"Espero te guste tu regalo Erick"
Johanna se encontraba en el fondo del almacén. Paralizada. No decía una palabra. Había algo en el suelo. Murphy se acercó rápidamente. Parecía un cuerpo....cubierto con una manta...
-¿Quién crees que esté ahí?-pregunta Johanna asustada.
Murphy se pasó la punta de la sabana entre los dedos, y tiró rápidamente de ella. Johanna cayó de rodillas al suelo, y lágrimas comenzaron a escurrir por sus mejillas. Bajó la sábana, yacía el cuerpo de Margaret. Pálido, frío, y con varias partes faltantes. Y a pesar de que Murphy no conocía mucho a Johanna, compartía su dolor. Esta tomó tiernamente la mano de su hija y la beso. Se quitó el collar que traía puesto, y lo colocó sobre el pecho de su pequeña.
-Hay que encontrar a ese desgraciado.- murmuró Johanna.
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Ya habían pasado varias semanas de eso. Y nada. No encontraban ninguna pista de donde podría estar el asesino. Lo único que sabían, era que probablemente había estado observando a Murphy desde mucho antes de que ocurriera el homicidio. ¿Cómo sabía lo iban a hacer?¿Los había estado siguiendo? Estas dudas rondaban constantemente la mente de Murphy. Nada que un vaso de whisky no calmara. Caminó lentamente al pequeño bar de su habitación. Junto a las botellas de whisky, había algo. Algo que brillaba mucho, y era exageradamente pequeño. Murphy lo tomó cautelosamente. Un pendiente de diamante.Y ahí fue cuando Murphy comprendió todo. Se acordó de aquella mañana en la estaba leyendo el diario. "El Asesino del Pendiente". Un nombre absurdo, pero los periodistas hacían cualquier cosa para ganar mas dinero. El retrato que aprecia en primera plana le había resultado escalofriantemente familiar. Kyle Murphy. Su hermano.
Murphy revivió una etapa de su vida que creía superada. El día que estaba jugando con su hermano a esconderse y mamá los llamó a cenar. Apresurados, corrieron a casa. Y al entrar al comedor ahí estaba él. Su padrastro. Un hombre despreciable, que golpeaba y abusaba de diversas maneras tanto de su mamá como de ellos.
La cena parecía ir de manera pacífica, hasta que Kyle mencionó que lo habían castigado en el colegio. En ese momento, el padrastro se levantó violentamente de su asiento u comenzó a golpear al niño. Kyle, con mucho trabajo, logró alcanzar un cuchillo que estaba en la mesa. Con firmeza, comenzó a apuñalar a su padrastro en la espalda y pecho. La madre no creía lo que veía. ¿Cuánto odio podía tener un niño de 14 años en su corazón? Erik quedó paralizado al ver que Kyle no se había conformado con matar a su "padre", sino que también quería acabar con mamá.
-¡PARA KYLE!
- Ya no nos van a lastimar Erik.- Kyle jaló a la madre y la hizo tropezar. Ya que el era más alto que su madre, le fue fácil mantenerla firme para después degollarla. Kyle tomó los pendientes de su madre y los pasó entre sus dedos.
- Son bastante caros. Tendremos para sobrevivir un tiempo. ¿Vienes conmigo, o acabas como ellos?
Erik solo se limitó a seguir a su hermano.Los siguientes 3 años de su vida se basaron en robar comida y joyas en mercados. Pero llegó un momento en el que Erik comenzó a sentirse vacío. Y ver a su hermano con una chica hermosa no ayudaba. Una noche, Erik escuchó gritos en la habitación de su hermano. Era la chica.
Corrió a auxiliarla. Pero cuando llegó ya era tarde. Kyle había desaparecido y la joven estaba muerta. Y en sus orejas, unos hermosos pendientes como los de su madre, mostraban el inicio de una vida enfermiza para Kyle.
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Murphy vio que el pendiente venía acompañado por una carta."Saluda a la Señora Thompson de mi parte..."
Murphy se levantó rápidamente.
-¡JOHANNA!¡JOHANNA!
No estaba por ninguna parte. Murphy sabía a donde la había llevado Kyle. Sabía a donde tenía que ir para rescatarla. Agarró su abrigo y salió corriendo a la calle. No tardaría mucho en llegar. Los recuerdos de su pasado lo volvían a abrumar. Estaba ¿asustado? Algo que no era común en él.Después de 10 minutos de correr llegó al bosque. Conocía el camino a la perfección. Podría llegar con los ojos vendados. Comenzó a alentar su paso. Observaba su alrededor con nostalgia. Hasta que logró avistar la gran cabaña en medio de un gran circulo en donde no había árboles. Corrió lo más rápido que pudo.
La puerta estaba abierta, y se podía percibir un olor a pan recién horneado. Igual al que hacia su madre. Kyle lo esperaba sentado en la mesa, junto con Johanna. Ella estaba amordazada y amarrada a su asiento.
- Que gusto volverte a ver hermano.- Dijo Kyle con una sonrisa maliciosa.
-Déjala ir Kyle
-Siempre defendiendo lo bueno.....Erik que esperas de ella, ¿amor?¿una aventura? ¡No seas patético! Es como cualquier otra. Una cualquiera.
Murphy golpeó a Kyle en la cara, haciendo que su nariz sangrara. Kyle no devolvió el golpe. Sacó una pistola de su bolsillo y apunto a Johanna.
-Eres igual a él. Despreciable, asqueroso.-era como si todo se alentase en ese momento. Como si Murphy pudiese ver todo en tercera persona. Como su hermano dispara a Johanna directo en el corazón, y posteriormente en la cabeza.
- Nos volveremos a ver hermanito.-dijo Kyle antes de irse como si nada hubiese pasado.
Murphy seguía congelado. Johanna. Margaret. Su hija. Su esposa. Su madre. Y su padrastro. Estaba destinado a estar solo toda su vida. En una búsqueda de algo que no se puede encontrar. El siempre se había guiado por una moral, pero a partir de hoy, toda elegancia y amabilidad había terminado. Ya no vería más muerte. Bueno...tal vez haría una excepción...su hermano...
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Terror Psicológico 2
HorrorTus pesadillas están a punto de hacerse realidad. Sigue leyendo, y no dormirás.