CAPITULO 19 My oh My

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Las observé, cómo siempre, la diversión que era esparcida por Antonella.

— Bueno mis niñas, creo que me iré, estoy agotada…

— Usa protección -. Grita Ann, interrumpiendo lo que estaba por decir.

¡Ya era hora, pobre Ethan, todo lo que ha esperado! -. Anto continúa.

— Tranquilas chicas, de seguro solo es un amigo -. Natalie, me guiña el ojo.

Un gran amigo -. Ann, hace algo con sus manos, indicando que su miembro es grande.

No se crean chicas, no es él -. Por fin me dejaron hablar.

— Joder tía, que cachonda -. Me molestó un poco, que Nat dijera eso, ya sus burlas iban por otro lado… pero, aún así, no le daba mucha importancia. Ya estaba demaciado cansada, solo quería irme a casa.

Déjenla ya -. Puntualiza Ann, quien comenzó con la jodedera — Podemos disfrutar cuando querramos, con quién nos de la regalada gana.

— Grácias Ann, ya debo irme -. La canción de Kaleo, comienza a sonar nuevamente.

And way down we go, go, go, go, go
Way down we go, go, go, go, go
So way down we go, go, go, go
Because they will run you down
Down till you fall
Oh, way down we go.

Deje que mi teléfono sonará, ví como la Ranger Rover se estacionaba, fuera del local, luego, está fue apagada. Dando un adiós con mi mano, doy la media vuelta, y abro las puerta, y salgo, la brisa refrescante de la noche, choca contra mi cara y ropa, mi camiseta oscura con un decorado de serpiente, comienza a moverse, gracias a qué me queda holgada, mientras que mis vaqueros tiro alto, con rotos en las rodillas, no se mueven tanto, mis convers negras, hacen juego con mi outfits.

El vidrio de la camioneta frente a mí, comienza a descender, y ví ese sensual rostro, sus ojos azules me hipnotizaban.

— Sube -. Su voz, esa voz ronca, que tanto me encanta, aunque no lo crean, los teléfonos pueden cambiar las voces de las personas, o tal vez sea, el impacto que alguien, causa en ti, podría ser, que al observarlo, o tenerle cerca, hace que sus cuerdas vocales, se alteren, y creen la sintonía perfecta, que te hace enloquecer.

Que grotesco, Onfroy -. Abrí la puerta del copiloto, para subirme en su camioneta.

¿Con que esas tenemos? -. Su sonrisa. Esa sonrisa con picardía, junto a su mirada de lujuria, o Dios, este hombre era el jodido amo, del deseo.

— ¿Tener que? -. Lo observé con cierta picardía, antes de cerrar la puerta del vehículo.

Tratarme de grotesco; ¿A caso quieres que te enseñe lo rudo que puedo ser? Por mí, no habría ningún problema… -. Tomo una ligera pausa, exhaló, y continúo hablando — Al menos que tú, hermosa, lo quieras descubrir ese lado ocultó de mí ser.

Me rei a carcajadas, ¿En serio estaba escuchando a Adam, hablar, de como puede llegar a ser, durante el sexo?

¿De que te ríes? -. Se enderezó en su asiento, paso el suiche, el vehículo se encendió. Adam coloco su mano derecha sobre la palanca, mientras que la izquierda, la puso sobre el volante.

De tí, me río de tus palabras; ¿No acabas de escucharte hablar? -.  En ese momento, se separó de todo lo que estaba tocando, para inclinarse, hacía mi, y besarme con desesperación, sus cálidos labios hicieron contacto con los míos, la explosión de emociones que sentía, eran sin igual, lo extrañaba. Adam acunó mi rostro entre sus manos, profundizando más aquel apasionado beso, extrañaba sentir su tacto sobre mi, me deje llevar, por un breve instante, pero, me separé de él — ¿Para eso querías llevarme a casa Onfroy? -. Sus ojos se encontraron con los míos, que hermosas esferas azul claro — ¿Cree que puedes dejar de hablarme, y de la noche a la mañana, estate en tu cama sin nada puesto?

— No. No te busque para que tuviéramos sexo, aunque me gustaría hacerlo, sabes que no obligaría a una mujer a acostarse conmigo. Solo quería verte, una vez más -. Se alejo más de mí, y se centro en mirar al frente, el motor sonó, lo que me dió a entender, que ya iba a arrancar, me echo un último vistazo, antes de comenzar a manejar.

El camino a casa, fue tranquilo, la radio estaba encendida, en ese momento, una de mis canciones favoritas, comenzó a sonar, se trataba de My oh My - Camila cabello.

No cante el coro, contuve las ganas de sacar mis dotes como cantante. Estoy mintiendo, no soy buena, mi voz no ayuda mucho. Pero aún así, libero emociones reprimidas a través de la música.

Yeah
A little bit older
A black leather jacket
A bad reputation
Insatiable habits

Adam me miraba raro, pero yo seguía concentrada, aunque estuviera desafinada, iba a seguir, no todos los día escuchas en la radio, tús canciones favoritas.

He was onto me, one look and I couldn't breathe
Yeah, I said, "If you kiss me
I might let it happen"
I swear on my life that I've been a good girl
Tonight, I don't wanna be her
They say he likes a good time
(My, oh my)
He comes alive at midnight
(Every night)
My mama doesn't trust him
(My, oh my)
He's only here for one thing (let's go)
But (so am I)

La parte de Da baby, siempre se me hace complicada, ya que está en inglés, y es un rap.

Llegamos al edificio en el que vivo, el hombre de ojos azules junto a mi, estacionó su camioneta.

— ¿Entonces?… Mister empresario -. Recordé que lo llamaba así, siempre utilizando el señor. Jaja, por dentro me reía de aquel apodo tan estúpido que le puse.

¿Entonces que?… Por cierto, ¿Cómo es eso que te gustan los hombres un poco mayores, que usen chaqueta de cuero negra, tenga una mala reputación y sus hábitos sean insaciables? -. Oh rayos, se me olvidó que era británico. Obviamente entendería la letra.

!Hey!, Es solo una canción, que la cante no quiere decir que mi tipo de hombre ideal sea ese -. Mi voz se oía temblorosa, mis manos sudorosas, y el rubor en mis mejillas, creo que era evidente, sentía el calor en ellas

Tal vez… podría ser lo que buscas… -. Sus ojos se veían más oscuros, pues las pupilas de Adam, se caracterizan por ser azul claro.

No creo que cumplas con lo que me gusta -. Lo mire con picardía, mordiendo mi labio inferior — O tal vez… ¿Podríamos hacerte una prueba? -. Comencé a acariciar mi cabello sutilmente, mientras detallaba su entrepierna, no de forma disimulada, quería que el notará como lo observaba.

— ¿Que estás… -. Me acerque a su asiento para acariciar su miembro, desabrochado el cinturón de su pantalón, y logrando meter una de mis manos dentro de sus boxers — Aquí no guapa -. Lo escuché y me desplacé, abrí la puerta bajando así del vehículo, le hice señales con mis dedos, para que me siguiera.

Una Presa Al AcechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora