ONE SHOT: La vida sigue
Narra Thomas.
Ella me miró fijamente con sus hermosos ojos cafés llenos de pena. Lo sabía, lo esperaba desde un comienzo pero no quise aceptarlo, no podía aceptarlo.
—Thomas, estoy en deuda contigo. Me confesaste tus sentimientos y te debo esto… Yo…voy a casarme con Chase. No es justo que me sigas esperando. No puedo pedirte algo así, es más no puedo permitirlo.
Tomé sus delicadas manos entre las mías.
—Entiendo Meg, he sido un tonto al creer que tus sentimientos cambiarían. Sólo yo guardaba falsas esperanzas.
Mi comentario pareció entristecerla más, tomé su rostro y deposité un beso en su frente.
—Con este beso dejo ir todos mis sentimientos ¿Si? Todas mis esperanzas y todo lo que quise para ti. De corazón te deseo lo mejor con el chico al que escogiste.
Los ojos se le llenaron de lágrimas.
—Gracias Tommy.
Sólo a ella y a mi hermano podía permitirles llamarme así. Así que no me molesté por ello.
—¡Oye! ¡Tierra llamando a Thomas! — chilla mi hermano a mis espaldas despertándome de mis recuerdos.
—¿Qué quieres Andy?
—Te preparé un sándwich — me lo tiende sobre un plato y lo tomo de mala gana. —Aún piensas en ella ¿no?
No puedo ocultarle nada es mi gemelo, tenemos una conexión más allá de lo normal.
—Sí, estuve recordando lo de la boda.
—Ya han pasado tres meses Tom, no te atormentes. Meg te lo dijo claro precisamente porque no quiere verte así.
—Lo sé pero no quiero aceptarlo.
Mi corazón estaba destrozado, Ni siquiera quise asistir a la boda pero por el bien de Meg tuve que hacerlo. Esa escena me terminó de partir el alma.
Esa misma tarde empezaron las grabaciones de la película basada en el libro de Meg. Es como si ella estuviera en todas partes, es tan famosa ahora que todos hablan de ella y yo no he querido darle cara desde la boda, no puedo hacerlo ahora.
Para colmo de males fui escogido como el actor protagonista de la película. Quería alejarme de ella y todo lo que me la recordara y aquí estoy, actuando en su película.
La maquilladora me llena la cara de cosméticos, es la parte que más detesto de la actuación pero necesito verme bien ante cámaras, hacer creer que soy perfecto. Con mucha dedicación cubre cada una de mis imperfecciones, me pone una mascarilla de algo que huele raro y se va por unos minutos dejándome con la cara llena del ungüento.
—¡Vaya Tommy quien te viera en esas fachas! — dice una voz femenina a mi derecha. De inmediato me volteo hacia ella. Es una joven bajita, asiática de rasgos tan delicados que parece una muñeca. Ella debe ser la co-protagonista.
—No me llames así.
—¡Uy que rudo eras en persona! — bromea ella haciendo un gesto con las manos como si me tuviera miedo y en seguida ríe y su risa es maravillosa.
—¿Quién eres?
—Sofía Wong, trabajaremos juntos en esta película.
Chasqueo la lengua en señal de disgusto, la chica muñeca es muy confianzuda.
—¿Qué pasa? ¿Automáticamente te caí mal?
—No, no mucho— bromeo mientras me retiro la mascarilla de la cara con una toallita húmeda.
Sofía me mira con el rostro apretado. Le doy un leve empujoncito con mi dedo índice y ella se tambalea graciosamente.
—De verdad que eres pequeña— le digo mientras me pongo de pie abusando de mi metro ochenta.
—¡No soy pequeña! ¡Además soy muy fuerte! — me tira un puñetazo en el hombro que parece una caricia.
Empiezo a reír como nunca antes en estos días.
—Sofía, tus golpes son tan fuertes, vas a lastimarme— me burlo.
Ella se enoja tanto que se pone colorada hasta las orejas y yo rio con más ganas.
—¡Eres insoportable Thomas! Las revistas hablan de ti muy bien pero en persona ¡eres insufrible!— sale de mi camerino y tira la puerta tras ella.
Por alguna razón la chica muñeca se me quedó grabada en la mente. Aun podía sentir sus pequeñas manos golpeándome, su risa suave en el ambiente. ¡¿Qué me está pasando?! ¡No no no Thomas! ¡Enfócate! ¡La película, eso es lo que importa!
Me pregunto qué pasará cuando filmemos la primera escena. Meg, ¿Por qué tenías que empezar tu historia con un beso? Esta tarde besaré a Sofía y descubriré mis sentimientos.
FIN
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El Diario de Meg- Mayte Gutiérrez
RomanceMeg es una jovencita de 17 años, fanática de la escritura y las cosas simples de la vida. Por desgracia hace unos meses perdió a sus padres en un terrible accidente y su vida cambiará por completo. Madame Louise Marshall, una mujer millonaria y famo...