¡Amigo!

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Miraba asqueada mi uña ensangrientada mientras el maestro de Educación Física pasaba la lista de asistencia en voz alta. En las vacaciones decidí ponerme uñas acrílicas, y debido que había sido muy cuidadosa con ellas, aun las tenía sanas y salvas. Hoy en la clase de taekwondo me había doblado la uña acrílica del dedo gordo, de manera que mi uña natural se partió a la mitad, y comenzó a sangrar. Había ido a la enfermería de la escuela, y me prohibieron hacer alguna actividad deportiva que se relacionara con las manos. Adiós clase de Educación Física.

-Como los vaya nombrando, se van bajando-ordenó el maestro antes de comenzar.

Mia amigas y yo tenemos una mentalidad casi igual, ya que cuando se trata de estos casos, todas sabemos exactamente qué hacer, así que al decir eso el maestro, las cuatros nos miramos entre todas diciendo con señas que las que iban primero, nos esperaran afuera. Y así era simepre.

-Uno.

-Presente-se paró y salió del salón hacia las canchas.

-Dos.

-Presente.

-Tres.

-Presente.

-Cuatro.

-Presente-Fernanda se levantó y salió, pero se quedó parada fuera del salón.

-Cinco.

-Presente.

-Seis.

-Presente.

-Siete.

-Presente.

-Ocho.

-Presente.

-Nueve.

-Presente.

-Diez.

-Presente.

-Once.

-Presente-Lizeth se levantó y se fue con Fernanda.

-Doce.

-Presente-Dafe salió y se quedaron allí fuera para esperarme.

-Trece.

-Presente.

-Catorce.

-Presente.

-Quince.

-Presente.

-Dieciseis.

-Presente.

-Diecisiete.

-Presente.

-Dieciocho.

-Presente.

-Diesinueve.

-Presente.

-Veinte.

-Presente-me levanté y me hacia donde estaban las chamacas fuera del salón.

-¿Sí las dejaron?-preguntó Fernanda.

-A mi no-dimos la vuelta por las escaleras.

-A mi tampoco.

-Mi mamá trabaja-dijo Dafne.

-Mh, entonces nadie va a ir-dijo Fernanda.

-Carla-mi amigo Yosmar me puso una mano en mi hombro haciendo que yo lo mirara.

-Mande.

-¿Ya viste quién está allí?-preguntó señalando hacia un punto.

Me di la vuelta para encontrarme a Brayan sentado en el piso. Tenía un pie estirado, junto con una bolsa de hielos sobre su pie descalzo y no había ningún compañero o maestro cerca de él. Yo sonreí al verlo, aunque se hubiera lastimado, pero se veía tan tierno...

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