Capítulo 15: Expulsión de prisioneros

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"¡Todo aquel con un controlador en el brazo!".

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La alarma se detuvo tajantemente ante la interrogativa de Chu Si. El transmisor que se hallaba en varias habitaciones, emitió una fina y constante señal, la cual fue sustituida por una voz mecánica:Parece que hice algo malo, oficial.

¿Por qué un sistema inteligente como ese no respondía lo que le preguntó?

Pero al joven ya no le importó. Tocó las puertas de las salas de servicio número tres y siete; luego se dirigió al Centro de Vigilancia.

—¿Qué hiciste? —Chu Si interrogó a Ojo Divino mientras caminaba por el pasillo.

Los dispositivos de grabación, colocados en todas partes de la prisión, eran los oídos del sistema tartamudo. Respondió:Hace dos minutos, se envió un comando especial a mi unidad central de procesamiento. Y-Y-Yo lo ejecuté.

—¡¿Qué comando?! —Se detuvo abruptamente en la puerta divisoria del restaurante.

Un comando perteneciente a una autoridad extremadamente alta, tan alta como la realización automática de la unidad central de procesamiento. Me hicieron eliminar a los presos.

—¿Qué? —Al escucharlo, casi ingresó incorrectamente el código.

La puerta se abrió al mismo tiempo que Ojo Divino continuaba explicando a través del transmisor:Sabes, oficial, que el extenso sistema de la prisión fue diseñado de manera estratégica. Cada habitación es una cápsula espacial independiente, eyectada de la prisión espacial en caso de emergencia.

Parecía que el sistema nunca sería inteligente, pues todavía presumía el diseño del lugar cuando los agentes sabían de ello.

Aun así, la última parte de su discurso la susurró:Entonces, las expuls-s-s-sé.

Una vez más, fingió tartamudear en un momento crítico.

La otra parte no tuvo tiempo de maldecir. De repente, vio que el restaurante supuestamente abarrotado había desaparecido por completo.

Representándolo de otra manera, el restaurante era como un huevo envuelto en una caja de metal. Ahora, el huevo fue expulsado de la prisión, desterrado en el acto, y únicamente quedó la vacía caja de metal.

Los prisioneros, las mesas y sillas, todo se había ido sin dejar rastro.

—...

A Chu Si le dolía la cabeza al escuchar la interferencia del sistema.

—¿Tienen un área de aterrizaje? —preguntó.

No, no, no.

Frunció el entrecejo—: ¿Y te atreves a fingir tartamudear? ¡Recupéralos con las cuerdas de garfio!

Caminó por la desierta área que antes era un restaurante. Luego desbloqueó y abrió de golpe la puerta divisoria del Centro de Vigilancia.

El ruido asustó a Ojo Divino.No hay forma de traerlos.

—¿A qué te refieres?

Chu Si recordó que había más de dos sogas asignadas a cada disco de la prisión espacial. Si una se encontraba atada al Pilar del Dragón, entonces quedaría otra. En ese caso, ¿por qué no podía recuperarlos?

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