cap. 18 un día con mi madre.

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Al terminar las clases llamo a mi mamá como prometí y me dice que la esperé fuera de la escuela.

Mientras veo a todos irse me pongo a pensar en todo lo que he oído de mi hermano.

Su nueva chica. Fátima. He oído tantos rumores tan falsos y patéticos que no dejo de preguntarme de donde sacará tanta imaginación está gente.

La mitad de las chicas admiran a Fátima por haber "amarrado" a mi hermano (Ya que por lo regular no pasa más de lo que dura un polvo con ninguna), la otra mitad quieren su cadáver por lo mismo.

Algunas se han acercado a preguntarme que tan cierto es que son novios, que se peleó con unas chicas en la cafetería, que los han sorprendido entrando a él armario del conserje, cosas de ese tipo, yo me he resuelto a no responder y hacerme bolita. Y a esperar que sólo sean rumores, claro.

A la distancia veo a Tayler y a Fátima, Y entiendo por fin a que se referían todos. Incluso desde aquí puedo ver que mientras Tayler habla ella se queda absorta en mi hermano, como si quisiera grabar todo ese momento, se ve que le gusta, idiota mi hermano si no lo ve, pero él no se queda atrás, sonríe tanto que casi parecería una mueca de no ser por las miradas que le dirige, con un toque de deseo, fascinación y ternura.

Me doy cuenta de que quiero que Tay encuentre la manera de convencerla, porque si esas perras le hicieran algo el quedaría trastornado por tanto odio a ellas y no quiero que eso pase.

Luego de un rato llega mi mamá en mi auto.

- Espero que no te moleste que haya traído tu carro. Creí que te sentirias más cómoda si tu manejabas.

Wow. Una novedad, a mi madre no le gusta que yo maneje.

- Se que no te avise con tiempo para que te pusieras ropa debajo. ¿Quieres ir de compras para que te cambies? Podemos conseguir algo lindo para ambas.

Tantas novedades, nunca he ido sola con mi mamá de compras, siempre ha estado demasiado ocupada para mi.

- Sí, claro, vamos.

Sale del asiento del conductor para que yo me siente ahí y conduzca.

- Además, podemos aprovechar y comprar cosas de más y divertirnos un poco antes de comer, A menos que tengas mucha hambre.

Una parte de mi, la hambrienta, me grita: A nadie le importa que tengas puesto ese uniforme estúpido y mil sueteres abajo, vamos a comer, muero de hambre.

Otra parte de mi, la orgullosa, mira recelosos a mi madre y con voz resentida me exige que me burle de ella. Por qué después de ignorarnos tanto viene, ¿Dónde estaba cuando la necesitamos? Dile que se vaya y que se meta su diversión por el culo. No quieres su lastima, anda, hazlo.
Y finalmente, esa parte pequeña de mi que aún es una niña. Una niña que ama a su mamá con todo su corazón dice emocionada: Vamos, quiero estar con mami, unos vestidos nuevos, le contaremos todo lo que nos pasa, comeremos, tomaremos un helado, a la estética a que ambas estemos guapas. Sí, quiero ir.
Casi me burlo de lo graciosa que parece esa ultima parte.
Es difil decidir.
- Claro, vamos de compras. ¿A dónde?
- Elige tu, yo no suelo ir a boutiques.
Pongo música y mientras Love me like you do de Ellie Goulding suena en el auto platicamos de todo tipo de cosas, Pero es lista y no me presiona, No llega a profundizar en nada.
Llegamos al Mall y entramos a los baños a que me quité todos los sueteres que tenía debajo quedando con un short y una vieja blusa naranja, me quito las largas calcetas y me dejo los zapatos negros con el pie descalzo, cosa que no podría verse más ridícula. Hasta mi madre me dedica una cara reprobatoria, Pero así vamos a una estética de ahí mismo, donde nos hacen las uñas, nos peinan, maquillan y quitan el exceso de vello. He venido aquí desde siempre y nos hacen descuento a Mi madre y a Mi.
Mi madre sale con un peinado francés que desentona totalmente con los jeans y el suéter que trae puesto. Y yo con un hermoso peinado lleno de ondas que me cae por el hombro izquierdo que no luce con la ropa terriblemente pobre que traigo.
Entramos a las tiendas de ropa y zapatos que podemos. Mi mamá elige para usar ahora mismo una camisa blanca con preciosas decoraciones de flores y mariposas y una falda rosa palido corrugada con zapatos del mismo color, unos pendientes y gargantilla de perlas. Luce muy guapa y joven. No puedo evitar mirarla con ternura. Para mi elijo un vestido corto rojo con cuello recto y vuelo, sin mangas, con unas medias negras y zapatos de aguja negros una gargantilla dorada y arcillos a juego con algunos brazaletes.
Cuando hemos terminado llevamos faldas, vestidos, pantalones, shorts, blusas, camisas, ropa interior, todo lo que la tarjeta de mi mamá nos deja comprar. Sólo espero a papá no le de un infarto.
Vamos a dejar todo al auto y nos dirigimos a comer.
- ¿Qué te apetece, Mel? ¿Comida italiana, quizá?
Se me borra la amplia sonrisa.
- No me gusta la comida italiana.
- Pero... si te encantaba de pequeña.
- No, nunca me ha gustado. Esa es la comida favorita de Tayler, No la mía.
Se le ve completamente avergonzada.
- Disculpa, tienes razón.
Suspiró con fuerza.
- ¿Comida árabe? -sugiero.
Me sonríe y asiente. Vamos a comer.
Ya que nos han traído nuestras órdenes mi madre pregunta:
-¿Algo que quieras decirme?
Se que se refiere a Seth, y me causa un dilema moral el decidir si debería decirle.
Me ha regalado un día fabuloso, claro, pero la confianza no se compra, ni se gana en un día. Ademas, no se si al final del dia todo seguirá así de bien, puede que esto sólo dure por hoy. Pero todos merecemos una segunda oportunidad y se la doy a mi madre.
- Bueno... recuerdas a Seth-ella asiente en silencio-pues es mi novio.
Ella finge sorprenderse.
- ¿En serio? ¿Hace cuánto?
- Cosa de semanas.
- Bueno, es algo repentino... sólo ten cuidado.
- Mamá, recibo muchas clases de educación sexual y ya casi ten...
- No, No es por eso- me interrumpe- se que eres lo suficientemente lista para no quedar embarazada, a lo que me refiero es a que Tengas cuidado, No quiero que te haga daño. Siempre quierete más a ti que a él y respetate, ok.
Siento un calorcito extraño en el pecho, eso claramente ya lo sé, Pero el que ella me lo diga y se preocupe por mi... me hace sentir bien, realmente bien.
- Gracias mamá, lo haré.
Me toma la mano y bajo su mirada maternal me la aprieta.
Durante el resto de la comida me cuenta cosas de cuando era adolescente.
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Volvemos a casa y llamamos a Tayler para que nos ayude con las bolsas.
- Se ve que a ustedes no les gusta comprar-dice sarcástico.
Mamá y yo nos vemos de manera cómplice y reímos.
Luego de que dejamos las cosas de mamá en su habitación Tayler me ayuda a traer las mias a mi habitación y aprovecho para preguntarle por Fátima.
- Pues no logre mucho, quiere entrar al grupo de música, Pero ya sabe tocar piano. Sabe conducir, no tiene auto,  pero no quiere uno.  No le gusta nadie del Instituto, sus clases van bien, no hay nada.
- Ya veo. Escuché que tuvieron problemas.
- No realmente, muchas chicas estaban con las uñas de fuera, Pero nada que no pudiera controlar.
- ¿Y Karen?
-No ha hecho nada, me sorprende. Recuerdas a Verónica. - Yo asiento. Y recuerdo a una chica morena muy guapa que bien pudo ser la novia de Tay hace unos meses, hasta que Karen y sus amigas la obligaron a alejarse de él. Nunca supimos como, Pero ella nunca le volvió a hablar a mi hermano. - Temo que actúen igual-continúa - las sorprendí más de una vez observandonos. Y... No creo que se merezca que le hagan algo sólo porque esa tipa esta enferma y obsesionada conmigo.
-Te gusta. -afirmo.
El palidece.
- No, Esque no me parece justo.
- Tay, te conozco desde... desde antes de nacer, compartimos panza, ¿recuerdas? Hemos vivido siempre juntos, se cuando alguien te gusta... te vi, como la veías. Tiene algo, ¿verdad?
- Sí -suspira-, a ti no te puedo mentir, me gusta. Siento que la conozco y que ella me conoce, No se como explicarlo.
-Podemos sacarla de esto, estamos a tiempo. No tenemos que meterla en contra de Karen.
- Gracias. No quiero que ella esta involucrada, Pero aún hay que buscar a alguien y si no... yo mismo tendría que meterme ahí.
- No tienes que, puedo hacerlo de otra manera. No se...
- No, no se va a quedar así. Mira, yo me acercaré a Fátima de la forma que yo quiero, Pero no dejaré de buscar opciones.
- De acuerdo - le aprieto su mano y así termina la conversación, se va para que pueda cambiarme y dormir.
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Entró a mi clase de química y el salón aún está casi vacío, a excepción de un chico sentado en el fondo del salón escuchando música.
Sacó mi celular para escuchar música también hasta que una mano se impacta en mi mesa.
Volteó frenéticamente y me encuentro a Karen frente a mi, con Jennifer detrás.
- Hola, Melanie- me dice ladeando la cabeza.
No respondo nada y la miro, esperando. Como ve que no respondo continúa.
-Sabes quien es la chica que ha estado con tu hermano, ¿no?- sigo callada, no le daré información de Fátima- La he estado observando. Una tal Fátima, ¿verdad? Oí que es su vecina- mis ojos se abren más involuntariamente, me sorprende que sepa eso. -Ella... No me agrada y eso es malo, ¿Sabes? Debes de conocerla, dile que se aleje de Tay. O dile a tu hermano que se aleje de ella, No querrás que lo haga yo misma, eso le puede hacer mal a esa chica, tu no quieres eso ¿o si? - continuo callada, e instintivamente mis ojos se entrecierran dedicándole mi mirada más sádica- no me mires así -dice casi ofendida- no le quiero hacer nada a esa niña; es sólo una niña, debes notarlo. No como Verónica esa es toda una zorra, No me costó trabajo hacer que Will se le metiera en la cama y lo grabará para Tay. Por eso se alejó Verónica, ¿lo sabías? Imagino que no. No querrás que le pase algo así a Fátima... o algo peor.

Esta chica esta colmando mi paciencia y necesito decirle algo, o darle un buen puño en la cara.
- Respondeme, estúpida. -dice abofeteandome. - Todo esto es tu culpa, de no ser por ti, Tay estaría conmigo.
La bofetada me volteó la cara y me desorientó por un momento. Cuando me estabilizo muerdo mi mejilla para controlar mis impulsos asesinos. No duele, no duele, no hay dolor, no duele.
Mete sus dedos en mi trenza y tira de mi cabeza para que vea hacia arriba, a su cara. No duele, noduele.
- Más te vale no arruinarlo y alejarlo de ella.
Me suelta bruscamente y sale contoneandose exageradamente. Con Jennifer siguiendola y Yesenia alcanzandolas, no sin antes despedirse picaramente del chico que estaba detrás con la mano.
Miro mal al chico, casi reclamandole por no haber hecho nada, reclamandole porque nunca nadie hace nada, el se limita a encogerse de hombros despreocupadamente y a ver a las tres chicas salir.
Respiro fuerte, casi bufando y haciéndome daño a los pulmones.
Va a cambiar, esto va a cambiar, todos se van a arrepentir de tratarme mal, ellas tres en especial van a pagar

La Reina Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora