Capítulo 20

305 15 0
                                    

Al fin llegamos a las orillas del océano. Había algunas cabañas al alrededor del muelle, aunque no importaba si miraban nuestra trasformación. Todos lo que habitaban en ellas son sirenas y tritones. Todos se inclinan un poco al verme, en forma de reverencia. Sólo les sonrió sin mostrar los dientes. Me acerco un poco al muelle y camino por él hasta llegar a la punta, me siento al borde, doblo mis piernas para impedir que el agua las toque. Quería estar sola con mi madre. Necesitaba a mi madre. Es inevitable recordarla, después de todo ella un seguía ahí en el océano, y aunque sea algo raro, aun no me despido de ella. 

Emma: Hola, mamá. Sé que no te he hablado durante todos estos años. Pero ha sido difícil. —Doy un gran suspiro y continuo hablando-. Ser madre es difícil, ahora te comprendo.—Hago una pausa recordando las veces que mi madre me dijo: Cuando tengas hijos lo entenderás.- Sería mucho más fácil si estuvieras aquí para ayudarme. —Digo y dejo que una lagrima se escape por mi mejilla-.

Una voz de tras de mí me hace girar, la reconozco, es Damon. Rápidamente limpio mi mejilla.

Damon: Lamento interrumpirte, pero, los niños necesitan entrar al agua ahora. —Dice frunciendo el ceño algo preocupado-.

Me ofrece su mano, la tomo, y me ayuda a levantarme.

Klaus se acerca con cada uno de los niños tomando sus manos. Me acerco a ellos y ahora toman mis manos. Nos acercamos al borde del muelle, y los niños miran rápidamente hacia el fondo del mar.

Emma: No les pasará nada. Yo estaré siempre con ustedes. —Les sonrió sin mostrar mis dientes-. 

Damos un gran suspiro antes de dar un paso en donde ya no se encontraba la madera que nos sostenía sobre el agua. Entramos al agua, miro a mis hijos a quienes tengo tomados de las manos. Veo como mi cola comienza a aparecer y la de ellos también. En pocos segundos nuestro aspecto de sirena estaba por completo en nosotros.

 En pocos segundos nuestro aspecto de sirena estaba por completo en nosotros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mi cuerpo cubierto de escamas, mis uñas han cambiado a garras, y mis dedos son unidos por una delgada capa de piel. Mis hijos tienen la misma forma que la mía. Era de esperarse, soy su madre. Los enseño a aletear lentamente,  los guio a que me sigan en el nado, y así lo hacen. Nadamos unos cuantos minutos y aun demasiado insegura salimos lentamente del agua. Veo a los padres de los niños fruncir el ceño al vernos. Los niños se giran algo avergonzados por sus padres. Damon se acerca rápidamente. 

Damon: Creo que esas colas son demasiado lindas. —Dice con una sonrisa mirando a los niños.- 

Nik y Stef se tranquilizan un poco ante al comentario de Damon. Pero todo vuele a empeorar cuando dirigimos la mirada hacia Klaus. Quien no soporta vernos de esta manera y rápidamente se gira para evitar que su mirada se cruce con nosotros. Eso me ha partido el corazón. 

En cuestión de minutos nuestra forma humana vuelve a aparecer. Dirijo mi vista hacia Klaus de nuevo quien me mira de reojo. Me encuentro algo agitada por los cambios drásticos que he tenido en mi cuerpo. Mi cabello empapado de agua y despeinado. Sin mencionar mi piel desnuda.

Klaus: ¡Damon voltéate ahora!, Deja que Emma se coloque sus prenda de nuevo —Le grita furioso al ver que me observa detenidamente-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Klaus: ¡Damon voltéate ahora!, Deja que Emma se coloque sus prenda de nuevo —Le grita furioso al ver que me observa detenidamente-.

Damon se gira y Klaus igual. Coloco mis prendas de nuevo rápidamente, y después ayudo a mis hijos a hacerlo. Los tomo de la mano y nos dirigimos con sus padres. Logro escuchar que alguien grita mi nombre a lo lejos. Lo que me hace girar hacia todos lados buscando de quien se trataba, aunque ya lo sabía perfectamente. Y esperaba con ansias verla.

Era Iza. Mi mejor amiga desde que tengo memoria. Iza no era la típica mejor amiga envidiosa, rubia y delgada, al contrario es la amistad más sincera que probablemente tenga en toda mi vida y en tanto los prejuicios de la imagen de las mejores amigas ella tiene un físico muy peculiar. Caracterizado por un lunar que abarca casi la mitad de su cara, tez morena, no exactamente delgada pero tampoco gorda, boca pequeña, nariz mediana, ojos medianos, cabello un poco rizado, estatura promedio y una personalidad que la hacían la mejor amiga del mundo.

Iza: ¡¿Se podría saber, por que no he sabido de ti desde hace cinco años?! —Grita molesta regañándome-. 

Y era demasiado comprensible. Ni si quiera me digne a responder algunas de sus llamadas o mensajes. Sinceramente tenía miedo. Sé que era la persona más sincera, y que me diría que todo esto es una locura. Sé que me regañaría por no haberme decidido por algunos de los dos chicos. 

Damon y Klaus la miran desconcertados con el ceño fruncido, típico de ellos.

Emma: Lo lamento, Iza, de verdad. —Digo algo dolida esperando su respuesta-.

Puedo notar como su enojo cambia a tristeza en sus ojos. Rápidamente desvía su mirada hacia los niños.

Iza: Descuida, no te regañaré. Haz tenido tus razones. Ahora estás aquí, y es lo que importa —Sólo le regaló una pequeña sonrisa sin mostrar mis dientes-. Pero por Dios, dime que estos hermosos niños no son tus hijos y que yo no estuve ahí para verte con tu gigante panza. —Dice mirando a los niños con una sonrisa-.

Emma: Lo son. Pero antes de contarte lo dramática que ha sido mi vida en los últimos cinco años, por favor, dame un enorme abrazo. —Asiente con su cabeza y rápidamente me rodea con sus brazos por la espalda, paso mis brazos por su cintura y recuesto mi cabeza en su pecho-.

Les digo a los niños que vayan con Damon. Klaus sigue intentando procesar en su cabeza lo que acaba de ver, así que esta algo apartado de nosotros. Damon y los niños fueron a recorrer la orilla del mar. Iza y yo nos sentamos en la arena para contarle todo lo que ha pasado.

Iza: Vaya, la reina del océano, Emma Anderberg, ¿Tiene drama en su vida? ¿Quién podría creerlo?. Aun recuerdo cuando ni si quieras podías salir de las paredes del palacio si no era en compañía de tus hermanos o tus padres. Y ahora tienes dos hijos de diferentes padres. —Dice alcanzando las cejas-.

Emma: Bueno, preferiría que no hubiera drama y simplemente supiera a quien es al que amo. —Digo mirando a Damon y Klaus-.

Iza: ¿Enserio? ¿Crees que me puedes engañar? ¡Por Dios, chica!. Puedes engañarte a ti mismo, pero a mí, jamás. Las dos sabemos por quien te inclinas más, aunque sea por un milímetro de diferencia. —Dice mirándolos, lo que hace que se me escape un gran suspiro-.

Emma: Bueno, tenemos que irnos. Ya es tarde. —Digo levantándome de la arena-.

Iza: Okay, voy por mis cosas. —Dice de igual manera-.

Emma: ¿A donde vas? —Digo confundida-.

Iza: A tu casa. No pienso perderme un minuto más separa de mis hermosos sobrinos. Y por cierto, no necesito invitación para ir a la casa de mi mejor amiga. Ni si quiera para quedarme a vivir ahí. —Dice mientras camina hacia su cabaña, lo que me hace reír-. 

Iza tenía razón, no necesitaba permiso para nada conmigo. Y tenerla en casa me vendría realmente bien. Subimos a la camioneta de Klaus quien aun no nos dirige la palabra. Después de unas largas horas de camino silencioso, bueno a excepción de Iza y yo, en realidad parecíamos cotorras. Supongo que es entendible. 

Loco o no, ese tipo de amor nunca muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora