Me sentía bastante adolorido de la espalda, como si me dieran un pellizco constante. Mi madre estaba a mi lado, me había reprendido por tomar decisiones sin consultarle, pero le alegraba saber que ella estaba bien.
- ¿Donde está? -fue lo primero que pronunciar.
- En el cuarto de alado -dijo Thisa. Me moví un poco y me sentí muy adolorido, suspiré-. ¿Cuanto tiempo ha pasado? -pregunté.
- Dos días -respondió mamá- ¿Cómo te sientes?
- Adolorido -mencioné moviéndome incómodo para volver a mi misma posición de alivio.
- Sólo porque en 1 semana cumples 18 años, ¿ya crees que puedes tomar tus decisiones solo o qué? -dijo regañando, aunque sabía que le alegraba que hubiese hecho esto.
- Lo sé mamá -respondí y ella suspiró algo aflijida- ¿Estás orgullosa?
- No -respondió y suspiró- tal vez... no sé -dijo desviando la mirada.
¿Me perdonas? -pregunté tomando su mano. Ella me miró de reojo-. Era de vida o muerte -hice puchero.
- Lo sé, por eso me preocupe Javadd -regañó, solo me llamaba así cuando estaba enojada. ¿Todos tendremos un segundo nombre por el que nos llamen cuando están molestos?.
- ¿Mamá?
- Ya pues -dijo ella besándome los nudillos-. Solo porque no puedo nalguearte ahora.
Reí-. Te quiero mamá.
- Yo también hijo -mencionó acomodando mis risos.
- ¿Como está ella? -pregunté mirando hacia la puerta.
- Está bien, aún no ha despertado -respondió ella misma- pero en cuanto sepamos más sobre ella te lo diremos. Además, los doctores dicen que se recuperará.
- Eso espero -mencioné.*Narra _______*
- Ya despertó su donador -mencionó el médico.
- ¿Enserio? ¡Lléveme! -pedí.
- Necesitamos hacerle algunas pruebas de esfuerzo -inició.
Comenzaron a moverme y me hicieron decir un montón de cosas, si me dolía, si podía mover, si sentía algún estiramiento. Si la anestesia se me había pasado. Al final, dijeron que podría levantarme, pero no caminar, por lo que me llevaron en una silla de ruedas.
El chico, o la chica, estaba en el cuarto de alado, las cortinas estaban cerradas así que no podía ver quien era. Mamá abrió la puerta y allí estaba Thisa, ¿pero qué demonios? ¿Y Erick? cada vez que me acercaba más lograba ver mejor a la persona. Pero lo ví allí estaba él recostado, se veía tan debil, tan cansado, así como nunca imaginé verlo. Dios, ¿acaso...?
- Erick...-dije con un hilo de voz.
Él levantó la mirada y al verme me sonrió al instante, me le quedé mirando incrédula y tenía ganas inmensas de caminar hacia él y protegerle-. ¿Qué? -ni siquiera podía hablar con claridad-. ¿Que hiciste?
- Sólo quería que estuvieras bien -dijo apenas pudiendo hablar. Su voz se escuchaba más ronca de lo normal.
- Hija, Erick te dió su médula osea -dijo mi mamá y yo abrí la boca sin creerlo.
- ¿Tú...hiciste eso? ¿por...mi? -pregunté.
- No quería perderte y tú sabes que puedo vivir para tí, pero no sin ti... -susurró y se me quedó mirando fijamente-. Haría lo que fuera, daría lo que tuviese y perdería todo lo que tengo por tenerte solo a ti, con vida... conmigo -susurró.
Mis ojos se aguadearon-. Oh, ven aquí -me levanté como pude y me acerqué a él, lo tomé de sus mejillas y planté mis labios en los de él. Sí antes lo amaba, ahora lo amo más, mucho más-. Te amo cariño -susurré en sus labios.
- Me gustaría jalarte y tenderte encima de mi pero me mataré haciendo eso -susurró haciéndome reír- ¿alguien le ayuda a recostarce conmigo? –preguntó, Thisa y Linn lo hicieron, él pegó su frente a la mía y sonrió-. Te amo...
- Yo creo que...los dejamos solos un momentos -dijo Thisa y mi mamá asintió y salieron.
- Gracias -sonreí-. Gracias, gracias -lo besé.
- No fue nada a comparación de lo que pude hacer -confesé.
- ¿Qué es lo que pudiste hacer?
- Matar a alguien -respondió muy sincero.
- ¡¿Qué?! por Dios, estas bromeando -dije sorprendida.
- Creeme que no -reí.
- ¿Cómo puedes decir eso? -pregunté con media sonrisa.
- Oh vamos, poco me faltó para atacar al doctor que te toqueteaba, bueno... te estaba reviviendo pero tu cuerpo es mío -dijo él riendo.
- Sí claro -reí.
- ¿A no? -preguntó y me sonrojé.
- Bueno, ¿te digo algo?
Se me quedó mirando y asintió con la cabeza-. Sueltalo... canta....
- Ahora me quedaré por siempre -dije emocionada.
- ¿Te quedaras por siempre? -preguntó.
- Contigo... -susurré frente a sus labios- solo si tu quieres...
- Yo quiero -respondió.
(.. . )
- Me arde -dije haciendo puchero mientras me hacían la quimioterapia.
- Es tu 3ra sesión, sólo te faltan 3 más -dijo Eleonor a mi lado. Después de la operación mi vida ha cambiado, tengo una dieta, voy a citas con el medico, me hacen las quimioterapias, y mi cabello se ha caído, ahora sólo me cubre mi cabeza un caliente gorrito de lana. La escuela...no tengo mucho que decir.
Ahora todos saben que tengo cancer, y han cambiado muchas cosas. Trisha...que puedo decir de ella.
Viene y me visita, tal vez quiere aliviar su conciencia, una vez se puso a llorar frente a mí diciéndome cuanto lamentaba todo lo que había dicho de mi cabello y los insultos que pronunció durante años. Mi familia, ha vuelto... mi padre viene y me visita seguido, a veces se pone a llorar conmigo al saber que su niña seguirá aquí.
Nunca imaginé llegar a este extremo. Quería morir, no quería existir, estaba cansada de todo, de las burlas, de las criticas, de los regaños de mamá y del medico.
- ¿Quién es la chica más hermosa que ha visto mis ojos? -dijo Erick entrando por la puerta con un grandisimo ramo de flores. Pero apareció él, quien fue quien cambió mi vida entera.
(...)
- Oh, no otra quimio no -pedí, mientras el medico sacaba otra jeringa.
- ¿De que hablas _______? Tú ya estas sana y salva -dijo el medico. No podía creerlo, mis oídos no lo creían. ¿A caso era verdad?
- ¿Que? -pregunté.
- Sí, el cancer ha desaparecido -dijo sonriente.
- ¡Oh por Dios! -miré a mis papás y ellos asentían.
- Felicidades cariño -me abrazó mi padre.
- ¡Ah! -grité.
(...)
Habían pasado ya unos cuatro meses luego de mi última sesión, aún seguía con gorritos en la cabeza debido al corto cabello que a penas sobresalía. Louis y Eleonor nos habian convencido de comer pizza y ver un par de películas en su casa otra vez.
- ¿Que tal si vamos a rentar unas películas? -dijo Eleonor, levantandose de la mesa.
- Me parece excelente -dijo Erick.
Caminábamos y Erick no tomaba mi mano, las tenía metidas en los bolsillos y miraba a su alrededor con una sonrisa inexplicable, se giró y me miró, dedicándome la misma-. Así que... nunca me mostraste tu pez...
- ¿Panchito? él sigue en casa -reí.
- Nunca lo vi -confesó.
- Ni yo -reímos-. Pero, ya pude superar mi obsesión por los buses rojos.
- Gritaste como loca cuando subiste, creo que jamás me he sentido más avergonzado -dijo riendo.
- Oh vamos, no grité tan fuerte -dije encogiéndome de hombros.
- No, para nada -dijo sarcastico y me abracé a él-. ¿Te puedo preguntar algo?
- Preguntame algo -sonrió.
- ¿Por qué apesar de ser fea, sin cabello y pasarme todo los días en una clínica, nunca te separaste de mi?
- Porque me arriesgué a una cirugía peligrosa para entregarte una parte de mí además de mi corazón -respondió- creo que merezco algo de atención por eso y eso significa que tú me ames tanto como yo a ti. Lo quieras o no, estarás atada de por vida, lamento decirte que tienes una suerte tan mala, que vas a tener a este jodido mocoso contigo siempre.
- Eso no sería una molestia para mi -reí-. Para toda la vida, aunque no podamos tener hijos -hice puchero.
- ¿Y qué tal la receta para hacerlos? un cuarto obscuro, dos huevos, una dona, un platano, yummi -solté una carcajada.
- ¡Escuché eso! -dijo Louis.
- Oh vamos, no me digas que ese no es tu postre favorito, ¿o si Eli? porque a ____ le encanta -dijo Erick, le dí un codazo y ella se sonrojo.
- ¿Podrías callarte? -preguntó Eleonor roja de la vergüenza- ¿Cómo es que todavía le soportas?
- Cuando llevas cierto tiempo con él , te acostumbras -confesé.
- Eso es verdad -dijo Louis. Entrando a la tienda de películas, él se fue con Erick a las de terror, y yo con Eleonor a las comedias-romanticas.
- Y nos encontramos donde mismo hace más de un año -dijo Eleonor.
- A mí me sigue poniendo de nervios -admití- ¿crees que todo lo que diga es cierto?
- Amiga, conozco a Erick desde hace más de 4 años, cuando él dice algo, va enserio -confesó, tomando en sus manos una película.
- Entonces...
- Bueno, nosotros ya hemos escogido las películas -mencionó Louis y Erick.
- ¿De terror? -pregunté animada y Erick asintió.
- Me llamarás a media noche... -asegurò.
- Tú me llamaras -aseguré-. ¿No recuerdas la última vez?
- Vamos, ya pasó mucho tiempo -dije mientras Louis las pagaba y salíamos de el local.
- ¿Quieres apostar? -lo reté.
- 20 euros -agregó.
- 20 euros -remarqué.
Yo tenía la bolsa de las películas y él las tomó-. Tengo que ayudarte... son pesadas -mencionó con media sonrisa y yo me alejé algo sonrojada-. ¿Tienes frío?
- Se que sí te digo que no, de todas maneras me darás tu chaqueta -dije y él se la quitó para ponermela.
- Así es srita. Caulhoun -asintió. Estuvimos en casa de Louis viendo las películas y Erick de vez en cuando me miraba. La primera revanada la tuvimos entre los dos, ya que ninguno daba su brazo a torcer, al final, él decidió acompañarme como esa primera vez en que le ví.
- ¿Cansada? -preguntó.
- ¿Me cargaras? -pregunté y él se encogió de hombros.
- Sí quieres.
- Bueno, ya que insistes -reí y salté a su espalda.
- ¿Lista? -preguntó.
- ¿Para qué? -pregunté entonces fue en ese momento donde empezó a correr hasta el parque, reíamos entre gritos, le pedía que parara.
- ¡Detente! -grité, pero él apresuró más.
Cuando por fin nos detuvimos él me bajó y apoyó sus manos en sus rodillas y yo solté a reír-. Eso ha sido pesado, jamás pensé que me cansaría tanto.
- Tienes 18, eres un anciano -dije con media sonrisa y me acerqué a su pecho- vaya... late muy fuerte.
- Le gusta tu presencia -hice media sonrisa y lentamente me acerqué a él y besé sus labios. El me tomó y me atrajo a él para besarme como me gusta, como la primera vez que lo hizo. En aquella para de autobuses, el primer día que nos conocimos.
Erick me acompañó a casa, y en la puerta se despidió de mí con un beso de aquellos que tanto anhelaba. Se retiró y luego de que él se perdió en la oscuridad, yo entré a mi casa y subí a mi habitación. Estaba recostada en mi cama cuando una piedrita tocó mi ventana. Sonreí y me asomé a la ventana-. ¿Pasa algo?
- Tengo tus llaves -dijo él mostrándomelas.
- Oh, yo y mi mala costumbre de darte mis llaves -reí. Bajé y salí de la casa donde estaba él parado.
- Ten -las puso frente ami y luego las elevó.
- ¿Me las darás o no Colon? -pregunté.
- Intentalo -respondió y me acerqué a él, dándole un abrazó y él me besó dulcemente, metiéndolas en mis jeans-. Ten cuidado... son pesadas y te pueden bajar el pantalón -susurró haciéndome reír-. Descansa Cielo.
Me acerqué a él y besé una vez más sus labios-. Hasta mañana -susurré en sus labios, y caminé hacia la casa. Subí a mi habitación, me dirigí a la ventana y observaba como se desvanecía por la oscuridad de la calle. Sonreí a mis adentros, me recosté en la cama y aun traía su chaqueta puesta, creo que tengo una colección. Me puse mi pijama, y después de un par de horas, mi celular comenzó a vibrar.
- ''Lo siento, me has ganado de nuevo. Las pesadillas no me dejan en paz, te necesito...te amo, no puedo esperar a que sea mañana para estar otro día más contigo. Duerme bien ____, tú jodido sexy novio que te ama – Erick Colon "
- "Toda mi vida he esperado con ansias recibir un mensaje que me haga sentir bien, que me haga desear despertar, que me haga vivir más... y tú eres esa única excepción, el único que puede darme esa esperanza. Descansa Erick, tu chica que te ama- ________ Caulhoun''.
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A PESAR DE TODO ERES MI PRINCESA ERICK COLON Y TU
FanficEsta novela es una adaptación. TODOS los derechos al autor original.