Capítulo XVIII

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====== Narra Hipo ======

Luego de haber convocado a todos los líderes nos reunimos en el gran salón y comenzamos a hablar sobre lo que cada una de las partes quería o necesitaba.

—Finalmente despiertas bello durmiente —Dijo Bertha con un tono bromista pero a la vez se veía feliz por mi llegada. Luego Dagur, Mala y los demás líderes, que para mí eran también amigos, me saludaron.

—Es momento de discutir sobre nuestros interéses —Dijo Nambroch el rey del imperio del sol.

—Estoy de acuerdo —Dije seguido de los demás líderes.

Personalmente quería la madera del Clan Trykrum ya que es una madera mucho más flexible pero resistente que cualquier otro tipo pero luego el representante de la republica de Roma, Herodes, también solicitó lo mismo y conociéndolo no iba darse por vencido hasta obtenerla así que no tuve de otra que entregarla.

—Mi pueblo solicita lo mismo de siempre, provisiones; comida, algunas pieles para hacer ropa y algunas armas —Hablo Hilda la líder de los cazadores de Megalito. Su petición me era fácil de cumplir y además me beneficiaba mucho pues ellos a cambio ofrecían oro y joyas preciosas, y por esa misma razón no solo yo me ofrecía a cumplir con la petición de Hilda sino que los demás líderes también se ofrecían a cumplirla para obtener ese botín, por lo que entre todos cumplíamos con la petición de Hilda y así obtenianos ganancias iguales.

—Las doncellas necesitamos ayuda para proteger a las crías de látigo afilados —Dijo Atali acaraciando a su pequeña dragona que se encontraba sentada sobre su regazo—, hace poco encontramos huellas de un Destroza Cavernas y pensamos que pueden ser dos o tres pues habían muchas y eran de varios tamaños... Los huevos aún no han eclosianado así que... con esos Destroza Cavernas puede que no lo hagan —Agrego con preocupación.

Esta vez Mala se ofreció a ayudar, enviará a algunas mujeres de su gente para ayudar a Atali a proteger los huevos de Latigo Afilado. Claro que yo también ayudaría en eso, se me ocurrió en enviar a Leina y a las chicas como refuerzos... Raxel tendría que quedarse.

—Bueno ya saben cuál es mi petición —Hable y los demás asintieron con la cabeza. Mi padre encambio me vio confundido—. Está prohibido cazar Dragones en sus tierras y adeben ayudarme a proteger a los dragones en caso de que hayan cazadores cerca de sus territorios —Finalicé. Los dragones no habitaban en muchos de los lugares fuera del archipiélago, como en Roma por ejemplo, pero con mi petición mi verdadera intención era que en esas tierras las personas dejen de ver a los dragones como criaturas peligrosas que deben matar para poder vivir y los vayan viendo de la misma forma que yo lo hago.

Los demás líderes asintieron a mis palabras y luego cada uno de los presentes fueron diciendo que cosas necesitaban o querían y otros se ofrecían a cumplir sus peticiones. Este era el tratado y la base la alianza, ayudarnos en conjunto para mantener la paz entre nuestros pueblos y protegerlos.

Todos pidieron y ofrecieron algo a excepción de Berk, mi padre se mantuvo en silencio limitándose solo a escuchar las conversaciones. Y eso me pareció una sabía decisión, Berk necesitaba principalmente comida y eso podía dárselo sin problemas, después de todo, para eso los llamé.

Con nuestros intereses resueltos y la junta finalizada cada uno de los líderes se reunió con su gente y poco a poco fueron regresando a sus tierras. Dagur, como todos los años, se quedó en mi isla para pasar un tiempo y esta vez, mala también lo hizo.

Ya estaba por anochecer cuando toda esa gente finalmente dejó mi isla. Me reuní con mi padre y comenzamos a caminar por la aldea, era momento de hablarle sobre todo lo que quería ofrecerle a Berk y también pedirle ayuda para aprender a ser un mejor líder.

Como entrenar a tu Dragón: Cambiando la Historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora