SEGUNDA PARTE DE RIVALES
Les quitaron el derecho a estar juntas, lo que las mantenían vivas, la oportunidad de ser hermanas para toda la vida, las a obligaron a huir y desaparecer de su hogar.
Pero eso fue hace mucho, hace tres años todo cambió.
So...
—————————————————————————— "Simplemente no hay nadie que se la compare, el mundo arde en sus ojos, y yo quiero que juegue con fuego hasta que muramos entre llamas" ——————————————————————————
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Seoul Jennie.
La noche empezó mal, supe recomponerme en el momento en el que me enteré con quien estaría por muchas horas mas. Mi cabeza lo llego a pensar, temí que esta posibilidad se hiciera realidad, porque no sólo tenía que fingir ser una buena esposa con un gilipollas, tenía que fingir que le quería a él.
Me quede helada con ese comentario -entonces dejar de follarme con los ojos- ¿quien coño se cree? estuve a muy poco de abandonar la misión, pero soy una buena profesional y me han entrenado para cosas peores.
Me puse a hablar con los primero que se me cruzaron por el camino, un grupo de traficantes de armas muy conocido en Seoul, supe que estarían aquí así que por que no hablar con ellos, me distraerían de él ¿no?
Mi momento de gloria duró poco, estaba muy mentida en la historia que les estaba contando y no note como el estaba al lado mío escuchándome, su mano en mi cintura, con el tacto me tensé al momento, pero supe disimularlo bien. O eso crei.
Durante la noche mire varias veces a mis amigas, Rose estaba de camarera sirviendo bebidas junto con Jeon y Jin, Lisa fue una de las bailarinas y el papel mas apetecible fue el de Jisoo, una viuda cuyos guardaespaldas eran Jimin, Jhope y RM.
Pero el punto de mira fue en todo momento el señor Guillian, un hombre alto, su figura era dominante, tenía un cuerpo musculoso, y desprendía un cierto atractivo cuando hablaba. Iba acompañado de su mujer y de algunos de sus guardaespaldas.
-Señoras y señores la puja va a comenzar-
Me despedí del grupo con el que Taehyung conversaba, la manera en la que se comunicaba con los demás hacía que quisises hablar y saber más de él, era justo eso, te dejaba con las ganas de él, y por eso nos ganamos la atención y admiración de muchas de las personas de aquel lugar.
Era imposible no admitirlo, pero la pareja que hacíamos se convertía en algo explosivo pero a la vez perfecto.
Haría cualquier cosa para que no fuese verdad, pero encajábamos demasiado bien.
Nos sentamos en la mesa con el señor Guillian, habría unas diez personas más, pero mi atención se la llevó él, pude notar como se fijó en la manera en la que me senté y en como ignoró a su mujer para estrecharme la mano a mí.