capitulo 17

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¡Ayúdame! -le dije y ella riendo extendió su mano- ¡Error! -dije tomándola de la mano y la atraje conmigo hacia el agua. Ella gritó y luego cayó a mi lado, me sumergí por ella y salió riendo, pero sin gorrito.

- ¿Y tu gorro? -reí, ella abrió sus ojos completamente y tapó su cabeza con su mano mientras con la otra se sujetaba en la canoa.

- ¡Busca mi gorro! -gritaba desesperada, yo reí y me acerqué a ella.

- ¿Qué sucede? tienes muchos en tu casa, te compraré otro.

- ¡No! lo necesito ahora ¡ya! -me gritó.

- ¿Por qué? -vi que sus ojos se aguaban.

- Por favor Erick... -Me le quedé mirando y me acerqué a ella sosteniéndola en mí, la llevé al bote y ella tenía aún sus manos en su cabeza. Tomé sus manos y ella lagrimeaba. Tomé parte de su cabello y ella agachaba su cabeza, al parecer se rendía, le hice el cabello hacia un lado tapando la parte en la que a ella le hacía falta. Las oculté y medio sonreí.

- Al menos hasta que lo encuentre -dije observando a mis lados. Me aventé al agua, estaba dispuesto a hacer lo que sea por verla feliz, salí a la superficie y respiré un poco y me volví a sumergir, mientras escuchaba a _______ diciendo que parara, pero no lo haría, salí y vi algo azul que colgaba en la canoa, al parecer no se mojó, quedó atorado a un tornillo cuando _______ cayó, lo tomé y me subí de nuevo, ella me tomó de la cara y me abrazó.

- ¿Te encuentras bien? -la veía con los ojos llorosos.

- Sí -di un respiro, y saqué su gorro de atrás de mi espalda. Ella tapó su boca, lo tomó y me abrazó muy fuerte, yo respondí a su abrazo, y suspiré, se sentía tan bien, sentir sus brazos sobre mí, rodeándome. Me separé un poco de ella, y la miré a los ojos, no quería propasarme más, aunque deseaba tener sus labios con los míos de nuevo, no pensaba hacerlo más, así que besé su mejilla, y ella se colocó el gorro.

- Muchas gracias, no sabes cuánto significa esto para mí -respondió llena de emociones.

- Está bien -sonreí y ella volvió a abrazarme, pero besó mi mejilla de nuevo.

- Sonará DEMASIADO cursi, pero te lo diré de todas formas -me dio curiosidad- eres y siempre serás mi héroe -Reí, definitivamente sonaba cursi.

- Gracias _______, es bueno saber que lo soy -respondí y ella me dio un beso dejándome realmente atontado.

- ¿Regalo de agradecimiento? -levanté la ceja.

- Pudiera decirse que sí -rió apenada, mientras veía sus mejillas colorarse.

- Métete en apuros más seguido -ella tapó su cara, y me dio un golpe en el brazo.

- Prometo que será el último - me mal dije.

- Está bien -le sonreí. Regresamos a la orilla y la ayudé a bajarse, hacía un poco de frío y no estábamos con chaquetas o suéteres. Decidí abrazarla por atrás mientras ella caminaba, giró para verme.

- Gracias, amable joven -me contestó.

- No es nada, mi querida princesa -besé su mejilla colorada. De acuerdo, si ella no se daba cuenta de lo enamorado que yo estaba de ella, sí que era una despistada. Ella veía de vez en cuando hacia arriba y me sonreía, yo también lo hacía, hasta que dejé de hacerlo y ella también, ahora solo me observaba.

- ¿Siempre tienes los labios tan rojos? -preguntó y yo me sonrojé.

- No... no lo sé -respondí y sentí que mis labios temblaban debido al nerviosismo que ella provocaba en mi.

- Son lindos -dijo mientras sonreía tiernamente.

- Supongo que ¿gracias? -no sabía que decir en esos momentos, no quería sonar muy insinuado si le decía algo de los de ella, simplemente eran perfectos: delgados pero carnosos, lisos, rosados e irresistibles.

- De nada -me guiñó el ojo. Fuimos caminando a su casa, de la misma manera hasta llegar a su puerta. Se paró frente a mi.

- Fue un gran día, gracias.

