Como era de esperarse Ros se aparto de la familia después de lo que hizo. No la culpo, claramente todos reaccionamos de una mala manera, aunque no todos pensamos que irse haya sido su mejor decisión, hemos aprendido a vivir con ello. Después de todo, la traición es lo único que la familia no puede perdonar.
Ha pasado un año, Yetz sigue sin poder perdonarla, y para ser sinceras, en el fondo, sé que yo tampoco. Pero como ejemplo para mis hermanos tengo que fingir que lo he hecho.
Me encuentro escribiendo en un diario todo lo que me hubiese gustado contarle a Klaus, si aun lo extraño, y creo que siempre lo haré. Las palabras fluyen y me dejo llevar por la lapicera que plasma todos mis pensamientos en una hoja del cuaderno. De repente el ruido de la puerta al abrirse de golpe hace que pare mi escritura y mire rápidamente hacia ella. Me topo con una Freya con tanta felicidad, que parece que ha ganado la lotería. Ella habla antes de que pueda preguntar que sucede, o si quiera levantarme de mi asiento.
Freya: ¡Descubrí una forma de traer a Klaus de vuelta! —Sus palabras hacen que me levante de mi asiento, boquiabierta-.
Damon llega rápidamente a la biblioteca y su cara me dice que ha escuchado todo.
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Freya: Solo podrá estar aquí un día, pero supongo que un día es mejor que jamás. —Dice para después sonreír-.
Damon: ¿Estas segura de que quieres hacerlo? —Dice acariciando mi mejilla-.
Emma: Si, lo estoy. —Digo tranquila colocando mi mano sobre la suya-.
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Freya: Bien, tendré que canalizar poder de todos mis hermanos, Hope, y los Salvatore también pueden ayudar. —Dice mirando a Damon, quien asiente con la cabeza-.
Emma: también ayudaré.
Freya: Perfecto, iré a buscar a mis hermanos. —Dice y sale de la habitación-.
Damon esta preocupado por el regreso de Klaus. Él sabe cuanto lo amé y aun lo amo, y posiblemente tenga miedo de que cuando vuelva a irse, él también vuelva a perderme.
Emma: te amo, Damon Salvatore. —Digo mientras lo abrazo del cuello-.
Emma: Estoy contigo ahora, y te amo tanto como un día llegué a amar a Klaus. —Digo para después juntar nuestros labios en un lento y tierno beso-.
