CENTRO 232 [EN PAUSA]

BETTINELLI

CAPÍTULO V

No olviden que la melodía para leer el capítulo es Fantasía interpretado por Chiara Cipelli (el compositor es Bettinelli) [DISPONIBLE EN LA PLAYLIST DE SPOTIFY]

[CUIDADO CON EL HOMBRE]

La cabeza me dolía, me ardía de una manera incomparable y quizás sea por todo el tiempo que llevaba aquí sin poder dormir cómodamente en un cama, sin ver la luz del sol, sin comer algo decente o  sin apartar —aunque quisiera— mi mirada de las pantallas, ya que necesitaba creer que era yo quien estaba allá afuera, quien comía con ellos o sentía los rayos de sol en su cuerpo, quien corría libre por el pasto, tal vez por eso no podía apartar mi mirada de las cámaras. 

Habían varios malportados en el comedor, otros tanto caminaban cerca de la pileta, pero la mayoría estaba en la entrada principal recostados en el pasto recién cortado, se veía espectacular desde aquí ¡Oh, cuanto me gustaría estar acostado ahí! Busque a sor Claudia en cada pantalla, pero no la encontraba ¿Será que estará en el sala? 

Rápidamente cambié de imagen en la cámara 13 y tal como había imaginado, ella estaba llegando a la sala de literatura y filosofía. 

Abrió la puerta con cuidado y dio un paso hacia adelante, observó a los malportados en sus asientos escribiendo y sonrió —Lamento la demora jóvenes, el tiempo se me escapó de las manos, pero veo que estuvieron entretenidos en mi ausencia — miró la pizarra y asintió un par de veces, dentro de ella había algo de emoción al leer lo que decía, pero no quiso llamar la atención de ninguno y cruzó sus manos sobre su abdomen.

—Viera usted como nos divertidos —dijo sarcásticamente Tomás, acto seguido se levantó de su asiento y le entregó la biblia junto con sus hojas escritas a mano —¿Puedo salir?

—Pueden retirarse, dejen las hojas sobre sus mesas, yo las retiraré después.  —todos se levantaron de sus asientos y empezaron a caminar hacia la puerta.

Al salir de la sala caminaron en silencio hasta el comedor; todo había pasado bastante rápido, más de lo que imaginan, pues Camila había decidido que era su turno mas no pudo continuar porque Katherine le interrumpía a cada instante y comenzó una discusión en la cual Benjamín intentó defender a Camila y Tomás lo atacó. En fin, era un circo y la domadora ya estaba cansada, así que Alaska decidió borrar lo escrito en el pizarrón y tomar una biblia para copiar 22 salmos que encontraba durante su lectura. 

Claramente el juego había acabado, por ahora. 

—¿Vamos a seguir con el juego? —preguntó Benjamín mirando a Alaska, ella se mantuvo callada por un instante, pero luego decidió apretarle su mejilla. 

—Tal vez, pero por ahora no ¿Acaso te gustó jugar?

—Sinceramente si, fue algo diferente ¿Siempre haces esos juegos?