Un simple pase desencadenó la guerra escolar, el partido daba inicio y con ello a la euforia por parte del público masculino. Al parecer las chicas se habían resignado a perder sin siquiera haber comenzado la partida.
Las jugadoras se mantenían firmes en su línea defensiva esperando la llegada del balón. Sofía, delantera al igual que Flor, fue la primera en interceptar la pelota. No se le daba nada mal tal deporte, era ágil, rápida y habilidosa con el balón. Tres chicos intentaron quitarle la pelota pero ella no se dejaba, hasta que la acorralaron y bajó su defensa. Flor se quedó en su posición, no sabía si era correcto jugar. “Tal vez me molesten más” pensaba algo arrepentida de estar ahí. Las demás chicas que estaban como defensa, aunque tenían el espíritu y las ganas, eran torpes. Lo único que podían hacer bien era quitar el balón, pero al intentar darle un pase a Sofía, los chicos volvían a tomar la pelota. La presidenta se hacía respetar, cuando los chicos se acercaban al arco a originar algún gol, ella atrapaba los tiros formidablemente, ninguno se le escapaba de las manos. Lamentablemente esto hacía alargar el partido, pues no había ningún punto. Sofía se estaba cansando de jugar, a las chicas de defensa les golpeaba todo el sol y ya tenían moretones por los bruscos empujones de los chicos. La presidenta tenía las rodillas peladas y sangrando, además que lo dolían los brazos de tanto atrapar el balón, pero no iba a demostrarlo, no, ella no bajaría la guardia. Flor estaba aburrida, parada a mitad de cancha viendo el cansancio de sus compañeras y de sus rivales. Max, un defensa, estaba descansando antes que llegara Sofía con el balón. El sudor le recorría la cara, al igual que al arquero, pero este estaba más molesto que el chico. Los delanteros y el otro defensa ya se estaban cansando de ser “amables” y bastó con una sola mirada del capitán para que interceptaran a Sofía haciéndola caer y robándole la pelota. Los chicos se acercaban a paso fuerte y decidido a hacer un gol, pues faltaban menos de tres minutos para el término del recreo. Pasaron a las defensas y frente al arco patearon el balón. La presidenta intentó atraparlo, pero sus pies que temblaban por el dolor de sus rodillas, se confundieron haciéndola caer antes de atrapar el balón. En cuanto este tocó la red los hombres del público (que ya eran bastantes) comenzaron a gritar y a aplaudir alegres.
Flor al ver las caras de las chicas se convenció completamente, necesitaban ganar. Vio el reloj de la torre del liceo “dos minutos” se dijo. Se dirigió a donde estaba Sofía, esperando el balón que sería tirado por la arquera, mientras los chicos intentaban bloquearle el paso. La presidenta lanzó y la pelota cayó a los pies del capitán del equipo masculino. Se disponía a hacer otro gol cuando Flor le quitó la pelota y rápidamente llegó al arco contrario. La muchacha era muy rápida y ágil, además no estaba nada de cansada como los otros jugadores, así que esquivar a los defensas y anotar un punto fue como quitarle un dulce a un bebé.
El marcador iba a uno, y quedaba un minuto, todos los jugadores estaban esperando el balón que sería lanzado por el arquero, quien dándoles el gusto a los jugadores, alzó sin temor la pelota, y esta voló por los aires directo a la cabeza de la cansada Sofía. Flor sabía que tenían solo una oportunidad, así que apoyándose de los hombros de la castaña, se impulsó para llegar lo más alto posible, y dio un cabezazo que interceptó la pelota disparándola directo a la cara del arquero quien no alcanzó a defenderse del balón, el cual golpeó su cara y segundos después la red, al momento que sonó la campana. La euforia de las chicas resonó por todo el campus. Festejaban felices de haber ganado, y retornaron satisfechas a sus aulas.
En clases los chicos seguían algo incómodos al haber perdido. Algunos le echaban la culpa a Flor, diciendo que era un monstruo que hechizó de alguna forma a los jugadores, o que lo había planeado todo para apoderarse de la escuela. Max estaba algo deprimido, pero un simple partido no le haría dejar de hablar con sus nuevas amigas, así que al fin del segundo periodo los tres se dispusieron a observar por los pasillos a ver qué ocurría. Se sorprendieron al ver en el fichero de anuncios, que todos los clubes que antes decían “solo para chicos” o “solo para chicas” decía: “todos bienvenidos” con un cartel improvisado, pero bien pegado. Afuera se veían algunos grupos mixtos de alumnos conversando acaloradamente mientras reían y bebían algo. En la cafetería, donde las mesas estaban llenas o de chicos o de chicas, todo estaba revuelto.
