Lunes, 8:03am.
Niza, Francia.»Primer día de campamento«
Salí del baño y los chicos aún dormían, así que me ví obligado a despertarlos pacíficamente.
Tomé una de mis almohadas y salté encima de Daniel, quién dormía y la manta le cubría hasta la cabeza.— ¡DESPIERTA, DESPIERTA! — grité mientras lo golpeaba con fuerza.
—¿Pero qué...? —se removió y se destapó. — Jacob, para, déjame dormir —intentó quitarme la almohada vanamente.
— ¿Dormir? ¡Por favor! Ya son las diez de la mañana —continué golpeándolo con la almohada. No lo negaré es divertido. — Auch —dije cuando mí rostro tocó el suelo.
Daniel me había empujado y me caí. — ¿Qué? tu querías que me levanté. —alzó los hombros y se dirigió al baño.
Miré a Cid, mí siguiente víctima.
— Oye Cid, es tarde... —susurré y ni se inmutó. — ¡Debes despertar! —le grité y comencé a sacudirlo.
— Maldita sea, Jacob, ¿qué haces? —se quejó adormilado.
Lo miré divertido. — ¿Di-disculpa? ¿Qué dijiste, Cid? —solté una carcajada — ¿Acaso dijiste lo que creo que dijiste?
—¿El qué? ¿Maldita sea? — preguntó confundido y yo fingí sorpresa.
— ¿Cómo vas a decir eso en un campamento cristiano? —bromeé y lo sacudí, dándole uno que otro golpe de vez en cuando.
Cid reía cantarino. — ¿Está mal decir eso? —preguntó entre risas — Okey, basta detente —suplicó y yo obedecí. — soy nuevo, tenganme paciencia, me cuesta dejar de usar algunas expresiones —aludió.
Yo asentí con una sonrisa. —no hay problema, lo entendemos y está bien —respondí gentil, y él se levanta. —Daniel está en el baño —avisé, el castaño asiente y se pone a acomodar su cama.
Ví a Hunter removerse en su cama, no me olvidaría de él, recogí mí almohada del suelo y me acerqué lentamente como si de una película de suspenso se tratase.
—¡Ni se te ocurra! —grita de pronto. Llevé mi mano a mí pecho, me había asustado, Hunter al notarlo comienza a reírse de mí, lo miré mal.
—¿Burlándose de sus hermanos? Eso es muy filisteo —acusé.
— sí, aunque no sé que es filisteo, todo pecado tiene su consecuencia —Cid se pone al lado mío siguiéndome el juego.
Hunter, por su parte, portaba un semblante confundido hasta que vió que nos acercábamos a él y temeroso se movió. Comenzamos a correrlo por toda la habitación, mientras el reía nervioso, se dirigió haci la puerta y salió corriendo, no lo dejaríamos escapar.
— ¿Qué hacen? —pregunta Daniel saliendo del baño.
— Persiguiendo a Hunt — alcé los hombros.
— Pobrecito — nos miró con desaprobación.
— ¿Te nos unes? —invitó Cid.
— Lo que se sabe no sé pregunta —dicho esto los tres salimos en busca del pequeño risado.
— ¿Dónde estás Hunter? —preguntó Cid chasqueando sus dedos.
— ¡Allí está! —grité y los tres corrimos a todas velocidad al chico, que estaba pacíficamente sentado en las escaleras. Al vernos comienza a correr lejos de nosotros.
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Llamados Y Escogidos II © [TRILOGÍA]
Novela JuvenilLa vida de Jacob Lee, un muchacho compasivo y apasionado por Dios, pega un giro inesperado cuando se cruza con un chico que promete hacer lo imposible para acabar con su fe. Pero él debe mantenerse firme y seguir anunciando de Dios, aún sabiendo que...