Capítulo 23: Los enemigos se encuentran

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"¿De verdad sienten tanta curiosidad por saber qué tipo de relación tuve con su oficial?".

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Como 50001 era tan desafortunado, Chu Si, naturalmente, no se perdería la captura del "impostor" por Sa'e Yang.

El segundo nivel del subterráneo funcionaba como la mitad del cerebro del Fuerte Central; la Torre Este almacenaba una inimaginable cantidad masiva de información. Aunque la última operación oficial en la que se usó este lugar fue hace más de cuarenta años, como la súper base más grande del planeta y aún insuperable, el sistema de gestión de datos en sí era todavía increíblemente meticuloso. Requeriría mucho tiempo en piratearlo y eso sería laborioso.

Entonces, Sa'e Yang eligió un truco perjudicial. Utilizó a Ojo Divino, a ese sistema inteligente externo como fuente de interferencia, el cual causó que el cerebro de la Torre Este de la Fortaleza de Barney lo rechazara inconscientemente.

Todo era normal cuando el objetivo se hallaba deshabilitado, pero una vez activado, estaría lleno de debilidades y fallas. En ese punto, los bloqueadores de señales propagados se infiltrarían rápidamente; el virus volvería loco al cerebro de la Torre Este en un instante.

—Dicen que la idiotez es contagiosa, y tienen razón. —Sa'e Yang recargó sus manos en los extremos de la mesa de la consola, escribiendo casualmente en algunas teclas y despreciando a Ojo Divino mientras ordenaba.

Ding.

La voz del sistema emitida desde el interior de la cubierta de vidrio pronunció impecablemente:Recordatorio amistoso: Prisionero N57021225, señor Yang, no eres nada agradable.

Ese dispositivo, sabiendo que todos dependían de él en este momento, de repente se volvió tan valiente.

Sa'e Yang aceptó felizmente el comentario presionando el botón de confirmación mientras alzaba la cabeza para mirar la pantalla. —Oh, gracias por el cumplido.

Chu Si se acercó a la consola. —Con el debido respeto, qué vergüenza de tu parte. Eres un descarado.

Sa'e Yang rio. —Igualmente.

El oficial observó la gran pantalla llena de datos complejos al mismo tiempo que una de sus manos descansaba en su bolsillo, mientras que la otra tomaba cuidadosamente el comunicador y abría los programas para revisarlos. A mitad de camino, su vista se dirigió hacia el hombre.

—¿Qué? —dijo Sa'e, medio sonriendo—. ¿Estás tan preocupado solamente porque el comunicador estuvo en mi poder?

—Tienes registros penales. —comentó Chu Si con indiferencia.

Cuando Chu Si ingresó por primera vez al sanatorio, Sa'e Yang y él eran extremadamente hostiles entre sí. En ese entonces, el joven era sombrío y silencioso, las secuelas del orfanato le produjeron fuertes dolores de cabeza a largo plazo, por lo que no podía dormir bien. Era como si estuviera cubierto de espinas, pinchando a cualquiera que se le acercara, y mientras pudiera usar sus puños, nunca habló. Si Sa'e Yang, este rebelde natural, y él, unieran fuerzas, podían crear un terremoto nacional.

La adolescencia fue una época infernal, justo era la etapa turbulenta en la que amaban luchar con los demás. En el fondo, eran bastante similares en algunos aspectos. La única diferencia era que Chu Si se moría para que lo dejaran en paz, mientras que Sa'e Yang tenía que buscar emoción todos los días, muriendo por molestar a todos hasta el final.

Incluso el personal de salud del sanatorio estaba constantemente alerta tratando de separarlos y evitar que pelearan entre sí. No obstante, solamente consiguieron detener a Chu Si, en cuanto a Sa'e Yang, eso fue imposible.

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