SEGUNDA PARTE DE RIVALES
Les quitaron el derecho a estar juntas, lo que las mantenían vivas, la oportunidad de ser hermanas para toda la vida, las a obligaron a huir y desaparecer de su hogar.
Pero eso fue hace mucho, hace tres años todo cambió.
So...
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-Esta copa ya no me sabe a nada-
-Normal, ya es la quinta que te tomas, no deberías beber tanto-
Taehyung estaba apoyado en la barra mientras observaba a todos los invitados con una gran sonrisa de satisfacción.
Todos con sonrisas ya que estaban contentos, cada acuerdo previsto para esa noche estaba cerrado, y cada uno, al final del día, se iba a llevar mucho dinero. Todo eso gracias a BTS.
-Últimamente se bebe seis copas del tiron- dijo Jungkook mientras daba un trago a la suya. -Supongo que ya no hay nada que le satisfaga-
-Tonterías- río Jin. -Cada vez que subo a su despacho sale una nueva tía-
-No, esas son para mi- Jk le miro con la más grande de las sonrisas para burlarle.
Había rumores de que V no había estado con ninguna chica desde hacía tiempo. Pero sólo eran rumores.
-¿Podemos dejar de hablar de mi vida sexual?, no soy un perro como vosotros-
-No te engañes V, siempre que se acercan estas fechas te aíslas de cualquier mujer, el año pasado lo pensé, pero ahora lo confirmo- Jungkook se tomó su tiempo para dar el último trago a su whisky.
Los tres se quedaron callados. Lo que decía el menor era cierto.
V si que se aislaba, rechazaba a cualquier mujer por estas fechas. Las mismas fechas que se acercan al día que ella se fue. Desde hace tres años es la misma historia, la gente se da cuenta, pero nadie sabe porque.
Nada, V desaparece, se vuelve un fantasma. Se aísla en su mundo por un par de semanas, dejando a numerosas mujeres colgadas, deseosas de saber porque de un momento a otro ya no no se deja ver, y es porque se refugia en el mismo cuando se encuentra en las fechas en las que Jennie se fue, y no la volvió a ver más. Porque no puede follarse a otras cuando cada segundo le recuerda a ella.
Trabajo, casa, casa, trabajo.
Eso es lo que hace de Kim Taehyung un hombre misterioso.
-¿Sabéis que?, me voy a mi despacho- levantó el vaso en señal de rendición, se notaba en el tono de su voz la borrachera que comenzaba a tener. -Ya no aguanto más a ningún puto viejo-
Poco a poco, V consiguió meterse en el ascensor sin cruzarse con nadie. Se sabía demasiado bien el recorrido a su despacho, lo sabría hacer hasta con los ojos cerrados.