Los tres chicos estaban confundidos.
-Creí que las reglas de la escuela se voltearían… no que se cambiarían –habló Sofía.
En eso apareció la presidenta con vendas en sus rodillas, pero con su pose firme, y dijo: -¿Acaso no encuentras que es mucho mejor así?
-Nunca dije que esto estuviera mal- aclaró la castaña- es solo que pensé en otra cosa cuando dije “este partido definirá quién manda de ahora en adelante”.
-Pues todo cambió tal y como lo propusiste –comenzó a explicar la pelinegra- Las chicas que tenían miedo de enfrentar a los chicos, tomaron valor al sentirse importantes y orgullosas. Y los chicos que no querían acercarse a las mujeres por orgullosos y tercos, gracias al partido decidieron darles una oportunidad de expresión también a ellas. Así fue como todo se juntó y ahora estamos todos unidos.
-¡¡OH POR DIOS, SOY UNA GENIO!!- gritó Sofía al terminar la explicación, luego comenzó a hablar rápidamente y de una forma poco entendible -¡Merezco ser llamada la reina de esta escuela! ¡Eh creado una organización organizadamente organizada donde todos son felices y yo ni siquiera había pensado que podría crear tal utopía! ¡En verdad soy genial! ¡Ahora todo el mundo me debe las gracias, y deberán expresarlas dándome como ofrenda dulces, chocolates y ositos de-!
Sofía tuvo que dejar de hablar estupideces pues Flor le había golpeado fuertemente el estómago.
-Por favor ya cállate –dijo la albina tranquilamente.
-So-solo estaba bromeando –dijo la castaña antes de desplomarse.
-De todas formas –suspiró algo molesta la presidenta- tengo cosas que hacer.
Dicho esto, se dio la vuelta y caminó por el pasillo hasta doblar por un pabellón que dirigía a unas escaleras.
-Al menos todo salió bien ¿no creen? –habló Max para tranquilizar un poco las cosas.
-Si –dijo la albina mientras comenzaba a caminar.
-Me siento tan a gusto ahora –reía feliz la nueva alumna mientras se paraba e iba a acompañar a Flor.
El día pasó como todos los otros. Era la hora de devolverse, y…
-¡¿Cómo es que se van juntos?! –gritó Sofía a sus nuevos amigos.
-Pues… vivimos cerca –explicó Max en vista de que Flor no le interesaba mucho dar explicaciones.
-¿Estás seguro de que es solo eso?- quiso aclarar Sofía mientras se acercaba tenebrosamente al chico.
-¡S-seguro, seguro! –respondió algo intimidado.
-No te creo –dijo la castaña mientras lo examinaba de pies a cabeza.
-¡P-p-p-pero si es verdad! –dijo Max sonrojado por el acoso de la chica.
Hubo un silencio, en donde la sonrisa de Sofía volvió en forma sádica.
-Lo supuse, sois novios, ¿cierto?- preguntó picaronamente.
-¡C-C-CLARO QUE NO! –Gritó rojo el chico -¡Vamos Flor, ayúdame con esto!
La albina suspiró y se acercó a Sofía.
-Imposible que seamos novios –aclaró Flor –porque para eso se necesita amar, y yo no recuerdo cómo se hacía eso.
Dijo la chica y sin más se adelantó hacia su casa.
Sofía y Max la miraron tristes.
-¡Flor espera! –gritó el muchacho mientras corría para alcanzarla, dejando a Sofía sola en la entrada del liceo.
-No recuerda como amar –habló en voz baja la chica mientras se daba la vuelta para emprender camino a su casa.
Nota: Lamento estar ausente tanto tiempo u.u" , pero como he estado en vacaciones, había ignorado un poco (bastante) la historia (y las otras). Pero ahora he regresado trayéndoles un nuevo capítulo.
Gente: ¡Maldita, solo es relleno! (¬ ^ ¬)
Yo: ¡Al menos tienen capítulo! D':<
Ejem! bueno, era eso. He regresado (por ahora)... se cuidan ^^Bye!
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Flor Maldita
Mystery / ThrillerFlorencia es una adolescente tímida, reservada, hermosa, misteriosa, sin amigos, sin familia… La gente la odia y le teme con tan solo al verle a la cara, es que ella tiene un pequeño defecto en su armonioso cuerpo: su ojo derecho es rojo. Todo el m...