Adan encendió la luces de la oficina, parecía una avenida, el cubículo espacioso se iluminó por completo; note un sendero de pétalos de rosas, entonces me jaló hasta el balcón de la estancia, allí encontré más pétalos esparcidos.
¿Acaso me estaba pidiendo algo más?
Había una mesa, en dónde se encontraba una botella de vino reposando sobre hielo, en una cubeta, junto a 2 copas de vidrio, y 2 sillas.
— ¿Te gustaría tomar asiento? -. Me propuso, rodando la banca hacia atrás, ofreciéndo con su mano, para que me sentará.
— Con gusto "Mister Sexy" -. Dije con picardía, mordiendo mi labio inferior, y tome asiento.
— Me estás tentando; ¿Sabés? -. Dijo, mirándome con una sonrisa pícara.
— Es lo que intento hacer cariño -. Afirmé, con voz seductora.
Mi plan, era seducirlo hasta el punto de que pensará que era una chica fácil, y luego, dejarlo con las ganas, y su imaginación de lo que pudo suceder. Aunque mi interior ardía de deseó por él, tenía que seguir con mi estrategia.
— Sos buena seduciendo preciosa-. Me miró con picardía.
— Ni tanto querido -. El sarcasmo se apoderaba de mí.
— ¿Gustas del vino? -. Pregunto, agarrando la botella del licor.
— Adelante cariño -. Dije sin más.
— Supongo que es un ¿Sí? -. Destapó aquél vino, sirviendo en cada una de las copas.
— Exactamente, salud -. Levanté mi copa.
— Salud, por esta velada maravillosa-. Alzó su copa, y previamente brindamos.
Entre charlas sobre el café, y más vino, nos terminamos la botella.
— ¿Entonces?, "Mister Empresario", ¿Se dedica usted, a ser el dueño y jefe, de esta hermosa empresa? -. Indague.
— Soy el heredero de esta compañía, quedamos a cargó mi hermano y yo, pero el se fue a Austria, hace unos meses, y pues quede al cargo de todo esto -. Respondió con algo de tristeza en sus ojos.
— ¿Paso algo con tus padres? -. Pregunté, pues en mi mente ocurrieron varios posibles escenarios del porque su tristeza.
— No, no, con mis padres no ha pasado nada -. Respondió, frunciendo el seño sorprendido riendo — Simplemente ellos no podían continuar al mando de la compañía.
— Ummmm... Pues... ¡Que bueno que estén bien! Y cuéntame ¿Cómo te considerás?
— ¿En qué sentido lo decís? -. Levanto su ceja, terminando de beber, el poco líquido que le quedaba.
— Sí querés hablarme en tus 2 sentidos, no tengo problema cariño - Lamí mis labios, luego, me senté de lado, cruzando mis piernas; aunque llevará puestos jeans, no me harían ser menos sexi.
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Una Presa Al Acecho
RomanceVanessa era una clásica Good girl, pero la vida la conviertio en una fiera.