Recuerdos.

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Bogart llevaba días sin hablarme, y aunque yo lo hiciera, él únicamente respondía con una simple sonrisa. Aunque siendo sincera, ni siquiera era una honesta. 

Estaba recostada sobre mi cama pensando en varias cosas, entre ellas Bogart, y Brayan. Había lastimado a Bogart, y a causa de eso ni siquiera quería voltearme a ver. En cambio, Brayan había estado haciendo completamente lo contrario. Había hablado por mensajes de facebook, y en la escuela me sonreía cada vez que cruzábamos miradas. Entonces mi teléfono me sacó de mi mente con el típico tono anunciando un mensaje. 

Lo tomé y desbloqueé para luego mirar de quién se trataba, y juraría que el alma salió de mi cuerpo por unos momentos. Un mesnaje que no me habría esperado recibir para ese día. O quizás para nunca. 

~Conversación iniciada el 23 de agosto del 2014 a las 19:55~ 

Bogart DM: 

Carla, creo que he sido muy honesto contigo y la verdad estoy confundido con todo lo que esta pasando, me gustaría pudieras decirme qué fue lo qué te incomodó, merezco una explicación, te dejaré unos días para que no sientas que te presiono, pero también compréndeme. Para mí no es fácil y mucho menos sin saber el motivo, de cualquier forma yo confío en ti, como persona, como amigo y nunca desconfié como novio. Para ser sincero yo aun te amo y va a pasar mucho tiempo para que eso cambie, de hecho ya te había comprado un regalo para nuestro tercer mes. Y si aun dices que no se ha esfumado lo de hace dos meses más me confundes, te quiero, pero te amo demasiado que me aparto si quieres, me destrozó a pedazos pero trataré de estar entero para que cuando me veas entero y firme sepas que estoy bien aunque no sea así por dentro de mi corazón. Yo siempre estaré para ti, no dudes soy el que te ama en silencio, mi dulce amor. Espero tu contestación de qué fue lo que te incomodó.

Yo:

Me incomodó mucho que estuvieras todo el tiempo pegado a mi...

Los dos sabemos que yo no soy apegada a nada, ya que nunca me dieron la oportunidad de poder hacerlo, y por la misma razón nunca me apegué a nada, por lo que me incomoda demasiado que alguien esté apegado a mi. Simplemente odio eso.

A demás, quitando eso, no me puedo expresar, y eso no me está gustando, y el apegamiento y el no poder expresarme me hacen sentirme pésimamente horrible.

Por eso, de la forma más honesta, te digo que ya no puede haber algo más.

Bogart DM:

Carla, siempre te di tu espacio y tú lo sabes. Nunca te mostré celos por más que tú hablabas con otros frente a mí. Además en esta semana no estuve pegado a ti y le di el espacio a tus amigas por que te respeto.

¿Y qué no puedes expresar?

De verdad no sientes nada por mí.

Bogart ha enviado un sticker.

Y después de eso, decidí ya no responder. Él tenía razón. No sentía nada por él que sobrepasara de un cariño de amigo. Y eso me dolía. Y me dolía pensar que aun me gustaba Brayan. Y aun así no poder hacer nada para evitarlo.

Apagué mi teléfono, y me tiré sobre mi cama de nuevo tapándome con una gran almohada la cara y gritando con todas mis fuerzas. Odiaba gustarle a la gente. Odiaba romperle el corazón a los demás por no sentir lo mismo que ellos por mí. Odiaba muchas cosas en ese momento, y faltaban por listar aun.

Sin mencionar que únicamente había tenido cuatro novios oficiales en mi vida, los cuales han conocido a mi mamá, o familia. Siguiendo con la misma honestidad de siempre, únicamente me había aferrado a dos; Fernando y Brayan.

Pasé seis años con Fernando, los mismos que tardé en acabar la escuela primaria, y tan sólo uno en darme cuenta que me gustaba. Todo empezó en un proyecto de sexto año en el cual me pusieron en pareja con él para cuidar a un huevo durante una semana sin romperlo o estrellarlo, lo que me hizo convivir una semana completa con él. Cuando el proyecto acabó, comenzó a atraerme bien, y a parte yo tenía a mi mejor amiga Johanna, a otras amigas; Greta, Andrea, Aranza y Kenya, más mis mejores amigos; Mauricio, Juan Alfonso, Mariano, el otro Mariano, José Juan, César, Alex, José Carlos, y literalmente, casi el resto del colegio que fuera hombre. Y todos ellos se juntaban con Fernando, dejándome platicar con él en algunas salidas, o cuando íbamos a casas de alguno de ellos, y fuimos novios.

Fue el mejor novio que pude tener en mi vida, era respetuoso, protectivo, no era celoso, y le encantaba estar conmigo. Pasábamos los recreos jugando policías y ladrones, o quitándole el zapato a Mauricio y salir corriendo de las canchas mientras nos perseguían para agarrar el zapato.

Recuerdo que hasta teníamos nuestra propia canción, y la escuchábamos a través de videollamadas por skype que duraban alrededor de dos o tres horas por las noches, y nos mandábamos papeles recortados de la parte de atrás de las libretas durante las clases tan sólo para platicar y pasar el rato.

Actualmente al escuchar esa canción, pensaba en él, y me daba cuenta que todo lo que sentía por él se había disminuído hasta el más mínimo milímetro de todos, pero seguía presente en mi vida. A thousand years era el nombre de aquella canción que guardaba recuredos hermosos. Cuando me abrazaba mientras jugábamos Slenderman, o cuando lo abracé el día que fuimos a Xtreme City por el hecho de haber llegado tarde, o el único beso que nos dimos en la zona de patinaje cuando la mamá de mi amigo me apuraba para irnos, ya que mi mamá no fue por mí.

Y aunque terminando sexto dejáramos de hablar, simplemente no se compararía con ninguna relación en el futuro, convirtiéndolo también en el primer hombre por el cual jamás había llorado.

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