CENTRO 232 [EN PAUSA]

VOLPE

CAPÍTULO XVII 
Part. 1

La melodía para leer el capítulo es Dragon Lullaby de Dave Volpe [DISPONIBLE EN LA PLAYLIST DE SPOTIFY] 

Recomendaciones para leer el capítulo: 

1. Estar vestido de blanco
2. Tener una vela cerca y fuego.
3. Tener un vaso con un líquido para beber.
4. Mantener puertas y ventanas cerradas.
5. Reproducir la canción cuando yo te diga.  

[LA CEREMONÍA DE LA NEVADA]

Cuando Sabrina dijo que faltaba contar sobre su historia jamás pensé que diera tanto detalle, mucho menos imaginé que esa chica con cara de ángel tuviera una mente tan retorcida cuando entraba en crisis ¿Es víctima o victimaria? No me puedo sacar de la mente esa pregunta, pero lo dejaré a su criterio, ya que serán ustedes los que juzgarán a la boa Bascur y sus métodos de redención.

—¿Cuánto falta para saber la verdad? —inquirió Abel.

—¿La verdad sobre qué?

—La verdad sobre Sabrina Bascur, ya sabes, tu verdadera historia sin arreglos ni metáforas, tú siendo tú.

—Cierre la puerta, señor Lewis, y atrase el reloj, porque tardaremos más de la cuenta.

Abel le sonrió emocionado, la manera en que Sabrina lograba cautivarlo con su forma de ser le hacía pensar que no era de este plano terrenal, era demasiado sencilla a la vista, pero dentro de esa mente descansaba otra persona, aquella que es capaz de mutilar animales y seducir a cuanto hombre se le cruzara por el frente, pero lo que no sabía aun Abel es que él sería el primero en conocer a las dos durante todo el resto de esta historia.

Ya cerrada la puerta volvió a sentarse sobre el escritorio y apoyando una de sus manos detrás de la espalda bostezó antes de mirarla, Sabrina cruzó sus piernas en forma de indio sobre el escritorio y continuó relatando su historia...

Después de que fuera separada de Patricia, y a ésta se la llevaran a quien sabe dónde, tuvo que volver a la casa de sus cuidadores, pero le fue inevitable no cuestionarse si realmente eran tan buenos como ella pensaba, y mientras tiempo iba pasando las sospechas de que algo no cuadraba comenzaron a crecer, pues no entendía la razón por la cual Juan sacaba y sacaba cajas de su oficina, todas bien selladas para que nadie las abriera y las guardaba en el diminuto sótano que tenía la casa, aquel sitio que guardaba también las herramientas del hombre y la verdad que tanto enfureció a Sabrina.

Pese a que las dudas seguían existiendo, no había nada para confirmar que sus cuidadores querían hacerle daño; continuaban besándole la cabeza antes de dormir, le compraban la mejor ropa, le enseñaban modales y la educación en casa no era para nada sofocadora, así que la idea de Patricia se fue borrando de a poco hasta que cumplió los 15 años y pidió de regalo una serpiente, deseaba con todo su ser tener una y aunque al principio se negaron Juan cedió ante la mirada angelical de la niña de sus ojos. Al ir a comprar juntos la serpiente, tuvo un breve encuentro con el cajero de la mascoteca, quien no dejó de observarla deleitado, pues a su corta edad ella poseía una figura que la hacía parecer mayor y aunque al principio eso le incomodaba, desde la mirada deseosa de aquel chico empezó a utilizar aquellos genes a su favor.