- Por nada -respondí y desvié la mirada algo nervioso,¿ qué se suponía que hiciera?, ¿darle un abrazo? ¿retirarme solo así? ¿Besarla? No, no tendría tanta suerte de besarla dos veces en el mismo día. - Hem... sí bueno... creo que yo me tengo que ir -mencioné algo incómodo.

- ¿Te irás? digo, yo hem, si se hace tarde -dijo nerviosa. Sabía que ella sentía algo por mí, lo presiento, alguien no te besa solo porque sí.

- Sí, gracias por este día, me divertí -tomé su mano.

- Yo también y gracias por lo de mi gorro -se puso algo nerviosa.

- No es nada, tu secreto está guardado conmigo -ella se exaltó un poco.

- ¿Secreto?

- Sí, sé que te hace falta un poco de cabello, lo alcancé a notar -ella puso cara triste.

- Pero no es lo que crees... -levanté su rostro.

- Sea cual sea la razón, eres perfecta así __________.

- Pero... me falta cabello -susurró dolida.

- Y a mí me sobra -dije mientras ponía mi cabeza sobre la de ella, haciendo que mi cabello tapara un poco de su rostro- podría estar así todo el tiempo -susurré, mi frente estaba en la de ella- y no me molestaría... -Sus ojos brillaban y los míos se reflejaban en los de ella, definitivamente estaba perdida e irrevocablemente enamorado de ella, cada segundo que pasaba mi corazón se alborotaba más y no lo podía evitar.

- Gracias -susurró ella.

- ¿Por qué? -le puse más atención, sus ojos eran perfectos, eran color verdes.

- Por ser mi héroe -deslizó sus brazos entre los míos y me abrazó.

- Gracias a ti, por ser mi princesa -besé su frente y la cargue un poco para abrazarla. Esta sensación me comía por dentro, simplemente necesitaba de ella, de sus abrazos, sus besos, sus caricias, de todo. Nos quedamos así por un par de minutos más, en serio que me encantaba estar con ella, pero esto no me llevaría a nada más que a querer besarla. Así que me separé y sonreí. - Tengo que irme... de verdad -dije y ella asintió. ¿Qué hago? Nada, me giré y bajé los escalones para luego dirigirme a la banqueta, al llegar ella levantó la mano y yo también. Bajé la mirada y así seguí mi camino a casa. "Estoy perdido" -pensé. Hacía frío, por un momento pasó por mi cabeza regresar a su casa, para que me abrazara y nos mantuviéramos calientes. No lo mal interpreten, reí a mis adentros. Necesitaba darme un baño, apestaba a pescado, no sé cómo en el camino ninguno de los dos se quejó del olor, quizás estábamos muy ocupados en nosotros. Erick Colon, apenas la conoces, es la primera chica que provoca esto en ti. Suspiré y llegué a casa, oliendo mal, y sintiendo la mirada de mi familia-.

-Solo... estoy feliz -confesé y ellos pasaron de mirarme con cara de "idiota" a un "aw, el idiota está enamorado". No les di importancia y entré a mi habitación, me di un refrescante baño, me puse unos bóxers y me acosté mirando el techo y pensaba en sus ojos, en su sonrisa, en su cabello, y de pronto se me vino la imagen de su falta de cabello, aun no me explicaba el por qué. Tenía que acordarme para mañana, investigar, miré el reloj y eran las 10:40 pm. Decidí enviarle un mensaje de texto a _________.

- "Mañana a las 8 paso por tu casa, iremos juntos a la escuela... ¿quieres?" -No pasaron más de 2 minutos cuando ella me contestó: ''Estaría encantada de irme contigo en la mañana''. No pude evitar sonreír como idiota enamorado, al ver el mensaje. - "Usa el gorrito negro... me gusta mucho cómo se te ve" -envié y luego recibí su respuesta- "Usa tu sudadera morada... me gusta cómo luces" -Dios... esta chica me volverá loco -pronuncié bajito. ''A tus órdenes mi hermosa princesa, nos vemos mañana, te quiero'' -me acomodé, mientras esperaba su respuesta, pero no recibí ninguna, eso me puso ¿triste? Erick, es sólo un mensaje.-

A PESAR DE TODO ERES MI PRINCESA ERICK COLON Y TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora