[⭐];; Capitulo V

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Fragmento 5: Colombia

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Era un día normal, una mañana pintoresca, ese día el mundo como lo conocíamos cambiaria para siempre. Yo estaba en mi habitación de hotel con México, estábamos platicando sentados en la cama como ya era costumbre sin saber lo que estaba a punto de pasar...

— ¡Pero, Colombia, No me gusta Rusia! ¿Cuántas veces te lo tengo que decir, ¿eh? ¿Tú me crees pendejo, ¿verdad?

— ¡No man! ¡Es que tu carita de perrico enamorado lo dice todo marico! — ambos soltamos una sonora carcajada, sin embargo, un lejano pero fuerte estallido nos hizo tragarnos la risa. — ¡man! ¡Que susto! ¿Qué fue eso?

— ¡a la madre! creo que fue una explosión— Dijo México levantándose para acercarse a la ventana. — y no de cuetes ni de brujitas eh —El soltó una risilla haciendo a un lado la cortina para ver atraves de la ventana, no se veía mucho. — y tampoco son balazos ¡ni que estuviéramos en Sinaloa! Bueno en todas partes balacean, pero esos no se escuchan como balazos.

En ese momento empezaron a acercarse más los ruidos hacia donde estábamos, lo que hizo que México se alejara de golpe de la ventana y se acercara a mí para tomarme de la mano, no tenía cara de confiar en esos sonidos, y la verdad, tampoco yo.

— ¡Ross y Doña concha! ¡Están en mi casa arreglando unas cosas! No sé qué es esto, pero tengo que ir por ellas — Exclamo con una cara que me estremeció, esto era algo serio, realmente serio...

Después de que México termino de hablar se escuchó el estruendo más fuerte de todos... Mis oídos zumbaron y solo llegue a ver polvo cayendo por todas partes antes de cerrar mis ojos por instinto, el polvo era de las paredes que se habían derrumbado casi encima de nosotros.

Caí en ese momento al piso impulsada por la fuerza de la detonación viendo a México caer justo enfrente de mí. Cayó con tanta fuerza que casi se lograba apreciar como su cuerpo rebotó en el suelo e inmediatamente su frente comenzó a sangrar y a su alrededor se empezó a formar un pequeño charco rojo carmesí espeso... además de que un pedazo de muro cayó casi justo encima de él aplastando su pierna.

Al ver esa escena trate de levantarme, pero sentí una fuerte punzada en el abdomen...era casi como si quemara, poco a poco mi alrededor se empezaba a llenar de sangre roja y espesa que al principio pensé que era de México, pero era mía.

La pared del cuarto había caído a un lado de mí y con ella las varillas de metal que la sostenían...

Había caído con tanta fuerza en el piso por la detonación que mi cuerpo fue a parar sobre una varilla y esta se enterró en mi abdomen perforando todo hasta atravesar por mi espalda. No podía hacer nada, mi vista se nublaba y mis oídos zumbaban por el fuerte ruido que provocaban las detonaciones.

Me concentre en México... su cuerpo parecía indispuesto a moverse aunque fuese un centímetro y él estaba inconsciente en el suelo con sangre rodeando su cabeza y su pierna... Iba a ser imposible salir de aquí con vida... En ese momento estaba empezando a perder la conciencia cuando de repente logre ver...

Parado enfrente de mi estaba un soldado que se acercó lentamente a mí. Caminó hasta donde yo estaba y en ese momento me di cuenta de que ya no estaba tirada en el suelo... no sentía dolor y no podía ver nada más que al soldado parado enfrente de mi... entonces mis ojos enfocaron su rostro.

— ¡no puede ser! — Trague duró entornando los ojos sin poder creerlo, Quería llorar, sentía un nudo horrible en la garganta y mi boca estaba seca. — ¿Fer-Fernando? ¿eres tú? ¿Enserio eres tú? —

❥︎ 𝐍𝐨 𝐂𝐨𝐧𝐟𝐢𝐞𝐬 𝐄𝐧 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞 | «Countryhumans»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora