Hoy te escribo para contarte que tu hija, Hope, ahora tiene 21 años, y es toda una mujercita increíble, ha decido mudarse al reino con mis hermanos, lo que me deja tranquila: sé que ahí está bien protegida.
En cambio tu hijo Nik, tiene apenas tiene 14 años, al igual que Stef, claro. Parece que él tiempo ha pasado volando. Debo confesar que hay algo que no te gustara. Stef ha comenzado a salir con chicos. Sí, lo sé, si aun estuvieras aquí probablemente el chico estaría decapitado. Aunque Damon lo ha intentado cientos de veces.
Te amo, y te extraño, por siempre y para siempre, amor.
Justo cuando cierro mi diario, Damon llega enfurecido a la habitación.
Damon: ¡¿En donde demonios está Stef?! —Dice molesto-.
Emma: No lo sé, Damon. Hace unos minutos la mire en la cocina. Debe estar por aquí, la casa es muy grande.
Damon: Ya busqué en todos y cada uno de los rincones que pueden haber, no está. ¡Se ha ido! ¡Y probablemente con ese mocoso que conoció en la escuela! ¡Está decidido no estudiará más! No me seguiré arriesgando a conozca niños como él. No necesita nada, ¡Por Dios, es una princesa! —Y antes de que continúe con su paranoia, hago que se calle con un beso-.
Emma: Basta, nuestra hija no es así. No sería capaz y de irse con ningún otro chico que no seas tú o su hermano.
Tomo el celular y rastreo su ubicación, rápidamente aparece el punto rojo indicando en el pequeño mapa de la pantalla del celular, su ubicación.
Emma: Esta en el océano, pero no lo entiendo, ella no va a ahí sin mí. —Digo con el ceño tan fruncido como el Damon-.
En cuestión de segundos nos encontramos de camino hacia donde Stef estaba.
No llamé a mis hermanos, y mucho menos a mis demás hijos, para no ponerlos en peligro, claro. Después de todo tengo a mi novio vampiro, y yo sigo siendo la sirena más poderosa del planeta.
Llegando al lago, logra verme un gran barco, inmediatamente me lanzo al agua, al igual que Damon, lo tomo de la mano para llevarlo más rápido al barco. Puedo olerlos, son humanos, simples humanos que se han llevado a mi niña para hacer con ella quien sabe que horribles cosas.
Damon sube por una de las cuerdas que cuelgan por la borda, y yo subo por otra.
Al instante al que llego a la borda lanzan una flecha, pero Damon logra detenerla con su rapidez vampírica.
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Hago sólo con mi mente que el aire no pueda llegar a sus pulmones a los que están al alcance de mi vista. Mientras Damon sacaba corazones, arrancaba cabezas y desgarraba gargantas. De un momento a otro puedo ver como atan a Damon a un pilar, amarrado con cuerdas que tienen verbena claro, por lo que deduzco que tienen conocimiento sobre los vampiros.
