10_Cap_

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Bastaron solo dos días para que "The Sills" volviese a girar el cartel de "Close" a "Open", si bien Viktor esperaba que la clientela tardará en llegar, fue que solo uno regresará para que otros más se pasarán por el lugar. Los clientes fijos, como el el niño que siempre lleva una flor a su maestra se alegró de verlo, la mujer que suele llevar un arreglo para adornar su mesa del trabajo, le mencionó que no podía trabajar a gusto sin tener el aroma de una flor, el hombre que lleva siempre una flor a la tumba de su esposa, le dice que es bueno volverlo a ver, ya que su esposa decía que las flores más hermosas son de su tienda. Fueron esos comentarios que calaron en él, antes había supuesto que incluso si aquella tienda era un trabajo, podría ser algo fácilmente reemplazable, pero mientras entendía que ahora era una pequeña parte de la vida de otros, y ver como sus flores podían ser parte de vida de otros, apreció más aquella tienda.

Pero así como hay un lado iluminado por la luz, hay otra que está envuelta en sombras. Y no hay nada como inspirar la curiosidad por un "Ex fugitivo" para que algunos vecinos fueran a la tienda, al menos muchos de ellos tuvieron la decencia de llevar un ramo de flores, en tanto entre palabras más o menos siempre preguntaban lo mismo.

"¿Dónde había estado? ¿Se había ido de viaje? ¿Fue difícil los anteriores días?"

Pero Viktor, respondía amablemente un simple:

— Cultivando flores, necesitaba tiempo y cuidado para que estas germinen.

Luego entregaría el ramo envuelto en papel y cintas, y le pediría regresar cuando necesiten algún arreglo y/o planta en maceta.

— Deberías haberles cobrado un poco más.

Le había dicho Gustabo, mientras escuchaba como Viktor contaba como prácticamente cada vecina de la manzana había venido a visitarlo. Incluso la señora de la esquina, de la panadería había venido con algunas galletas y con eso quizá lograr obtener más información.

— Pero no solo han sido vecinas, vi un grupito de chicas que llegaron para ver, y citó "El sexy chico malo de las flores"

Declaró Horacio que se tomó una pausa para devorar una galleta de avena. Aquel comentario hizo mover de forma incómoda a Viktor, usualmente este ignoraba los coqueteos, lo había hecho con las señoritas que habían sido insistentes incluso en tomarle fotografías, pero les dijo que no gustaba de ello, pero si gustaban podían tomar algunas de las tienda, ellas habían hecho pucheros pero hicieron eso, aunque también le pidieron su Instagram, para etiquetarlo, este les dijo que aún no tenía una cuenta oficial para la tienda y que claro él no poseía ninguna red social.

— Papá, al parecer han coqueteado con mamá hoy en la tienda.

Gustabo volvió a burlarse, mientras miraba a los otros, trayendo otra vez aquel extraño juego de roles donde se autodenominaba hijos de esos dos.

— Descuida hijo, confío que mamá me sea fiel, además nos trajo galletas.

Horacio volvió a extender una mano mientras Viktor simplemente negaba, con una avergonzada sonrisa entre labios, ante la mirada curiosa de Willy, fue entonces cuando Brown salió del cuarto de invitados, mientras somnoliento buscaba al parecer comida tras dormitar casi toda la tarde.

— Hay galletas, ¿Por qué no me avisaron?

— Había.

Dijo Willy que tomó la última galleta mientras regresaba su mirada al libro que había tomado del gran librero que dominaba un lado de la pared de la sala. Brown los miró mal, pero lo ignoró mientras se quejaba que en ese lugar no había nada bueno.

Aún no entendían porqué estaba con ellos, y sobre todo ¿Cuanto más duraría eso?

Pero era un tema que Viktor no deseaba hablar, de alguna manera sabía que el momento en que ellos volverían a moverse, Horacio estaba dispuesto dejar atrás al dueño de la tienda por su propio bien. Solo que este no conocía cuan decidido era el ex agente. cambiar de vidas, comenzar de cero, no sería la primera vez que lo haría.

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