Flor despertó sorprendida a mitad de la noche, al parecer tuvo un sueño algo raro. En este se mostraban los mismos monstruos de la otra vez, se escuchaban las mismas voces, y Flor también corría y chocaba con la muerte, pero esta no levantaba la hoz, solo se le quedaba mirando, hasta que la chica se dio cuenta que no la miraba a ella, sino a un muchacho desconocido. La muerte se dio la vuelta y se fue, pero la chica sabía que regresaría, pues se estaba riendo. Los gritos burlones que en un momento se mofaban de Flor, se transformaron en cantos de victoria, ella estaba sonriendo, todo se notaba hermoso, las personas le aplaudían. El sueño se convirtió en pesadilla, cuando los monstruos comenzaron a atacar a esas personas que apoyaban a la chica, era horror por todas partes, pero curiosamente la Flor del sueño sabía qué hacer. Aunque cuando la Flor real despertó, se asustó bastante y olvidó todo el plan que su inconsciente había armado.
Eran las seis de la mañana de ese día sábado, Flor se había levantado para ir al baño y escuchó ruidos extraños en la casa. Eran ruidos como si alguien estuviera desesperadamente buscando algo. Se escuchaba como si fueran dos o tres hombres, pues había conversaciones de voces masculinas. La chica volvió a la pieza y fue a despertar al muchacho. Lo remeció un poco y le dijo: -Hay gente en tu casa.
El chico pensó que podían ser sus padres.
-No te preocupes- le dijo –de seguro son mis papás.
-¿Tus padres son tres hombres? –preguntó Flor.
-Pero que cosas dices –dijo el chico volteándose a ver a la muchacha.
Flor en lugar de seguir hablando, tomó su cabecera y se dirigió a la cocina. El chico le siguió, y tomando un bate que se encontraba debajo de su cama, bajó las escaleras en silencio. Llegó al lado de Flor y en la oscuridad pudo observar cómo las cajas que se encontraban cerradas estaban ahora abiertas con sus objetos desparramados por el suelo. La tenue luz de esas horas apenas alumbraba a tres figuras que intentaban encontrar algo de valor.
-Malditos –susurró el muchacho.
Flor hizo un signo de que debía guardar silencio.
-Quédate aquí –le ordenó la chica mientras daba unos pasos hacia el interior de la cocina.
-¡Pe-pero qué estas…! –replicó el chico, pero Flor no le hizo caso.
La chica fue hacia el interruptor y prendió la luz. Los tres hombres miraron a la chica, y sacaron sus armas.
Ladrón 1: -E….es…es ella… -le dijo a sus acompañantes.
Ladrón 2: -Y esta, ¿qué hace aquí?
Ladrón 3: -Sólo mátenla y ya.
Mientras el tercer ladrón tomaba algunas cosas y salía corriendo, sus acompañantes le quitaron el seguro a sus armas y comenzaron a disparar hacia Flor.
Ella ni se inmutó. Las balas que eran disparadas con bastante impulso como para perforar algo, caían a los pies de la chica. El cargamento rápidamente se agotó, y los ladrones no tenían cómo defenderse.
Ladrón 1: -E… ¿¡Estas bromeando!? –gritó asustado.
Ladrón 2: -¡Corre, inútil! ¡Corre!
Las puertas se cerraron frente a las asustadas caras de los hombres. El palo de béisbol que tenía el chico en sus manos, se soltó y fue a parar en la cabeza del ladrón de la izquierda, mientras el de la derecha, el más asustadizo, tiritaba del miedo.
-Permiso –dijo Flor mientras pasaba por el lado del hombre y abría las puertas para perseguir al sujeto que se había llevado las cosas.
Mientras el chico no podía creer lo que había visto. Al contrario de cualquier persona que decía que Flor era un monstruo, que ella estaba maldita, o que fuera algún tipo de asesina, este muchacho creía plenamente que lo que acababan de ver sus ojos solo eran los poderes de un ángel.
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Flor Maldita
Mystery / ThrillerFlorencia es una adolescente tímida, reservada, hermosa, misteriosa, sin amigos, sin familia… La gente la odia y le teme con tan solo al verle a la cara, es que ella tiene un pequeño defecto en su armonioso cuerpo: su ojo derecho es rojo. Todo el m...