~ 이십오 ~

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Charlotte estaba teniendo serios problemas; problemas que últimamente desembocaban en pesadillas... O en realidad no eran pesadillas pero ella lo percibía de esa manera. No era normal tener sueños calientes todo el tiempo con Jeon Jungkook. El tipo le había trastocado la mente, ahora estaba segura, y estaba entrando en pánico. 

Con el corazón latiéndole a mil y con una fina capa de sudor cubriendo su frente, se sentó en la cama a reflexionar sobre la "pesadilla" que tuvo. Todo había comenzado bien. Primero era Hana, su bella y dulce Hana, en la cama y con el cuerpo de la chica sobre el suyo, pero luego todo se volvió turbio cuando Hana comenzó a tocarla y sus manos ya no eran pequeñas y delicadas sino grandes y un poco rusticas; el cuerpo de Hana estaba cambiando, ya no era grácil y femenino, ahora era enorme y musculado. Lo más aterrador fue cuando miró hacía donde debería estar la cara de Hana, en cambio se encontró con la cara excitada de Jungkook... y lo siguiente es historia. 

Estaba perdiendo la cabeza porque ya no podía ver a Jungkook sin que su cuerpo entero entrara en llamas. Dios, habían estado tan calientes esta semana que no habían podido evitar escaparse a la biblioteca para frotarse y besarse como mismos necesitados. Era patético la manera en la que no podían mantener sus manos lejos del otro. Charlotte había desarrollado un tipo de manía sobre Jungkook; no podía dejar de tocarlo. Tenía que tocarlo en todo momento, era como una necesidad tan fuerte como respirar, y no sabía porque, lo único que le daba consuelo era el hecho que Jeon también parecía adicto a tocarla, el hombre mantenía sus manos sobre ella todo el tiempo; en sus brazos, en su cuello, en su espalda baja, en sus muslos cuando se sentaban juntos... o en su trasero cuando iban caminando. Y no iba a mentir, le gustaban las manos de Jungkook cuando la tocaban, y aún más cuando mantenían un agarre firme sobre su cuerpo cuando tenía un orgasmo provocado por esas mismas manos. 

Sí, definitivamente, había perdido la cabeza, pero esto no era culpa sólo de Jeon, claro que no. No sería tan hipócrita de pensar que sólo Jungkook había jugado con su mente. 

Ella también tenía algo de culpa por dejar que las caricias de Jeon se le metieran bajo la piel. Pero, como se supone que iba a resistirse cuando las caricias de Jungkook dejaban un rastro de fuego vivo sobre su piel. Jungkook la adoraba con sus caricias y ella permitía que él elevara el altar hasta lo más profundo de su ser. Claro, nunca habían hecho más que sólo tocarse y lamerse mutuamente, pero ya no había pudor alguno en ellos; se habían visto completamente desnudos y la primera vez que fueron más allá fue hace, exactamente, una semana, cuando Charlotte había ido a la casa de Jeon a llevarle unas galletas que había hecho su padre y lo siguiente que supo era que estaba en la habitación del azabache, completamente desnuda y con la cabeza de Jungkook entre sus piernas. Se habían tocado, y se habían acariciado como nunca antes lo habían hecho, casi que parecía una necesidad... Y tal vez lo era, pero Charlotte no quería profundizar en eso. Pero no podía evitar que su piel ardiera cuando recordaba lo desesperadas que fueron las manos de Jeon por todo su cuerpo, buscando anhelante recordar en el tacto de sus manos la textura de su piel. Y Charlotte no se quedó atrás; decir que lo había acariciado era poco, casi quiso fundirse en el cuerpo de Jungkook porque lo había extrañado, su cuerpo lo echaba mucho de menos, incluso mucho más de lo que ella realmente lo hacía. 

Una semana que Jeon Jungkook no había asistido a la universidad por "asuntos familiares", y en esa semana casi se vuelve loca. ¿Desde cuando era tan dependiente de Jungkook? No lo sabía, pero cuando llegaba a su casa, en la comodidad de su habitación, con el cuerpo en llamas siempre lo recordaba y al hacerlo se perdía entre sus propios dedos, pensando en los dedos de él, en su boca... en su cuerpo. Si aún no había sexo real entre ellos era porque Charlotte sentía que no debía cruzar esa línea, que aquello sería peligroso. Cada vez que Jungkook se metía desnudo entre sus piernas lo detenía porque no podía dejar que pasara, porque si llegaban a dar ese paso sólo confundiría más las cosas entre ellos, Y Jungkook no se merecía aquello. 

Jeong | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora