Capitulo 49

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- Buenos días -susurró.
- Tardes -reí-. Hola -besé su frente-. ¿Como estas? -pregunté.
- Mejor que nunca -dió un fuerte suspiro y miró las sabanas ensangrentadas y se sentó tapandose-. Oh no...-tapo su cara.
- No pasa nada, lo entiendo -besé su hombro.
- Pero...
- Tranquila cielo -susurré y asentí- está bien. ¿Te sientes tú bien? -pregunté y ella asintió algo sonrojada-. Me alegra.
- ¿Qué hora es? -preguntó.
- Las 5 de la tarde, aún nos resta mucho del día -sonreí-. ¿Quieres hacer algo? -pregunté.
- Quiero verte comer los caracoles y luego quiero que me lleves al Arco del triunfo o a la Torre Eiffel, ¿podemos?
- Me parece bien la idea de la Torre Eiffel y el Arco -reí.
- Y de los caracoles -agregó.
- ¿Lo de los qué? -pregunté.
- Caracoles.
- ¿Qué? no escucho -me hacía el sordo, ella me golpeó leve y reí-. Tú tienes que comer almenos la mitad de lo que yo me comeré.
- Tú comerás tres -respondió y yo medio asentí.
- Yo no pienso comerme uno y medio... mejor cómete dos -mencionó y yo reí.
- No, mejor 4, mmm...la baba del caracol escurriendo por toda tu boca, yumi -dije y ella hizo cara asqueada.
- ¡Asco! -dijo y reí.
- ¿Y si mejor me como uno y tú uno? -recomendé y ella medio asintió.
- Solo porque estamos en Paris... y estoy feliz -dijo sonrojada.
- Como no estarlo -levanté la cejas y ella tapó su cara.

*Narra _______*

¿A caso me sonrojaría cada vez que él diga algo de eso? había sido definitivamente el mejor cumpleaños de mi vida y aún no terminaba.
- Deja de mencionarlo -pedí divertida y él se acercó a mí.
- ¿Por qué? -preguntó-. ¿Fue horrible?
- Fue genial, pero no me gusta hablar de eso contigo -respondí apenada.
- No soy un extraño -sonrió divertido.
- Pero es incomodo -me coloqué mi ropa.
- ¿Es incomodo hablar con tu novio de sexo? -preguntó mientras de ponia sus Jeans.
- No eres mi novio -negué.
- ¿No es suficiente demostrarte que te amo demasiado y que quiero que seas mi novia haciendo te el amor? -preguntó y me le quedé mirando.
- No -respondí y él me miró incrédulo.
- ¿Enserio?
- Bueno tal vez, sí, ahora no pienso con claridad mientras tú solo estás cubierto con una sábana -respondí caminando hacia el baño.
(...)

Caminabamos por Paris, era hermoso. Las calles, las casas, la forma de vestir, las luces, los lugares, los coches, los franceces, digo las paredes, si eso. Erick me tomaba de la mano mientras, nos tomabamos fotos en todos lados, hasta en la taza del baño.
- Creo que ya nos tomamos foto aquí -dijo Erick riendo.
- Una más no nos hará mal -mencioné mientras subía a él y nos tomábamos más-. Esta me gustó -dije viendo cómo él mordisqueaba mi cuello y en la otra hacía bizcos.
- A mi me gusta esta -dijo poniendo una donde estamos debajo de la Torre Eiffel dandonos un beso.
- A mi también me gusta -sonreí. Ya habíamos ido a la Torre, a el Arco, a un parque, ahora venía lo mejor, los caracoles. Ibamos en el auto que Erick había rentado, ya que aquí los lugares quedaban muy lejos. Veía atenta por la ventana y tomaba fotos, muchas fotos.
(...)
- Por favor, si vas a vomitar hazlo del otro lado, son los únicos pantalones que me quedan limpios -dijo él riendo.
- ¿Vomitar yo? -pregunté-. Tú eres el sencible en todo esto.
- Se controlar mi estomago Caulhoun -repliqué.
- Eso veremos Colon -dije levantando la tapa del platillo donde venían los caracoles-.
- Esto es desagradable -rió al verlos.
- Lo es -dije-. ¿Eso es caca?
- Sí, creo que sí -mencionó mientras lo movía de un lado a otro-. No nos comeremos ese.
- Tal vez tu cara le dio miedo -dije riendo.
- Tal vez fue la tuya -respondió y entrecerré los ojos.
- Bien, toma uno -dije mientras tomaba uno-. A la cuenta de 3 lo comemos ¿okey?
- 1...-dijo él.
- 2..
- ¡3! -dijimos al mismo tiempo y los metimos a nuestra boca.
Lo tragué y gruñí, esto sabía asqueroso. Lo pasé y aún tenía todo el sabor en mi boca, tomé jugo y él también tomó del suyo.
- ¿Quieres vomitar? -pregunté y él asintió- Yo también.
- Vomitemos juntos -dijo asqueado y yo reí.
- Que romantico eres Colon -respondí.
- Enserio -dijo mientras se levantaba y corría a buscar al baño.
- ¡Te dije que tu estomago era sensible! -le grité y sólo lo escuché desechar todo por el retrete.
Estuve esperando un buen rato a que él llegara y cuando estaba viendo lo que quedaba del menú y me retiraban los caracoles. Josh llegó a mi mesa. Le sonreí y él se sentó frente a mí.
- ¿Por qué no me dijiste que era tu cumpleaños? -preguntó.
- No creía que fuera necesario -contesté tomando de mi jugo.
- Bueno pude haberte traído un regalo o algo -sonrió amablemente-. ¿Y tu novio?
- En el baño -respondí con media sonrisa.
- ¿Ah, entonces sí es tu novio? -preguntó.
- Algo así -dije sincera.
- ¿Cómo? -preguntó. Apoyando su codo en la mesa.
- Aún no me lo pide -me sinceré.
- Interesante -dijo él mirandome. ¿Qué tanto me miraba?
- ¿Te puedo preguntar algo? -inquirí y él asintió levemente-. ¿Qué haces aquí?
- Bueno, ayer te besé... hoy te vi sentada aquí... pensé que debería al menos venir a saludarte -respondió.
- ¿Te gusto?
- Algo -respondió él bastante sincero.
- A penas me conoces -agregé-. ¿Y sabes que quizá nunca más me vuelvas a ver? -pregunté y él se encogió de hombros.
- No me conoces _______ -comentó.
- ¿Y crees que es necesario hacerlo? -pregunté.
- Pues cuando alguien me gusta sí... se supone que tenga que saber algo más que solo unos labios bonitos y unos espectaculares ojos -respondió.
- ¿Y así es como conquistas a las chicas? -pregunté y el ladeó su cabeza.
- A veces -confesó.
- ¿Y qué quieres saber de mi? -pregunté.
- Tu nombre completo, tal vez de donde vienes aunque me suenas a inglesa... no sé, si estudias, trabajas... tienes hijos que yo no sepa -dijo con media sonrisa.
- ¿Como se que no eres un secuestrador? -levanté la ceja.
- ¿Tengo cara de?
- Nunca se sabe -reí-. ¿Mamá no te ensenó a no hablarle a extraños?
- Tú ya no eres una extraña -agregó. Bueno, sea lo que sea era lindo el tipo.
- Hmm -entrecerré mis ojos-. Bien, ______ Caulhoun, Londres, estudio y no, no tengo hijos aún -dije con media sonrisa.
- Bueno mientras no tengas hijos sigues siendo libre -dijo con media sonrisa-. Yo me llamo Josh Hutcherson, soy de Estados Unidos, pero tengo poco viviendo por aquí. Estudio y no... todavía no tengo hijos, no, no tengo novia y sí... tal vez planeé tener una -sonrió.
- Y no seré yo -dije con una gran sonrisa cortando sus iluciones.
- Eso fue cruel sabes -rió nervioso, volteé y venía Don Sensible del baño.
- Lo siento, pero... prácticamente el chico que viene de vomitar caracoles es mi novio -dije encogiéndome de hombros.
- Ah -dijo torciendo los labios.
- Hey, ¿tu que haces aqui? -preguntó él, mientras Josh se ponía de pie.
- Ya me iba -repondió-. Adios _________ -se despidió con la mano y me guiñó el ojo.
- Adios -sonreí.
- ¿Pasó algo mientras no estuve? -preguntó y yo asentí- ¿Qué?
- Solo le dije que tenía novio -respondí y él sonrió todo embobado- no te emociones, no le dije que eras tú.
Automaticamente se borró su sonrisa-. Bueno, ¿y quién es entonces? -preguntó.
- No lo sé, quizá el cartero -sonreí.
- Tiene como 40 años -rió.
- Eso no le quita lo sexy -me quejé y él rió.
- _______... ¿quieres ir a dar un último recorrido? -preguntó y yo asentí levantándome y tomando su mano. Subimos al auto, y pasaron unos 15 minutos cuando llegamos a un lugar, creo que lo había visto en fotos, las imagenes no eran muy claras. Estaba oscureciendo, el cielo era rosado y las nubes se escondían.

- ¿Donde estamos? -pregunté.
- Ponts Des Arts -dijo muy frances.
- Ven acompañame -dijo tomandome de la mano. Y llevandome a un puente, donde habían muchos candados colgando-. ¿Qué hacemos aquí? No traes candado -él metió la mano a su bolsillo y saco uno.
- Antes de colgarlo tengo que decirte algo -dios era hora.
- Te escucho -lo insté y él mordió sus labios. Esos labios tan rojos que para mí eran como una manzana, dios, quería morderlos.
- Sé que hemos pasado por mucho y enserio no quiero que esto acabe. Sé que he cometido errores y que bueno, soy un imbécil celoso... pero además de todo esto, te he hecho reír y te he hecho olvidar muchas cosas -suspiró-. Por favor, no quiero que otro te bese, no quiero que otro te abrace, no quiero que otro te consuele, él soy yo... siempre quiero ser yo, siempre deseo ser yo... -rogó y tomó el candado poniéndolo en mi mano-. Por favor... ¿quieres ser mi novia _______?
Me sentía tan feliz de nuevo, me sentía viva, me sentía llena. Sonreí con los dientes y me abracé a él besandolo como la primera vez que me hizo esta misma pregunta-. ¿Eso responde tu pregunta? -pregunté.
Erick sonrió y me abrazó a sí besándome fieramente mientras me inclinaba hacia un lado-. ¿Eso te responde la mía? -preguntó.
- Si -sonreí y lo besé de nuevo.
- Este candado _______, simboliza nuestro amor ¿entendido? nuestra amistad, nuestra comunicación, nuestro todo. El día en el que nos dejemos de amar con la misma fuerza que lo hacemos ahora, ese día este candado se rompera -sacó un marcador y escribió en el 23-01-12 y atrás __ {Inicial de tu nombre} & Z.
- No sabía que podías ser tan romántico Erick -admití y él sonrió.
- Me subestimas _________-mencionó mientras me besaba muy tiernamente.
- ¿Tenías planeado esto? -pregunté.
- Tenía planeado todo -sonrió y me dio el candado-. Cuelgalo donde quieras.
Lo tomé y luego de ver la maya, sonreí y lo colgué en la presilla de su pantalón. Él rió y besó mis labios.
- Me refería a la maya -respondió riendo y yo se lo saqué.
- Lo sé solo jugaba -sonrió. Rió-. Aunque también nadie puede entrar ahí -dije refiriendome al pantalón.
- Claro que no, sólo tú cariño -rió y besó mi mejilla. Busqué un espacio en la maya y lo colgé.
- Listo -lo miré y estaba a punto de besarlo cuando él se detuvo.
- Falta algo -dijo sacando la llave y arrojandola en el puente, la seguí con la mirada y la vi entrar en el agua-. Nunca se podrá abrir, así que tendremos que hacer funcionar ese candando -dijo.
- De acuerdo, ahora acercate y besame -pedí.
Él con media sonrisa se acercó a mí y como nuestras antiguas promesas, selló esta con sus labios en los míos.
- Te quiero, ¿sabes? -dije y él sonrió.
- También yo a ti.
(...)

- ¿Qué crees que piensen de nosotros cuando regresemos a la escuela? -pregunté mientras miraba por la ventanilla del avión.
- No tengo idea, posiblemente que somos la pareja más sexy que hay -respondió animado, como si en la escuela me amaran- bueno, no sé. Pero supongo que a Eli y a Louis les dará gusto.
- Y Eleonor me mandará a hacer una prueba de embarazo -reí.
- ¿Le contarás? -preguntó y negué.
- No, eso es algo entre nosotros -respondí y él entrecerró los ojos.
- ¿Entonces?
- Por dios, tú..yo, solos, Paris, hotel, ¿qué puede pensar? -pregunté ironica.
- No lo sé, yo soy un santo -respondió él con media sonrisa mientras desviaba la mriada.
- Claro, por eso trajiste una caja entera con esas cositas plateadas, por "inocente y santo" -mencioné y él rió sonrojado.
- Tenemos que acabarnos la caja eh, fue un regalo de mamá, no hay que ser egoistas -agregó y me le quedé mirando.
- ¿Enserio?
- ¿Te gustaría? -preguntó y yo mordí mis labios desviando la mirada hacia la ventanilla del avión.
- Esteh... mira, ya vamos a aterrizar -dije cambiando el tema.
- Se que estos temas te agradan -agregó.
- Pero no entra en mis temas favoritos de platica -confesé, mientras escuchabamos las indicaciones de aterrizaje.
- ¿Por qué no? -preguntó interesado.
- Digamos que me atonto al grado de no poder responderte -admití.
- ¿Verguenza?
- No es tanto eso, sólo...no lo sé, no se mucho de esto es todo, fin de la conversasión -dije desabrochando mi cinturón y tomando mi bolsa.
Erick se me quedó mirando mientras yo salía de la fila de los asientos. Mientras caminaba sentí cómo me empujaban y las azafatas se disculparon. Me sentía algo mareada. Tal vez era por el vuelo.

A PESAR DE TODO ERES MI PRINCESA ERICK COLON Y TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora