Επεισόδιο II

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Kara se sorprendió al ver como los pocos ciudadanos que hacían sus compras habituales en el mercado a esa hora del día, se acercaban lentamente a su padre, queriendo felicitarlo por la victoria. Él, siendo un hombre modesto, hacía comentarios burlescos referentes a sus enemigos persas, queriendo aligerar el ambiente y evitando, a su vez, las preguntas incómodas de la multitud. Desde la posición en la que se encontraba podía observar muy bien la cara del general, quería creer que conocía lo suficiente a su padre como para saber que no estaba dejando entrever sus verdaderos sentimientos. Cuando se encontraron por primera vez en las puertas de la metrópolis, se había percatado de que Zor-El parecía preocupado, a pesar de la gran sonrisa y los abrazos, su postura había denotado intranquilidad. 

—Estas demasiado pensativa— Afirmó Alex al ver como la rubia miraba con un pequeño ceño fruncido al general Zor-El, mientras éste se encontraba a unos cuantos pasos, charlando animadamente con algunos guardias espartanos que habían estado patrullando y los cuales, probablemente, se vieron atraídos hacia el lugar por el barullo de la muchedumbre.

—No es nada en realidad, sólo estaba pensando en mi próxima excusa para evadir las clases de Winn— Respondió de forma divertida. No quería preocupar a su amiga pelirroja con ideas irracionales, tal vez estaba exagerando demasiado las cosas.

—¡Oye! sólo por ese comentario no voy a ayudarte más en tus clases de aritmética— Replicó indignado el ateniense, observando las sonrisas divertidas en la cara de sus amigas.

—Sólo estoy bromeando Winn, sabes que nunca sobreviviría a esas lecciones sin tu ayuda— Apeló la hija del general al ego de su maestro, no queriendo ser sometida a un castigo tan atroz. Definitivamente la combinación de números y letras estaba lejos de ser su fuerte.

—Estoy cansada de que sólo hablemos de clases y deberes. El sol esta empezando a ocultarse, así que tampoco podemos entrenar. Tratemos temas más interesantes entonces. Kara ¿Ya llevaste a Lucy a su primera cita? — Interrumpió de repente la pelirroja, observando como los colores en la cara de su amiga cambiaban drásticamente. Los ojos azules se abrieron de forma significativa y miraron hacia los lados, observando a los pocos transeúntes que pasaban y los cuáles estaban totalmente ignorantes de la conversación que se estaba llevando a cabo entre el grupo de amigos.

—Podrías bajar la voz, alguien podría oírte— Replicó Kara totalmente avergonzada. Su compromiso con Lucy seguía siendo un tema delicado. A pesar de haber sido amigas durante toda su infancia, la idea de su matrimonio seguía siendo un asunto difícil de digerir para la rubia.

Winn pudo comprender en cierta medida la reticencia de Kara a su alianza. Como su tutor, se veía involucrado continuamente en los asuntos oficiales de la familia real, su papel requería que alentará a su pupila a honrar su pacto con la familia Lane, pero como amigo, sentía pena por la rubia. Kara quería a Lucy, ella misma se lo había confesado en alguna de sus sesiones, pero entre querer y llegar a amarla, había un largo camino. La joven Zor-El temía que sus inseguridades le impidieran convertirse en una buena esposa, aún más cuando sabía que Lucy estaba profundamente enamorada de ella.

—Sabes que no puedes huir de este tema para siempre. Es algo que tendrás que afrontar tarde o temprano Kara, es tu deber, además, Lucy es excelente, siempre han sido amigas, con el paso del tiempo podrán conocerse mejor como pareja y tal vez su matrimonio será la unión que llené su vida de absoluta felicidad— Dijo Alex de forma comprensiva, entendiendo que su pregunta había puesto incómoda a su amiga. —Ella te ama, haría lo que fuera por ti. Todos lo sabemos. La forma en que te mira cuando están en la misma habitación, la delata por completo—

—Ya lo sé— Respondió Kara con cansancio, lo sabía y sabía que sería muy cruel de su parte ignorar los sentimientos de la heredera Lane. —Sólo desearía que me hubieran dado una opción. Habría sido mucho más difícil si me hubieran forzado a un matrimonio con una completa desconocida, pero tampoco pude abogar nada. Desde la boda de Clark y Lois, todos asumieron que lo mejor para mí sería casarme con Lucy, incluso mi padre estuvo de acuerdo—

Reina De Mi ImperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora