Entre por el portal, subí en el elevador hasta llegar a mi piso, camine por el pasillo, llegando a mi recinto, escuché gritos, toque varias veces, nadie contestó a mi insistencia, cansada y preocupada a la vez, saque mi llave logrando abrir la puerta, todo estaba en calma, la sala y cocina se encontraba tal y como las dejé, los gritos siguieron y me asuste, no decían nada en concreto. Me acerqué a la habitación de Jenn, y entre a está, me impacte con lo que ví, estaba teniendo sexo con Jason, él noto mi presencia, y le dijo algo a la chica, ambos se quedaron observando me fijamente.
— Mis disculpas, yo... yo ya me iba, sigan en lo suyo -. Estaba avergonzada por interrumpir aquél acto.
— Tranquila Vane, debí avisarte que Jason vendría...
— Ya Jenna, yo mejor me voy... bye... -. Cerré la puerta, mirándola con picardía.
Decidí colocarme ropa limpia, lo más rápido posible, saliendo de aquel lugar, estaba apenada por aquella interrupción, siempre recordaría aquel día, como uno de los más excitantes y penosos a la vez. Tenía algo de dinero ahorrado, aproximadamente 500 euros, saque solamente 250, y me fui al centro comercial, ya era hora de un cambio en el guardarropas, conseguí unas medias de red, y unas faldas bien cute. Con lo que sobró, fui al supermercado, llevando alimentos, mi despensa ya se estaba agotando, además ese era el trato con mi amiga, nos dividíamos el alquiler, pero cada una se compraba su comida.
Se hicieron las 12:30 de la tarde, recibí un mensaje.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Espere a qué Adam
llegará, no demoró mucho, como yo esperaba.
— Hola guapa, ¿Vamos?
— Es usted un "romántico" -. Me mofe, haciendo comillas al aire.
— El romanticismo me encanta... -. Se rió, con su mirada de picardía.
— Deja la estúpides -. Le dí un golpe en su brazo, riendo.
— Sos una pícara ¿eh?; Ya vamos, reserve lugar en uno de los mejores restaurantes.
— Vale, Onfroy...
Y así, tomamos rumbo en la Rain Rover hasta uno de los lugares mas exclusivos de la ciudad, rara vez tenia la oportunidad de pasar por sitios como aquellos, los cuales eran abitados por gente adinerada; no eran mi entorno social, y podía llegar a incomodarme.
Adam noto, que algo me ocurría, mi ceño daba mucho que pensar; preocupado, rompió la atmósfera silenciosa que teníamos.
