La guerra entre Grecia y Persia empezó cuando cumplí dieciséis años. Un conflicto bélico sin precedentes, inspirado por los deseos egoístas de uno de los hombres más poderosos del mundo, su nombre, Lionel Luthor.
No hubo una declaración formal de guerra, sólo algunos roces coyunturales entre ambas naciones, pero nada que justificará un conflicto de tan altas magnitudes, o eso creíamos, hasta que el rey Lionel decidió atacar de forma mezquina. Una noche cualquiera, al amparo de las sombras, desembarcaron en nuestras costas, desplegando su flota, el rey persa quiso dar el golpe definitivo contra Grecia, buscando invadir y conquistar Atenas.
Zor-El, mi padre, siendo el general espartano más respetado de todas las ciudades estado-griegas pudo prever tan alta traición. Quiso luchar junto a los atenienses, pero Esparta no quería inmiscuirse en este conflicto, inclusive el rey Jor-El le prohibió a su general participar en tal disputa, pero él, siendo el guerrero valiente, leal y bondadoso; muchos dicen que fue exactamente este último atributo el que nos costó la victoria, el desencadenante para que esta guerra perdurará muchos años más, fue contra las ordenes del rey, su hermano y se embarcó en la lucha por la supervivencia de la ciudad, porque lo que no podía comprender el resto de Grecia, era que sí, efectivamente, Lionel Luthor lograba conquistar una de las ciudades más importantes del país, nada podría detenerlo a la hora de invadir el resto.
Quise acompañarlo en la contienda, pero me lo prohibió, dijo que la ira de mi tío sólo recaería sobre él, sería demasiada la deshonra si otro miembro de la familia se viera implicado en tal odisea. Esa fue su excusa, yo sabía que poco le importaba lo que pensará el rey Jor-El, no quería perderme, esa era la innegable verdad. De haber sabido lo que ocurriría esa noche, hubiera insistido muchísimo más en estar a su lado.
Zor-El, siendo un hábil estratega, decidió trazar un plan que pudiera darle la ventaja en el campo de batalla, puesto que los atenienses no eran verdaderos guerreros, tal y como los espartanos. Papá no podía contar totalmente con un combate cuerpo a cuerpo. Imitando la estrategia del enemigo, planificó una emboscada. El ejercito ateniense aguardo escondido en las orillas de la costa, esperando el desembarque de los navíos persas, quienes llegaban cansados de su viaje en alta mar y totalmente inadvertidos de la treta que también estaba gestando mi padre en las sombras, apenas pudieron defenderse del sorpresivo ataque. Arrasaron con los extranjeros, éstos hicieron poco a la hora de repeler la emboscada, volaron flechas, acero contra el acero, el olor a sangre y carne quemada.
El general espartano luchó con gallardía, aniquiló a sus enemigos, guio a los atenienses hasta la orilla del mar, donde él sabía que debía atestar el golpe definitivo.
El rey Lionel permanecía aún en su embarcación, observando la carnicería desde la distancia, totalmente asombrado por el inesperado contraataque y ordenando la retirada de sus tropas en consecuencia, pero Zor-El no iba a permitir tal cosa, en una maravillosa maniobra, recogió un arco enemigo del suelo y con habilidad siguió avanzando, hasta que alcanzó la posición perfecta para disparar y sin vacilación alguna, apuntó al desprevenido rey persa, el cual seguía gritando órdenes a sus tropas, el único que pudo ver la jugada del comandante espartano fue el príncipe Lex Luthor I, quien había acompañado a su padre en la contienda. Sin prever este inesperado desenlace, corrió rápidamente al lado de Lionel, tratando de sacarlo del camino, pero la flecha fue mucho más rápida, incrustándose en el pecho del rey persa a una velocidad vertiginosa.
Zor-El observó desde su posición en la orilla como el rey Lionel era sostenido por el príncipe persa. La embarcación sumergida en el caos, todos tratando de auxiliar al rey.
Por un breve momento, el general espartano sintió pena, el muchacho no podría tener más de dieciséis años, tal y como su amada hija, tal vez por esa razón no alzó su arco de nuevo, tal vez por esa razón no apuntó a Lex Luthor, porque al ver cómo sostenía a su padre entre lágrimas, le recordó como todos, de una forma u otra, eran víctimas de esta matanza sin sentido, así que lo dejó ir, sin imaginar jamás, que tal vez ese sería su mayor error, el error que podría costarle la guerra a Grecia.
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.Muchas gracias por leer el prólogo. La verdad, está historia había estado dando muchas vueltas en mi cabeza en todos estos días. Desde que vi la película 300: el nacimiento de un imperio se me quedó la idea grabada, y dije, esto da para hacer una historia Supercorp. Me gustó mucho la esencia de los personajes, amé a Eva Green en su papel de Artemisa y no pude evitar pensar como se vería Katie en éste, porque la verdad me encantan los personajes complejos. Habrán muchos cambios para poder que tenga sentido la trama y los personajes, pero la esencia de la historia es la misma.
Esto va a ser combustión lenta, porque habrá muchos temas que tendré que tratar y la verdad Lena será un poco AU o tal vez no, depende de la perspectiva. Aún así gracias y espero que le den una oportunidad.
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Reina De Mi Imperio
RomanceSólo quería ganar la guerra, salvar mi ciudad, proteger a mi gente. Nunca imaginé que caería presa de sus deseos, de su mirada, de su sed de venganza. Me enamoré profundamente, pero no podía rendirme ante ella, cometer traición, darle la espalda a m...