- Hem, Erick ¿podemos hablar? -era Emma.
- Si seguro -dije y le susurré al oído a _______.- No te escaparas de esta pequeña -ella empezó a reír y baje al campo junto con Emma, quien traía puesto un ajustado traje de porrista.- ¿Qué sucede?
- Erick... ¿tú y yo qué somos? -reí a su pregunta.
- Por supuesto que amigos ¿qué más podríamos ser? -ella bajo la mirada.- ¿Qué tienes? ¿Pasa algo? -le pregunté dudoso.
- Si, ella -dijo volteándola a ver, yo también lo hice y jugaba con la motita de su gorro sin quitárselo, sonreí al verla jugar con su gorro.
- ¿Quién? ¿_____?-reí.- ¿Qué tiene?
- ¡Vamos Colon me dirás que no sabes!
- ¿Qué cosa? -aun no entendía.
- ¡Qué ella es una rarita! nadie la quiere -dijo ella, automáticamente, gruñí.
- ¿Qué problema tienes con ella? -pregunté- ¿Qué tiene de malo? -ella solo la veía con un gesto de desdén- Emma, te creía diferente... pero veo que eres igual a Daysi, y yo con este tipo de personas no me junto.
- ¿Ahora te pones de su lado? -preguntó y yo suspiré.
- No hay un lado, y si lo hubiera, sí... estaría del lado de ella -dije molesto- no es rara, es especial, y más para mí.
- Te ha lavado el cerebro Colon... -dijo mirándome como si fuera un raro- me decepcionas.
- Pues lo lamento -dije y regresé a donde estaba ________. Pude notar en su rostro, algo de preocupación, me senté a lado de ella.
- Ya podemos seguir -le indiqué.
- ¿Qué paso con tu amiga? -pregunto con preocupación.
- No nada, solo cosas estúpidas de gente estúpida -note que estaba impresionada por su cara.- ¿podemos seguir?
- Hem, si claro -dijo ella. Seguimos con las preguntas pero eran ya más personales como: ¿cuántos hermanos tienes? ¿Cómo se llaman tus padres? ¿Cuál es tu comida favorita? entre otras...
- ¿Qué lugar deseas visitar? -pregunté.
- ¡Paris! -exaltó.
- ¿En serio? ¿Por qué?
- Es un lugar hermoso aparte es la ciudad del amor, donde todo pasa -reí a su comentario y seguimos con más preguntas hasta que el entrenador me llamó para jugar.
Estuve jugando futbol durante un buen rato, mientras veía a ________ sentada en las gradas donde yo la había dejado. Era tan bonita, claro... no era rubia y tampoco tenía un cuerpazo, pero era tan hermosa como persona, era agradable y fácil de convivir con ella, como un chico, un mejor amigo, pero en mujer y más confiable. Estaba con el balón, ellos confiaban en mí y tenía que meter un touchdown aún no venía nadie, paré un poco para respirar y voltearla a ver, ella me saludo con su mano y una gran sonrisa pero cuando volteé todos venían hacia mí y me taclearon. Sí, no es bueno distraerse, ella tapó su boca y vino corriendo hacia el campo y me tomo de la cara.
- ¿Erick estas bien? -dijo muy preocupada.
- No... Siento como si un montón de rinocerontes se estamparan con mi cuerpo -dije mientras trataba de levantarme pero ella me lo impidió.
- Debes permanecer aquí, espera -pidió mientras tenía una expresión de angustia.
- Estoy bien... sigo siendo de acero -sonreí y ella también.
- Bien, pero no te distraigas tanto -dijo dándome un beso en la mejilla.
- Fue tu culpa -reí, mientras me levantaba.
- Me puedo ir si quieres -dijo mientras se alejaba.
- ¡No! -ella volteó- quiero decir...no dejaré que te vayas sola a tu casa.- Por favor espera -pedí- solo hasta que se acabe el juego... anda, te acompañaré a casa -sonreí. Ella meditaba, se puso algo roja y a mí me daba curiosidad el saber por qué-. ¿Pasa algo?
- Nada -dijo ella volviendo a sí-. De acuerdo pero... te advierto de nuevo lo de mamá y mi tía...
- Se a lo que te refieres, no hay problema -dije mientras me ponía el casco.
Reí.- Bien, más cuidado ¡eh! -me advirtió.
- Claro -salió del campo y se fue a sentar a donde antes. El entrenamiento terminó a los 40 minutos, me secaba el sudor con una toalla cuando fui con _______- Ni pienses que te abrazare así Colon-dijo mientras se alejaba.
Sonreí, ni siquiera lo había pensado, corrí a ella y la abracé y ella gritaba despavorida-. ¡No escaparás! -dije frotando mi rostro en el de ella sin soltarla.
- ¡Qué asco! -gritó ella moviéndose- ¡No!
- ¡Sí! -dije riendo y ella me rodeó el cuello y dejó que la siguiera abrazando.
- Jaja, ahora me tendré que bañar con más jabón -rió, mientras la limpiaba un poco.
- ________ hay que ahorrar agua -la volteé a ver y ella hiso lo mismo.
- Erick...-dijo mi nombre con un tono molesto.
- Jaja, era broma pequeña -la abrasé.
- Te iba a decir que tú fueras un hippie pero... -ella rió- ¿qué pensabas tú que diría?
- Hem... -dije y luego me puse rojo-. Nada....
- No dime... ¿a qué crees tú que me refería? -preguntó- o mejor... ¿a qué te referías tú?
- ¿Oye no tienes frío? -dije desviando el tema, ella tapó su boca con sus manos mientras reía.
- ¿Te referías a eso? -reía a un más y yo me ponía rojo.
- No, claro que no. Eres una sucia -dije mientras seguía caminando.
- No, el sucio eres tu amigo.
Reí apenado y seguí caminando-. Andando... me ducharé y luego vamos a tu casa... ¿me invitas a comer o solo quieres que te deje en la puerta?
- Veremos qué dice mi mamá, pero lo más seguro es que te obligue a quedarte a comer -dijo con media sonrisa-. ¿Te gustaría?
- Me encantaría -dije regalándole una sonrisa.
*Narra ________*
Fuimos a su casa, al parecer no quedaba tan lejos de la mía, era muy linda, tenía poco patio al frente pero me comentó que atrás tenía un gran jardín y una piscina. Abrió la puerta y una muy dulce voz se escuchó desde la cocina, supuse que era la de su madre.
- ¿Erick ya llegaste? -dijo mientras salía de aquel lugar.- Oh, trajiste una
invitada -sonrió mientras se acercaba a mí.
- Mamá, ella es ______, una gran amiga -mencionó amablemente, yo solo sonreí.
- ¡Oh, la chica de la que me hablaste! -respondió la señora regalándome un abrazo. "¿Acaso dijo "hablaste"? ¿Qué le dijo?
- Mucho gusto señora, _______ Caulhoun -dije estrechando mi mano.
- Hola, ______ soy Daysi, mamá de Erick-dijo sonriendo.
- Dígame _____ por favor.
- Y tú no me hables de usted, que me haces sentir vieja -rió.
- Esta bien, lo siento -me puse nerviosa.
- No te preocupes -me regaló otra sonrisa.
- Bueno mamá, iremos arriba -dijo mientras me tomaba de la mano y me guiaba a su habitación.
- De acuerdo hijo, pórtate bien -amenazó su mamá y él solo la fulminó con la mirada.
- Tu mamá es agradable -mencioné cuando estuvimos dentro de su habitación, la cual era muy bonita y estaba "ordenada".
- Sí, amo a mi mamá -mencionó y lanzó su camisa al cesto. Fue en ese momento cuando me puse nerviosa de nuevo. Él y yo en un cuarto solos, el sin camisa, esto es demasiado para mí.
- No piensas quitarte la ropa aquí ¿cierto? -pregunté para asegurarme.
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A PESAR DE TODO ERES MI PRINCESA ERICK COLON Y TU
Fiksi PenggemarEsta novela es una adaptación. TODOS los derechos al autor original.