Cap. 8 ¿Mal recuerdo?

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《A ti. A ti. A ti》 

Esas dos palabras resonaban en mi cabeza.

Tanto tiempo que le deseé,  haberle querido desde que llegue a ese Instituto.

Desde que me cambié de casa el me gustaba.

Era tan seguro de sí mismo,  tan guapo,  tan insolente,  tan diferente a todos,  pero a la vez tan igual, todos le querían,  todos querían estar con el.

Por un tiempo mantuve la esperanza de que fuera diferente a todos los idiotas que me molestaban,  pero término siendo mi verdugo.  Todo el cariño y admiración que al principio tuve por el luche por convertirlo en odio,  y creía que lo había conseguido,  pero ahora me daba cuenta de que solo me engañaba,  con su confesión yo me daba cuenta de que le quería de todas las formas posibles,  le deseaba ahora mismo,  pero no me podía permitir estar con el,  lo más probable es que solo me quiera para una noche,  y aunque no fuera así yo tenía un personaje que representar,  y salirte con el chico más popular del Instituto no me lo facilitaría.

Ian se lanza sobre mi y me besa sacandome de mis pensamientos.

Al principio me resisto,  pero su cercanía me abruma y término cediendo.

Es un beso dulce,  cálido,  ese tipo de beso que expresa cientos de emociones,  que juntas te confunden,  pero a las que puedes identificar una por una,  clasificandolas de modo que queden gravadas en tu memoria.

No creo haber recibido un beso así en mi vida,  todos los que me han dado son de deseó, torpes y viriles,  pero en este podía probar los labios de Ian,  disfrutarlos,  sentir su sabor,  calor,  suavidad y perderme en ellos.

De a poco el beso se torno más intenso por mi parte,  e Ian paso la lengua por mi labio inferior, yo le cedo acceso completo a mi boca,  nuestras lenguas más que luchar juegan juntas,  como si se conocieran de siempre,  y estuviesen saludandose.

Ian lentamente me recuesta en la cama,  quedando el encima de mi con sus manos en mis caderas,  y las mías en su pecho.

Dirijo mis manos al borde de su playera,  y tiro de ella,  el me ayudo a sacarla quitando las manos de mis caderas y deteniendo el beso para sacarla por su cabeza.

Nos miramos a las ojos,  ambos jadeantes por la falta de aire,  y el calor de la situación,  sus ojos brillan de deseó y excitación,  vuelve a besarme aun con más ímpetu, colando sus ágiles manos por debajo de mi vestido.

Acariciando mis muslos,  subiendo por mi vientre,  trazando círculos por todo mi cuerpo.

Separó su boca de la mía,  dirigiéndose a la barbilla,  besando,  lamiendo y mordiendo a su paso,  bajando a mi cuello,  succionando deliciosamente,  ledeo la cabeza para darle mayor acceso a mi cuello,  dejando escapar algunos gemidos.

Enredo las piernas alrededor de su cadera,  y siento su erección rozando con mi feminidad,  empujo las caderas frotando mi sexo con el suyo.

-¡Oh, Melanie!-gime contra mi cuello,  provocando que una corriente eléctrica se propague por mi columna vertebral,  y no es hasta entonces que me doy cuentande lo que realmente estoy haciendo.

Suelto mis piernas de su cadera,  y me retuerso debajo de el.

-¡Sueltame Ian!- chillo.

El se aleja de mi cuello y me mira sorprendido.

-¿Qué pasa?-pregunta.

-¡Quiero que te largues! -le grito.

-¿Qué?  ¿Por qué? -pregunta.

La Reina Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora