le encantaba.

A la otra no le quedaba otro remedio.

—Tienes razón —mentí.

Y a mi tampoco.

—Recuerda, la servidumbre se levanta a las ocho de la mañana.




—Recuerda, la servidumbre se levanta a las ocho de la mañana

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Depredador y ՏҽժմςԵօɾ  [✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora