Llamados Y Escogidos II © [TRILOGÍA]

capitulo bonus: "anhelo de un milagro"

Especial: "Bonus"

"El anhelo de un milagro"

Domingo 25 de diciembre, 00:45am.
Lille, Francia.

—Por supuesto, Logan —sonrió la morena.

—Gracias —sinceró Logan.

Que Logan hubiera hecho las paces con ella era algo que le alegraba porque Dios se comenzaba a glorificar en su vida.

— ¿Vamos adentro? —propuso Lauren al muchacho de cabellos negros.

—Sí, vamos.

Los dos nuevos amigos entraron nuevamente a la casa de Alice, dónde parlantes con música cristiana ambientaban el lugar.

— ¿Y Jacob? —preguntó extrañado Elías al ver entrar sólo a dos.

—Se fue a su casa —explicó Lauren sentándose en el sofá junto con Logan. Y los jóvenes asintieron.

— ¡Abran paso, abran paso! —gritó Hunter, pese a que no había nadie estorbando. Todos los miraron.

El chico de cabellos rizados acomodó un paño de cocina y se lo colocó en su antebrazo. —Damas y caballeros, con ustedes la especialidad de la chef canadiense: "sándwiches de cordero ahumado "—seguidamente Alice apareció con un tuper lleno de sándwiches para todos.

Todos llenos de entusiasmo tomaron un sándwich y comenzaron a comer.

— ¡Oh, sí! —exclama Daniel de pie con toda la comida en la boca y coloca su mano alrededor del hombro de Alice abrazándola —Mi novia es la mejor cocinera del mundo.

Todos exclamaron un: "owwww"

Dalice se había convertido en el shipp del grupo, todos los amaban.

— ¿Ellos son así siempre? —preguntó al aire Logan.

—Sólo hasta que Alice se cansa y lo saca a golpes —explicó sereno Hunter, comiendo de su sándwich, haciendo que Logan abriera sus ojos en sorpresa.

— ¡Hey! Yo no he golpeado a nadie —se quejó Alice.

Hunter solo rio.

—Ya entiendo, tú eres el gracioso —comentó Logan y dio un mordisco al sándwich.

—Sí, todos me aman —asintió en acuerdo el rizado.

— ¡Son unos pecadores todos! —exclamó Lauren y todos la miraron — ¡Ninguno oro por los alimentos!

Los jóvenes allí, excepto Logan que ni entendía nada, casi tienen un infarto por haberse olvidado algo tan importante y básico. Así que dejando de comer oraron rápidamente.

—Oh, señor perdónanos por olvidarnos de agradecerte, te pedimos que bendigas estos alimentos, muchísimas gracias porque eres bueno y no permites que nos falte el alimento, amén y amén. —oró Daniel y el resto le seguía con las comunes afirmaciones acostumbradas.

— ¿Por qué es importante orar por los alimentos? —preguntó con curiosidad Logan

—Porque hay que dar acciones de gracias como dice Dios en efesios 5:4 —explicó Lauren.

—Sí, y en 1 de Tesalonicenses 5:18 dice que debemos dar gracias en todo porque esa es la voluntad de Dios. —explicó Elías, que estaba sentado a un lado de Lauren.

—Entonces no importa lo que hagamos, obviamente siendo algo bueno delante de Dios, ¿Debemos agradecerle por eso? —los jóvenes allí asintieron y Logan pudo entender. —De acuerdo, gracias. —concordó satisfecho.