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11_Cap_

La espera, adaptarse a esta era quizá su mejor virtud. El tiempo que tardó en que sus habilidades fueran reconocidas y la confianza fueran dadas no fue poca, aún así se esforzaba cada año, con una sola meta lograr el día en que podía ostentar un rango en el podía al fin saciar su codicia. El cuerpo policial para él no era más que una herramienta, sus valores y ética un mero formalismo, él no creía en los héroes, los detestaba, había asistido a tantos funerales de colegas que se había sacrificado para honrar la placa, pero mientras eran enterrados y sus frías lápidas eran adornadas con flores y el sonido del disparo de las salvas hacían eco en su sepultura, no quedaba más de ellos, un esfuerzo desperdiciado solo por un reconocimiento que no importaba mucho. No. no deseaba desperdiciar así su vida, no deseaba brindarla ni perderla al servicio de otros. él necesitaba lograr amasar al menos una cantidad considerable hasta lograr separarse de esa absurda vida y lograr una vida más pacífica, más acorde a su estándares, que no estaban lejos de buscar comodidad y ciertos caprichos. Por ello cuando se le presentó la oportunidad ni siquiera dudó, recibir sobornos fue solo el comienzo, el vender información solo un paso más allá, era el tráfico del material incautado o el tráfico de armas lo que realmente aspiraba, estaba buscando armar una red, identificar a otros que podían ayudarlo, y luego tras establecer su negocio estar un par de años, aumentar sus ingresos en algún paraíso fiscal y buscar un lindo lugar donde la extradición no estaba permitida. Solo un par de años y podría abandonar aquella absurda vida de Inspector en Jefe, y Brown podría haber logrado su objetivo. Pero lastimosamente asuntos internos tuvo que meter sus narices en un tema peliagudo, las sospechas cada vez comenzaron a señalar cada vez más en su dirección, al final no se logró probar toda su culpa pero si la sospecha de una posible participación. Fue suspendido y despojado de su placa. Y fue así como sus planes se derrumbaron como si se tratara de un castillo de naipes. Pero era más fuerte su ambición que al final logró tirar sus hilos de aquellos a los que había ayudado mientras era aún oficial. Conocía los vacíos y las debilidades de la policía, y los aprovechó para establecer así su propia organización, creó un alias uno al que solo escucharlo podía hacer temblar a los más grandes capos del bajo mundo. Y cuando obtuviera lo suficiente - aunque él mismo no sabría decir cómo sabría identificar el momento- él decidiría salir de los Santos para su merecido retiro. Despreció su placa, y se sumergió en él los bajos mundos.

Mientras tomaba aquel café casi frío y evaluaba con su mirada astuta aquel lugar sabía que el estar con aquel grupo sólo era cuestión de tiempo, debía buscar la manera de lograr salir de ello, de poder escapar de recuperar de alguna forma su libertad. Sabía que gran parte de sus bienes podían haber sido incautados cuando hicieron una redada a la sede de su organización pero aún así, él tenía alijos, cajas seguras con algunos miles a los que podía recurrir en modo de emergencia. Pero ahora mismo no solo podía irse sabía que necesitaba alguna que otra ayuda, encontrar cuál, fue su prioridad. Otra vez con fingida calma observó cuánto de cada persona en aquel lugar, todos al igual que él eran personas entrenadas, era algo que saltaba a la vista por eso debía ser aún más cuidadoso y fue entonces como hizo aquella notas mentales.

Viktor Volkov, ex comisario, al parecer dado baja por un accidente, se negaba a regresar al cuerpo, por ende prefiere ahora dedicarse a la rama de la jardinería y el comercio, aunque no sabía exactamente el porqué de ello. Este parecía sentir cierta debilidad con "El Mago"

Este o llamado también "H", era un personaje que conocía ya de anticipación, un títere que intentó usar, pero luego fue traicionado, por mucho tiempo quiso tentarlo para que se una a él, muchas cosas serían más fáciles si él hubiese dejado usar, pero este tenía una alma libre rebelde tanto que incluso su propia red lo había jodido más de una vez, era un incordio.

El otro era G, aquel que parecía más cauteloso y celoso de dejar a solas aquella extraña inteligencia artificial llamada "Calcifer", y este era quizá lo que más le interesaba, si lograba al menos copiar la configuración de este sería grandioso, porque parecía ser la puerta para toda la información que H y G manejaban. Pero sabía que estaba bien protegida, pero al menos si lograba robar información importante, oh... sería la llave para su libertad.