κεφάλαιο IX

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—¿¡Pero qué demonios están haciendo!?— Grito Lena, sin poder creer que sus hombres fueran tan estúpidos. Estaba lívida, sentía tanta furia dentro de si. ¿Cómo se atrevían a ser tan incompetentes?, ¿acaso era tan difícil que captarán adecuadamente una de sus ordenes?.

Los soldados persas se quedaron inmóviles cuando escucharon la pregunta cargada de ira, cada uno olvidándose momentáneamente del semental blanco que habían estado tratando de controlar desde hacía unos buenos minutos. Su comandante no se veía para nada contenta, si el profundo ceño fruncido que les estaba enviando era una clara indicación de su estado de ánimo. 

—Brainy, cuál es el significado de esto— Pregunto la comandante con disgusto, su postura denotaba toda su irritación. 

El teniente sopesó con calma la respuesta dentro de su cabeza. Al parecer atar al animal y subirlo a la fuerza al navío imperial no había sido una de sus ideas más brillantes, pero no había esperado que la princesa se mostrara tan enojada por ello, sabía que si no pisaba con cuidado lo más probable es que tuviera que prescindir de su puesto o peor aún de su vida. 

—No quería perder el tiempo comandante, tal y como me había ordenado, y ya que el caballo no estaba cooperando, creí que esta sería la única manera de que cediera a nuestras demandas— Respondió con firmeza el pelinegro pero sin levantar la mirada, no queriendo darle otra razón a la princesa para que lo despidiera.  

Lena observó a su teniente fijamente durante unos buenos minutos, percatándose de como su postura se empequeñecía al mismo tiempo que su mirada permanecía sobre él, lo cual sólo termino de molestarla aún más. 

—Fuera de mi camino— Hablo con voz dura la ojiverde. 

Brainy no tuvo más opción que seguir sus ordenes, abriéndole espacio a su líder sin objeción alguna. 

—Lena, no creo que sea una buena idea— Dijo Kara con incertidumbre, captando lo que quería hacer la mujer. —Déjame, yo lo calmaré— Prosiguió con voz apacible, sin saber como actuar exactamente después de ver como la comandante mostraba sin esfuerzo alguno el poder crudo que ejercía sobre sus soldados, pero la pelinegra hizo caso omiso de su pedido, acercándose con paso raudo a Krypto, el cual se veía bastante confundido al ver como todos los hombres con los que había estado luchando lo dejaban tranquilo repentinamente.  

La princesa persa se movió con parsimonia hacía el caballo, el corcel se mostraba más curioso que asustado por sus acciones, Lena aprovechó la oportunidad y levantó lentamente su mano, Krypto se inquieto un poco por el movimiento pero no opuso resistencia y dejo que la ojiverde se acercará un poco más. 

Kara estaba expectante de lo que estaba sucediendo y no era la única, todos se encontraban atentos al extraño giro de acontecimientos, la rubia casi había intervenido en el justo momento que la comandante había levantado la voz, exigiendo una explicación a sus subordinados sobre el maltrato que estaba recibiendo el caballo. La heredera Zor-El había mirado con asombro a Lena, sin poder creer que ella se encontrará realmente disgustada por el trato al que estaba siendo sometido Krypto y aún más sorprendida cuando la misma mujer había decidido acercarse personalmente para calmar a su corcel. 

—Eres un buen chico, ¿no?— Dijo Lena con voz suave, dirigiéndose al semental blanco. En realidad era una magnífica criatura y era una total vergüenza que sus hombres hubieran tratado de doblegar su voluntad con fuerza bruta. —Déjame quitarte esto—. Sólo esperaba que el caballo estuviera lo suficientemente calmado para poder quitar las sogas de su cuello sin ningún contratiempo. 

Krypto siguió observando a la extraña mujer con curiosidad, sin poder decidir si debía alejarla o no, hasta el momento no había representado ninguna amenaza pero por lo que el mismo sabía eso podía cambiar drásticamente. Se inquieto un poco cuando su mano se acercó lentamente a su cuello, se sacudió pero la mujer no mostró ningún signo de retirarse, por el contrario, eso solo pareció darle más confianza. 

Reina De Mi ImperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora