Día 16

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Día 16

Sábado 9 de Noviembre.

/*/*/*/* Por la mañana/*/*/*

El día comenzó con una entrega especial de Madame. Ian entró en mi habitación trayendo consigo unas bolsas enormes con un vestido blanco y zapatos de diseñador que madame había escogido especialmente para mí.

Me sentí incómoda otra vez. Encima que voy obligada a la fiesta tengo que vestir cosas que no elegí.  Por lo menos el vestido es recatado, pero los tacones número doce serán un gran problema.

/*/*/*/*Por la tarde/*/*/

No he visto a Chase en todo el día, a lo mejor está alistándose también. Dorothy se encargó otra vez de mi maquillaje y de arreglarme con el peinado. En verdad es una experta en la materia. Ella usaba su uniforme de servicio de siempre, me sentí apenada de no tenerla como invitada en la fiesta. Ian corría de aquí a allá con el teléfono en la oreja acordando los últimos detalles de la fiesta.

/*/*/*/*07:00 pm La fiesta comienza. /*/*/*/

Estoy sola en mi habitación. Oigo en la sala el ligero rumor de las voces conversando y un tenue sonido de violines. Está sí que es una fiesta elegante. No como las fiestas a las que me tiene acostumbrada Chase. En fin, estoy esperando la llamada de Ian quien me sacara de la habitación en el momento justo en el que Madame me llame para presentarme ante todos, tendré que bajar las escaleras ante la vista curiosa de todos sus invitados.  Ruego por no caer con estos zapatos tan altos.

*******

El momento llegó y felizmente todo salió bien. Logré bajar ante las miradas clavadas en mí. Sentía un ligero temblor en las rodillas al andar pero controlé mi miedo hasta llegar al último peldaño.  Entre la gente logré ver a Chase vestido muy elegante con un terno negro y camisa lila, me miraba con los ojos llenos de brillo y una sonrisa en el rostro. Su presencia me calmó de inmediato. Respondí a su sonrisa en agradecimiento.

Madame me esperaba al final de la escalera, me tomó de la mano y me llevó por toda la habitación de grupo en grupo presentándome a los invitados. Tantos nombres que no podía ni recordar. Hasta que nos acercamos a un grupo que de inmediato se me hizo familiar.

—Meg, creo que ya conoces a los Kydd, él es el padre de Zigmund, Eleodoro Kydd.

Por si fuera poco existían más Kydd y todos tan molestos como Zig.

Zig me miraba con ojos raros, como un cazador. Me sentí incomoda e intenté retirarme pero madame me detuvo tomándome del brazo y susurró muy bajito a mi oído.

—Sé amable con los Kydd. Ellos ayudaron mucho con mi retorno a la actuación.

Intenté de verdad ser amable con ellos pero preferí seguir el consejo de Chase, hacerme la muda.

Apenas tuve la oportunidad huí a la cocina. Estaba a oscuras y vacía felizmente. Me quité los tacones y descalza caminé hasta la mesa donde me senté intentando relajar mis pies adoloridos. Un sonido a un lado me alertó al instante.

—¿Quién está ahí? — pregunté nerviosa. 

Una figura emergió de la oscuridad.

—Lo siento no quise asustarte.

Era un chico delgadísimo de ojos claros, piel pálida como la de un vampiro y cabello oscuro despeinado. Traía la corbata desbrochada y un aspecto bastante fresco. ¡Al fin alguien joven en esta fiesta!

El Diario de Meg- Mayte GutiérrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora