CAPITULO 26 Permíteme pensar

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Adam

Luego de un sexo tan desenfrenado como aquel, me di la dicha de quedarme solo en la habitación, me senté en una de las esquinas de la cama. Me permití poder pensar con más claridad, recordar aquella llamada telefónica, no quería que nada malo le pasará, jamás estuvo en mis planes ser un blanco en el plan de los Bontate, mi padre cometió errores al reunirse con aquella familia, el lo sabía.

Mensaje de Unknown

Bien hecho Adam, ahora se que te importa.

Oh tío, cometes un grave error, mi informante está estallando en irá. ¿Que dicha la tuya de poder follarte a su chica?

Sal de ahí. Si no quieres que mi equipo te llegue con una sorpresa mañana. Sería una pena…

Coloque ambas manos sobre mi cabeza, y la agache ligeramente, mirando al suelo. Me sentía culpable por no poder ser aquello que esa mujer esperaba, no quería hacerle dañó a la persona que amaba, ella es diferente, fue la primera que no tuvo un trato especial conmigo por el simple echo de ser un CEO, prestigioso. Pero como era de costumbre, tenía que hacer lo mejor para Vanessa, quiero salvarla de las garras de esa asquerosa familia, después de todo, no merece estar metida en este lío.

Adam, ¿Que pasa? -. En cuanto escuché su voz, salí de aquel trance en el que estaba, de inmediato me voltee a mirarla, estaba saliendo por la puerta del baño, tenía la toalla puesta, rodeando su cuerpo, a decir verdad, se veía muy sexy con aquello encima. Nuestros miradas chocaron, y pude notar, que en su rostro se encontraba un gran rastro de preocupación, jamás me había visto así.

No pasa nada princesa -. Menti, en cuanto escucho mis palabras, se relajó, pero sus ojos oscuros no estaban del todo convencidos — Ven aquí -. Estiré mis brazos, en señal de que quería abrazarla, luego golpeé ligeramente las palmas de mis manos, contra mis muslos. Ella lo entendió, y se acercó a mi, en cuanto estaba lo suficientemente cerca de mi alcance, la jale hasta mi cuerpo, cómo lo hice con tanta brusquedad, terminamos aterrizando sobre el colchón, ella encima mío, con ambas piernas hacia un lado.

— Eres un idiota -. Su tono de voz, daba mucho de que hablar — Me imaginé en el suelo -. Se llevó una mano al pecho, algo que me gustaba, era cuando hablaba sarcásticamente sumado a drama.

— No te iba a dejar caer -. Le dije, para que sintiera confianza.

— Mmm… bueno… ¿Que te pondrás para dormír? -. Me preguntó, señalando la toalla que yo llevaba puesta.

No lo sé, no me importaría dormir desnudó la verdad -. Sonreí con picardía. Vanessa, me propinó un golpe en el brazo — Auch -. Fingi que dolió, y comence a sobarlo.

Idiota -. Sonrió — bueno, yo si me colocaré una camiseta grande -. Alcé una de mis cejas al escuchar aquello.

¿Ah sí? -. La observé curioso — ¿De quién era?

— De nadie -. Respondió con cansancio — Bueno, es mía, la compré en una tienda, estaba a buen precio, y me dije: «Vanessa, debes de comprarla asi sea de hombre, porque está a exelente precio» -. En definitiva, está chica buscaba ofertas — ¿Felíz?

— Sí, lo estoy -. Agarré mi ropa, ya que se encontraba esparcida por todas partes.

— ¿A dónde vas? -. Se quedó observando a la nada — ¡Oh! -. Se llevó las manos a su cara, para cubrirla — Ahora lo entiendo… -. Su tono de voz, iba cargado de tristeza. Sonaba como si estuviera a punto de romperse en llanto — Claro… era tan obvio… la única razón por la que me buscaste, era para follar -. Note como se mordía su labio inferior. Una lágrima rebelde se deslizaba por su tierna mejilla.

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⏰ Última actualización: Jun 15 ⏰

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