MAGO'S Movil Home | Volkacio |

00.Prólogo

Incluso si las palabras eran dichas para consolar, aún cuando él sabía que no existían juicios ni lástima en ellas, de alguna manera no podía dejar de escuchar estas de esa forma.

El desfile de personas que pasaban por aquella habitación de hospital debía ser una señal para él, que realmente era apreciado, pero aquella herida no solo había marcado su cuerpo con una cicatriz, había mermado su propio autoconcepto. Su resolución. 

Podía aún ver el temblor siempre en sus manos, asi como el sonido del crujido del vaso cuando se deslizó entre sus inestables dedos e impactar contra el suelo. El dudaba ser un agente nuevamente.

Aún cuando le dieron el alta, y asistió a las citas para la rehabilitación, cada que se visualizaba a sí mismo sosteniendo un arma, todo la estabilidad que pudo haber ganado se iba para dar paso el temblor en su mano dominante. Su recuperación corporal era total, pero su mente era un caos.

Viktor sabía lo que significaba, un agente de la ley con miedo a sostener un arma era inútil, y más cuando aquella herida en su hombro significaba también la pérdida de su compañero.

No tardó en presentar su dimisión ante el Comisario Greco, su otro mejor amigo, pero este no aceptó, le extendió la licencia y le dijo que él siempre sería bien recibido, luego le dijo que fuera a casa a descansar.

Pero mientras él caminaba desde aquella oficina hacia el exterior, ante las mirada de los otros agentes, él ni siquiera pudo levantar el rostro, porque sabía que no había forma de regresar a su yo antes de que... él muriese.

Cuando el sonido de la ciudad se hizo más latente, cuando sus pasos hicieron eco en el cemento de la calle, cuando el sol acarició abrazó su figura, proyectando la decaída figura que mostraba, casi si quebró, no sabía ser más que un agente, ¿Que podía hacer ahora?

Mientras su mirada escaneaba sus zapatos lustrosos, algo brillantes por el sol, vió algo más, una florecilla simple que había osado a crecer en la grieta de la acera, esta de un vivo color amarillo guiaba su coqueta pero indefensa flor hacia el sol, disfrutando de los rayos como si no le importara ser pisoteada por error, como si fuese natural su presencia.

Quizá fue la valentía de aquella planta, o que él se colocara en cuclillas y extendiese su mano para acariciar de forma fugaz aquellos pétalos, que una descabellada idea, y por tanto genial, que descubrió su nueva pasión.

Las flores, Victor Volkov, es agente, ex próximo Comisario, ahora dedicaría su tiempo a las plantas y flores, después de todo la humildad de aquel oficio calmaría las tormentas de alma. Miró una vez más a esa flor antes de iniciar su nuevo camino.