Responde.

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Las chamacas giraron los ojos al ver que me fui caminando junto a él, cosa que hacían siempre, ya que no apoyaban la idea de que regresáramos por lo que pasó días atrás en la casa de Fernanda. A parte de que se les hace raro que después de unos meses quisiera reresar conmigo de vuelta. Dafne dice que solo es un juego. Fernanda opta por la idea de que estoy más buenota, y Lizeth, pues... Lizeth simplemente lo odia.

-Ven, hay que subirnos-dijo.

El recreo ya había terminado, y supongo que platicaríamos como en primer año; afuera de mi salón. Nos dirigimos hacia las escaleras del fondo, las cuales quedan más cortas hacia mi salón, ya que es el penúltimo del tercer piso.

-Bueno, hablemos-sonrió mientras subíamos por las escaleras.

-De cosas que debemos tomar en cuenta si somos novios-recordé-, ¿no?

-Sí.

-¿Y que son esas... cosas?-pregunté haciendo comillas con mis dedos.

-Bueno, lo principal es que tenemos que decirle a tu mamá-dijo deteniéndose fuera de mi salón, a lo que yo asentí-. ¿Qué crees que te diga?

-Pues, nada-respondí-, tendrá que asimilarlo.

-¿Y si no te da permiso?-preguntó y yo levanté mis hombros- Se acostumbrará.

Comencé a reír- ¿Qué? Al menos que no andemos-sugirió levantando una ceja.

-Brayan, a tu salón-apareció la maestra de español detrás de él.

-Hablamos luego-sonrió.

-Claro.

(...)

-¿Y qué hablaron ayer?-preguntó Lizeth mientras las dos nos sentábamos en una de las bancas rojas.

-Quiere que mi mamá sepa-dije.

-¿Y le vas a decir?-me miró.

-No va a ser fácil-hice una mueca-, mi mamá no lo quiere desde que cortó conmigo en primero.

-A mi tampoco me cae bien, porque es un hijo de su puta madre que no te supo valorar, y...

-Ya Lizeth-la interrumpí.

-¿Qué?-me miró- Es la verdad, wey.

-Sí, pero...

-Oye-apareció un chico de prepa de la nada.

-¿Sí?-lo miré.

-Ah, es que mi amigo me mandó a pedirte tu número de teléfono-dijo y yo miré a Lizeth extrañada-, ¿me lo podrías dar?

-Que venga tu amigo por él-respondí.

-Es que tiene pena.

-Yo no sé-levanté mis manos.

-Está bien, ahorita le digo-se fue.

-¿Qué onda?-miré a Lizeth.

-¿Lo conoces?

-No.

-¿Y le vas a dar tu número?

-Hola-apareció otro chico de prepa-. Bueno, es que quería pedirte tu número de teléfono.

-Aja...

-¿Sí me lo puedes dar?

-¿Tienes con qué apuntar?

-No, espera-dijo sacando su teléfono de su bolsillo, ya que a prepa les dejan traer teléfono.

Yo miré a Lizeth quien me miraba con cara de ¿Qué verga haces? Ya que, bueno, según ella, así se llamaba la cara que estaba poniendo en ese momento. Yo sonrei, le guiñé un ojo y regresé a ver al chico de nuevo, quien por cierto venía con sus dos amigos detrás de él.

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